Cómo interpretar los dibujos de los niños: qué pueden revelar
Actualizado: 31 de octubre de 2023
Trazos, colores, formas, garabatos, figuras… Los dibujos son expresiones artísticas que los niños van elaborando a lo largo de su infancia y que suelen decorar paredes de hogares y aulas escolares. Pero más allá de ser creaciones plásticas para momentos lúdicos, forman parte de su proceso madurativo y les permiten expresar de manera espontánea su manera de concebir el mundo, sus sentimientos o sus conflictos. ¿Alguna vez te has parado a pensar qué significado oculto esconden? En el siguiente artículo te enseñamos a descifrarlo con la ayuda de varias expertas en la materia.
Según Inmaculada Lluch, pedagoga y experta en educación y familia en la Clínica valenciana Ripalda, “el dibujo se considera una prueba proyectiva, a través de la cual los niños están manifestando emociones, vivencias, llamadas de atención o preocupaciones. Están proyectándose a través de un medio que para ellos es lúdico y habitual; mientras que mediante las palabras no sabrían cómo decirlo; no por falta de sencillez, sino por incapacidad para el autoconocimiento y, por tanto, para la comunicación verbal”.
La interpretación del dibujo infantil es un tema apasionante que interesa desde hace más de un siglo a psicólogos, pedagogos, historiadores, filósofos o críticos de arte. Se han abierto diversas vías de investigación y enfoques que analizan cómo y qué dibujan los niños: desde los trazos, a la ubicación del elemento en el folio o su tamaño, pasando por los colores o la temática elegida. En definitiva, un dibujo siempre explica algo sobre el niño que lo ha hecho. Por eso es interesante que nosotros, como padres, descubramos algunas claves que nos permitirán conocer mejor a nuestros hijos.
Dibujos infantiles: cómo se usan en el ámbito psicológico
Por todo ese potencial que tienen los dibujos, estas creaciones se han convertido en una herramienta habitual para muchos profesionales a nivel psicoterapéutico. Se utilizan para ponernos sobre la pista de posibles problemas en el niño (y el adolescente): “A través de las representaciones podemos detectar si los niños se están desarrollando adecuadamente o si existe algún problema: en los casos más graves podemos descubrir maltrato, abuso o trastorno mental. Los niños viven los mismos conflictos que sus padres, aunque no lo expresen verbalmente. Duelos por pérdidas de personas cercanas, mala relación entre los progenitores, problemas económicos, disputas y separaciones, por ejemplo, afectarán a los niños y, por lo tanto, podremos observar cómo quedan registrados en los dibujos”, expone Ascensión Moreno González, licenciada en Pedagogía y Bellas Artes y autora del libro La interpretación del dibujo infantil.
El dibujo también es realmente valioso como forma de expresión en ciertos trastornos como, por ejemplo, el autismo, en el que la comunicación oral se ve muy dificultada. Pero incluso, como explica Sandra Cerro, grafóloga, perito calígrafo y profesora de Grafología en el centro Sandra Cerro, “el dibujo es una prueba que se utiliza mucho en casos especiales ante los tribunales, por ejemplo, en temas de alienación parental, o temas de maltrato o abusos dentro de la familia. Cosas que el niño no es capaz de verbalizar debido a un trauma, sí se reflejan en sus dibujos, ya que son su forma de expresión más inconsciente y, a la vez, más veraz. El dibujo puede delatar lo que su boca está callando”.
En estos casos no sólo se evalúa el dibujo, sino que se observa al niño durante todo el proceso con la mirada experta del profesional: “si duda en alguna parte, si borra, si retoca, dónde se detiene más, qué elementos hace primero, las secuencias en el dibujo de la familia…” puntualiza Cerro. También se habla con él, se le pregunta en relación con lo que está dibujando, o incluso se entrevista a los padres si hay sospecha de ciertos problemas.
