Vitamina K, por qué y cómo se administra al bebé
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
La vitamina K es un micronutriente esencial presente en varios alimentos, que resulta primordial para que se lleve a cabo de forma adecuada el proceso de coagulación de la sangre y evitar sangrados que pueden incluso comprometer la vida. Los recién nacidos tienen niveles muy bajos de esta vitamina al nacer, por lo que desde hace muchos años se recomienda la administración de una dosis de vitamina K intramuscular en el momento del nacimiento.
Con ello se previene una patología llamada enfermedad hemorrágica del recién nacido (EHRN) que, aunque es muy poco frecuente, puede dar lugar a un sangrado masivo que puede poner en riesgo la vida del bebé, especialmente en las primeras semanas de vida. Los beneficios de la administración de vitamina K superan claramente a los riesgos, por lo que es una práctica ya ampliamente establecida y protocolizada en los hospitales.
Qué es la enfermedad hemorrágica del recién nacido (EHRN)
La sangre, principal fluido de nuestro organismo, es portadora de múltiples nutrientes, factores y cofactores, entre ellos todos los que intervienen en la coagulación, también denominada hemostasia. El proceso de la coagulación es absolutamente fundamental para la vida, puesto que es el que permite que cuando hay un sangrado (interno o externo) se forme un coágulo natural que impida una pérdida sanguínea excesiva.
Cuando la cascada de la coagulación no funciona el riesgo de sangrado es muy elevado, y ante cualquier traumatismo se puede originar una pérdida sanguínea (hemorragia cerebral, digestiva, renal…) que puede poner en riesgo la vida del niño en cuestión de minutos. Entre los múltiples factores que intervienen en la coagulación, se encuentra la vitamina K, un nutriente esencial y presente en múltiples alimentos, y que también es sintetizado por las bacterias beneficiosas presentes en el intestino de los adultos.
Sin embargo, los bebés apenas tienen reservas de vitamina K en el momento de nacer, por lo que tienen más riesgo de sangrado en el caso de que haya una hemorragia. En concreto, el déficit de vitamina K ocasiona una deficiencia en los factores de coagulación dependientes de esta (factores II, VII, IX y X). Ello conlleva el riesgo de aparición de una enfermedad llamada enfermedad hemorrágica del recién nacido (EHRN), que puede llegar a ser muy grave y poner en riesgo la vida del bebé.
La EHRN se divide en tres categorías, que son:
La incidencia de la EHRN antes de la implantación generalizada de la profilaxis con vitamina K era en torno al 0,25-1,7% de todos los recién nacidos, muchos de ellos con consecuencias realmente graves.
Cómo se administra la vitamina K al nacer
El riesgo de enfermedad hemorrágica del recién nacido (EHRN) vinculado al déficit de vitamina K con el que nacen todos los bebés, puede minimizarse con la administración tras el nacimiento de una única dosis de vitamina K, administrada de forma intramuscular, en el muslo.
En distintos estudios y ensayos que se han publicado en varios países, se ha demostrado que la administración de vitamina K al nacer previene el riesgo de EHRN. Aunque esta enfermedad es poco frecuente (cinco o seis casos por cada 100.000 niños) el riesgo de sangrado, hemorragia cerebral, e incluso muerte, es tan elevado que su prevención mediante la administración de la vitamina K en el momento del nacimiento está más que indicada. En un bebé que no recibe vitamina K el riesgo de que tenga un sangrado grave por EHRN es 81 veces mayor que si la recibe.
La administración más habitual de la vitamina K es en forma intramuscular, mediante una inyección en el muslo, justo tras el nacimiento. En los recién nacidos a término la dosis es de 1 mg, mientras que en los prematuros suele administrarse la mitad (0.5 mg). El procedimiento suele hacerlo la misma matrona que atiende el parto, con la inoculación de la dosis en el tercio medio de la cara anterolateral del muslo.
¿Se puede administrar la vitamina K por vía oral?
En el caso de que los padres rechacen la administración de vitamina K intramuscular se les puede ofrecer la posibilidad de hacerlo por vía oral. En este caso se administran 2 mg de vitamina oral al nacimiento, seguidos de 1 mg semanalmente hasta la 12ª semana de vida (3 meses de edad).
Sin embargo, hay que recordar que las evidencias científicas indican que es mucho más efectivo administrarla por vía intramuscular, porque la vía oral tiene las siguientes desventajas:
Por todo ello, países en los que se recomendaba la vía oral como primera opción (Australia, Nueva Zelanda, Holanda) han dado marcha atrás y han vuelto a recomendar la pauta intramuscular, tras observar un aumento de la incidencia de EHRN.
Para minimizar en la medida de lo posible el dolor vinculado a la inyección de la vitamina K, se han propuesto varias medidas:
Creado: 18 de enero de 2021