La mesa de luz: en qué consiste y beneficios educativos
Actualizado: 5 de septiembre de 2022
La mesa de luz se ha convertido en un recurso imprescindible. Lo vemos en Internet y en las redes sociales, también en la multitud de tiendas –online y físicas– que las ofertan, y hasta en talleres y charlas en las que se explica cómo aprovechar sus infinitas posibilidades. Moda o no, lo cierto es que parece que este recurso educativo –perteneciente al enfoque educativo Reggio Emilia– atrae a niños y familias porque, si bien se puede pensar en él como un elemento lúdico, son muchos los aprendizajes que brinda.
Una mesa de luz es una superficie plana y lisa –generalmente, y como su propio nombre indica, una mesa– con base luminosa, que permite a niños y niñas aprender a través del juego. Su principal atractivo es la fascinación que les produce la luz, y que se traduce en un elevado nivel de concentración cuando manipulan los recursos que el adulto les ofrece para utilizar con la mesa. Los blogs y las redes sociales, principalmente perfiles dedicados a la educación, la crianza y la filosofía Montessori, las han convertido en un recurso muy popular por su facilidad de uso y por las múltiples opciones que ofrece.
Orígenes de la mesa de luz
¿De dónde procede la idea de la mesa de luz? Responde María Moreno, periodista y autora de La mesa de luz (Saralejandría Ediciones), que se trata de un recurso del enfoque Reggio Emilia, una de las pedagogías activas que podemos implantar en casa y en el aula.
“En los centros originales de esta región italiana incorporaron en sus clases esta herramienta que proviene de las artes gráficas y el dibujo técnico en arquitectura. De eso hace tres décadas, y se ha consolidado como un material más del aula. Junto con el retroproyector, las mangueras de leds, la luz negra, las proyecciones inmersivas… Todo forma parte del atelier de luz”, explica.
Uno de los errores más habituales es pensar que la mesa de luz proviene de la filosofía Montessori, algo que, en opinión de María Moreno, es consecuencia del interés económico de algunas empresas. “Es un engaño con fines comerciales. No todo lo de madera y manipulativo es Montessori”, asegura. María Montessori diseñó y fabricó una serie de materiales muy específicos para la educación de los sentidos, pero advierte María Moreno que “no hay juguetes Montessori”. Lo que sí se puede es aprovechar la filosofía Montessori porque algunos de sus principios educativos tienen conexión con la mesa de luz (ambiente adaptado, cambio de mirada hacia la infancia, materiales manipulativos y aprendizaje sensorial).
Beneficios de la mesa de luz para los niños
Aunque su esencia es lúdica, lo cierto es que la mesa de luz es también un área de trabajo en potencia en la que fomentar la creatividad y la experimentación. Aprender jugando al fin y al cabo. ¿Es un recurso interesante para el aula, o en casa? Ambos escenarios son ideales para utilizarla, siempre y cuando el niño o la niña estén acompañados por una persona que conozca a fondo la mesa de luz –y cuál es su rol como adulto–, y pueda ofrecerles los materiales necesarios. “No hay que intervenir marcando la dirección de la propuesta”, señala María Moreno en uno de los capítulos del libro. Según la autora, sí hay que supervisar y observar para que el juego sea libre, pero seguro.
Si hay algo que potencia el aprendizaje es la curiosidad, pero también cumple un papel importante el asombro, la sorpresa. Es por esto que cuando hablamos sobre los beneficios de la mesa de luz, María Moreno, periodista y autora de La mesa de luz (Saralejandría Ediciones), insiste mucho en que es un recurso que permite aprovechar el asombro que provoca la luz para aumentar la concentración de niños y niñas.
“La luz fascina, cautiva, nos atrae, tanto a niños como a adultos. La luz deja una impronta mediante el asombro de esa propuesta. Es mucho más fácil asimilar los contenidos a través de una experiencia manipulativa, con fuerte carga sensorial. La luz deja huella”, explica.
Otra ventaja que Moreno encuentra a la mesa de luz es su versatilidad, ya que se adapta a todos los intereses, todas las áreas y todas las edades: “Sólo hay que conocer las técnicas para crear y adaptar materia. Un niño trabajando sobre la mesa de luz pone de manifiesto sus múltiples beneficios, como el efecto foco, esa cautivación que los mantiene concentrados tan intensamente. Hablamos de juego provocado, no dirigido, por lo que la motivación es otro factor. Ellos son los verdaderos protagonistas”.
A qué edad y para qué actividades está indicada la mesa de luz
Es difícil delimitar la edad de uso de la mesa de luz, ya que depende mucho del niño o la niña: de su desarrollo madurativo, de sus inquietudes, de la fase de interés en la que se encuentre… Por lo general es a partir de los dos años cuando pueden comenzar a mostrar curiosidad por la mesa de luz; siempre adaptando los materiales a su seguridad. Hasta cuándo se puede utilizar ya es más complicado de establecer, porque aunque está pensado como recurso para los primeros años de vida, hay niños y niñas que siguen mostrando interés por ella con seis o siete años.
En cuanto al tipo de actividades que se pueden realizar con una mesa de luz, responde María Moreno que tantas como el adulto preparado sea capaz de desarrollar creativamente: “nuestro rol es observar, detectar los intereses en base a los periodos sensitivos, desaprender para ver de verdad que seguimos aprendiendo, y el niño enseñando".
Moreno añade que "todas las áreas y contenido del currículo de infantil tienen cabida: lecto escritura, matemáticas, ciencias, experimentación, trasvases, mini mundos”. Por tanto, basta con un poco de ingenio y algo de tiempo para preparar los materiales, y no tanto de recursos económicos porque con muy poca inversión en materiales traslúcidos se pueden hacer decenas de cosas.
Creado: 4 de diciembre de 2019