Claves para descifrar el significado de los dibujos de tu hijo
Lo primero que debemos tener claro es que los dibujos infantiles nos sirven de conexión con el mundo interior de nuestros hijos, nos pueden dar algunas pistas de su personalidad; pero una interpretación profunda es realmente complicada y la deben realizar los profesionales. Estos son los principales consejos a la hora de descifrar significados ocultos en el dibujo de un niño:
- Experiencia y paciencia: Ascensión Moreno González, licenciada en Pedagogía y Bellas Artes afirma: “Es necesario que nos acerquemos a las representaciones con muchísimo respeto, sin hacer interpretaciones rápidas y a la ligera, contrastando la existencia de indicadores en un dibujo con el resto de las representaciones. Para poder interpretar los dibujos es necesaria experiencia. A medida que les dediquemos tiempo, los dibujos se irán abriendo para nosotros y podremos comprender su significado cada vez con mayor claridad”.
- Consulta con profesionales: la experta añade: “En caso de que no seas psicóloga o psicólogo, te recomiendo que actúes con mucha cautela, evitando etiquetas que pueden influir en el desarrollo del niño o la niña. Si eres el padre o la madre y observas indicadores de riesgo, consulta con maestros y psicólogos”.
- No generalizar: cada niño es especial y no hay que generalizar. Se debe considerar cuál era su estado emocional en el momento en el que ha creado el dibujo y cómo va evolucionando y modificando su forma de dibujar. No hay que fijarse en un solo parámetro, hay que tener en cuenta el conjunto. “Mi hijo no va a ser terrorista porque dibuje una pelea”, asegura la pedagoga Inmaculada Lluch.
Características de los dibujos asociadas a la personalidad del niño
Vamos a explicarte algunas cosas sobre el significado del arte infantil, pero te recomendamos disfrutar observando sus dibujos sin obsesionarte con cada elemento que aparece en ellos. En lo que a expresión plástica se refiere, evidentemente, los dibujos de los niños van evolucionando. Los más pequeños lo primero que hacen son garabatos, que ya nos pueden dar algunas pistas sobre ellos: “Realmente en los garabatos no podemos interpretar la personalidad, pero sí el nivel de motricidad y energía vital, la coordinación viso-manual del niño y algunos aspectos interesantes sobre la fuerza de su temperamento”, indica Sandra Cerro, grafóloga, perito calígrafo y profesora de Grafología. Es a partir de los cuatro o cinco años cuando el dibujo ya toma forma y se presta a una mejor interpretación.
La pedagoga y experta en educación y familia Inmaculada Lluch admite: “Cada autor sugiere una edad, pero en mi experiencia profesional lo utilizo aproximadamente desde los 4 años, cuando los niños están en Infantil y para ellos el dibujo forma parte de su vida cotidiana”. Posteriormente, sobre los 7 años, edad en la que las habilidades motoras están bien desarrolladas y el niño dibuja lo que observa con más realismo, los dibujos dan información más precisa y esto es lo que empezamos a observar:
- La posición de los elementos: la manera que tienen los pequeños de ocupar el espacio de dibujo indica su forma de relacionarse con el mundo. Por ejemplo, los que llenan toda la hoja son más extrovertidos y dinámicos, mientras que los que dibujan sólo en una pequeña parte, suelen ser más tímidos e inseguros. A menudo, los niños más pequeños se dibujan en el centro, como eje de su mundo, y alrededor colocan los demás elementos. Y, normalmente, dibujan primero a la persona que más admiran.
Los estudios de algunos test proyectivos indican, además, que los niños que dibujan más hacia la derecha en el eje horizontal son más estables, con interés por el futuro y con una socialización adecuada. Sin embargo, si el emplazamiento de los elementos está más desviado hacia la izquierda se relacionan con apego a la madre, al hogar y al pasado, y son más propios de niños introvertidos.
