Libros para bebés, y para niños de uno a tres años
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Más o menos a partir de los seis meses podemos empezar a “jugar a los libros” con nuestro bebé, que querrá sobre todo mordisquearlo, lanzarlo o golpearlo contra el suelo. Es lo normal, por eso lo mejor en esta etapa es elegirlos resistentes y fáciles de manipular: de plástico, tela (tienen la ventaja de que se lavan), o cartón grueso.
Dada, además, su escasa capacidad de atención, conviene que sean muy coloridos y que, en vez de contar una historia –los libros para esa edad pueden no llevar texto–, nombren objetos que le sean familiares (un plato, un perro, una manzana, un bebé) acompañados de una ilustración por página. Id señalando con el dedo y nombrar el objeto en cuestión, siempre con las mismas palabras. Podéis asimismo imitar los sonidos que hacen o ¡incluso cantar!, las reglas las ponéis vosotros.
Además, tenéis que dejar que lo toque, lo manipule, investigue… muchos libros incluyen diferentes texturas, pequeños espejos, sonidos, desplegables, marionetas de dedos…; id probando y descubrid qué es lo que más le gusta. Todo en un ambiente relajado en el que el objetivo principal sea pasárselo bien con su primer acercamiento a los libros.
Libros para niños de uno a tres años
Poco a poco, el bebé empieza a hablar –pasará de balbucear algunas palabras a decir frases completas en poco tiempo– , y que le leáis le ayudará mucho en ese proceso. Juntos, y con paciencia, se irá acostumbrando a abrir y cerrar un libro, a pasar sus páginas, a fijarse cada vez más en las ilustraciones, a entender, si señaláis el texto con el dedo, que se lee de izquierda a derecha, a comprender, en suma, el funcionamiento de un libro.
A partir de los 18 meses y hasta más o menos los tres años, descubrirá el placer de que le contéis historias. Eso sí, como le guste un libro, preparaos para que os lo pida una y otra vez, ¡y ojo si intentáis saltaros alguna parte! Pero la repetición no es sólo normal –le da seguridad– también es positiva porque le ayudará a recordar mejor las palabras y, con el tiempo, empezará a ser capaz de predecir las que siguen si os detenéis. Además, podéis pararos de vez en cuando y formularle preguntas sencillas como: “¿dónde está el camión?” o “¿qué come el bebé?”. Añadidle, si queréis, expresividad, con gestos y ruidos, pero no abuséis de su paciencia, ya que es difícil que su atención supere los diez minutos.
En este etapa decantaos por los libros que contengan ilustraciones concretas y fáciles de comprender (los dibujos abstractos son para niños mayores). A esta edad les gustan los libros que tratan sobre cosas cercanas a ellos: sus padres, sus juguetes, su cuerpo, la música, o sus vivencias cotidianas.
Creado: 2 de junio de 2015