Por otro lado, la zona superior del papel representa la fantasía, el mundo de las ideas, por lo que es propio de niños con gran imaginación. La parte inferior del papel, lo firme, la suelen usar niños menos soñadores y con necesidades físicas más concretas. - Las proporciones: el tamaño y las proporciones de los objetos que hay en el dibujo también nos dan pistas de cómo es el niño. Los dibujos más grandes muestran seguridad, entusiasmo, orgullo, e incluso necesidad de mostrarse. El tamaño exagerado suele ser indicador de agresividad.
Por el contrario, los niños más tranquilos y solitarios, reflexivos, suelen hacer dibujos de tamaño pequeño. Pero si los elementos son demasiado pequeños pueden indicar sentimientos de inferioridad o falta de confianza. - Los trazos, las tachaduras y las borraduras: la firmeza del trazo y su continuidad indican que el pequeño tiene una personalidad segura. Por su parte, las tachaduras, si se repiten habitualmente, señalan falta de confianza e inseguridad. Según Inmaculada Lluch, “las borraduras también son un signo de conflictos emocionales o de un incipiente perfeccionismo que, si con el tiempo no se trabaja, puede llegar a ser un problema”.
Qué indican los colores en los dibujos del niño
Seguro que durante el desarrollo de nuestro hijo en muchos momentos hemos observado que tiene preferencia por unos colores u otros a la hora de pintar. Pues bien, cada color se asocia con unos determinados rasgos de personalidad:
- Temperamento intenso o tranquilo, agresividad, hiperactividad… En general, los colores cálidos (rojo, naranja, amarillo) y los marcados suelen relacionarse con niños que buscan llamar la atención y que tienen sentimientos intensos, tanto positivos, como negativos. Mientras que los colores fríos (azul, verde) y los tonos pastel o aplicados de una forma ligera se relacionan con un comportamiento social adecuado y temperamentos más tranquilos y emotivos. La grafóloga y profesora de grafología Sandra Cerro explica: “Cada color tiene un significado psicológico, por ejemplo, el negro, el gris o el marrón son colores negativos en niños, el rojo puede indicar un factor de agresividad si se abusa de él y se suma a otros rasgos gráficos, o el amarillo puede indicar hiperactividad o histrionismo si se utiliza en exceso”.
- Extroversión, o falta de confianza en sí mismo. Por otro lado, al valorar el conjunto, la armonía y la diversidad de colores que el niño utiliza en sus dibujos, vemos como una amplia gama es más propia de niños extrovertidos, y también de hiperactivos, si son muy llamativos o estridentes. Pero si siempre aparece el mismo tono o pocos colores, puede indicar falta de confianza en sí mismos.
- Creatividad, impulsividad, desconexión del entorno… Además, a partir de los 7 años, hay que observar si el pequeño usa los colores reales de los objetos (un sol amarrillo, un mar azul…) o no. Esto simplemente puede indicar creatividad o deseo de ser diferente, pero también comportamientos transgresores, impulsividad o desconexión del entorno.
La elección de un color u otro depende de muchos factores y el análisis es complicado, no debiéndose hacer de forma aislada. En opinión de Sandra Cerro: “El niño ha de disponer de una gran variedad de colores, de forma que no se vea condicionado y pueda escoger libremente, por ejemplo, a la hora pintar la vestimenta u otros elementos de la escena que no estén marcados por un color real”.
Sin embargo, la pedagoga Inmaculada Lluch explica: “Sólo les permito utilizar un lápiz y una goma y estoy pendiente del sombreado, los trazos, en dónde oscurecen más…, todo eso transmite las preocupaciones que tiene el niño, sus temores… O, por el contrario, su seguridad, su sencillez… Sólo tengo en cuenta el tema de la elección de determinados colores dependiendo del perfil psicológico de niño; hay algunos muy impulsivos que cogerán el que tienen más cerca, simplemente por no pararse a pensar y decidir. Y hay otros niños, extremadamente perfeccionistas, que te pueden decir `es que no está el azul del cielo de hoy´; obviamente, en esos casos tan diferentes depende mucho de su forma de ser y no se debe de dar la misma importancia”.
La figura humana, un elemento de análisis muy valioso
La figura humana es uno de los temas preferidos en los dibujos infantiles, el más frecuente a cualquier edad, pero también una fuente de información inmensa. De hecho, pertenece a las denominadas técnicas proyectivas en las que el niño plasma, de forma indirecta, muchos indicios de su personalidad. “El test de Goodenough es una prueba muy eficaz para medir la madurez intelectual de los niños a través del dibujo de la figura humana”, indica Sandra Cerro, grafóloga, perito calígrafo y profesora de Grafología en Centro de Grafología Sandra Cerro y en la Universidad a Distancia de Madrid UDIMA.
A esta prueba Karen le añadió indicadores más detallados para el análisis y la consolidó: es el denominado dibujo de la figura humana (DHF). El niño ha de dibujar una persona entera (no sólo la cabeza) y a partir de ahí se sacan numerosas conclusiones sobre el concepto que tiene de sí mismo y de su cuerpo, sobre su estado emocional y sobre su relación con el mundo. Si dibuja o no todas las extremidades (o si incluye alguna de más), cómo son los dedos, si está de perfil o de frente, los detalles de la ropa, si aparecen o no zapatos, si hay rasgos de la cara de tamaño desproporcionado… son muchos los elementos a observar.
Destaca el rostro que, al ser la parte más expresiva del cuerpo, es una de las principales fuentes de análisis: por ejemplo, si los ojos son grandes indican extroversión, si la boca es pequeña se relaciona con personas que controlan sus impulsos, una nariz demasiado elaborada suele ser propia de niños con mucha sensibilidad y atención a la opinión de los demás, si el pelo está muy marcado indica agresividad…
También es curioso que los niños más pequeños suelen dibujar los órganos internos, como si la persona fuera transparente. Si los niños mayores de 6 años o adolescentes siguen haciendo esto hay que observarlo porque puede ser indicio de algún trastorno.
Test de la familia, el árbol y la casa
Además del test de la figura humana, a nivel psicológico y pedagógico también se utilizan para evaluar a los niños el test de la familia, el de la casa y el del árbol. La grafóloga Sandra Cerro explica: “Todos los niños saben dibujar un árbol, una casa y una persona, y son elementos que comparten elementos simbólicos comunes, de forma que se pueden cotejar unos con otros para ver si coincide su interpretación en los tres dibujos; se suelen realizar en conjunto”.
“El único test que se utiliza de forma más aislada y para casos más concretos es el test de la familia. Se estudian, en general, el predominio de unas zonas simbólicas u otras, que todos estos dibujos comparten. También se analizan los colores, la posición y otros elementos generales que se valoran en todos los dibujos. Luego, de forma independiente, en cada test se analizan los elementos del árbol (copa, tronco, raíces, frutos...), la casa (puertas, ventanas, tejado, buhardilla…) y la persona (proporciones, vestimenta, cabeza, ojos, manos, etcétera)”.
Por tanto, a partir de ellos se infieren interpretaciones interesantes. “De forma muy básica podemos concretar que la no representación de algún miembro de la familia suele ser un signo claro de cierta rivalidad. Si es a ellos mismos a quienes omiten, en principio es un caso de baja autoestima, o que no les gusta cómo son, seguramente por los mensajes que les llegan de su entorno. Otro dato importante es el tamaño: se supone que el árbol proyecta la imagen que el individuo tiene de sí mismo: un árbol pequeñito nos sugiere poca seguridad en sí mismo y que percibe el mundo como algo muy grande, que en cierto modo les asusta”, detalla Inmaculada Lluch, pedagoga y experta en educación y familia.
Creado: 31 de octubre de 2023