Recomendaciones sobre WhatsApp para niños y padres
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Aunque el primer teléfono móvil de tu hijo no debería tener conexión a Internet, mención especial merece WhatsApp. Este sistema de mensajería instantánea es muy práctico y todos estamos ya habituados a su uso en el día a día, y el niño, sin duda, lo demandará también. De hecho, según el estudio Menores de Edad y Conectividad Móvil en España: Tablets y Smartphones, elaborado por el Centro de Seguridad en Internet para los Menores en España PROTEGELES a principios de 2014 “el 76% de los niños y adolescentes de 11 a 14 años de edad utiliza WhatsApp habitualmente, y el 65% participa en grupos”.
Mediante este sistema pueden hablar, intercambiar archivos de todo tipo (predominan las fotografías), aclarar cosas de los deberes o de actividades del colegio, e incluso organizar eventos.
Evidentemente esto es un paso más, se configura como una auténtica red social que requiere una vigilancia aún más exhaustiva por parte de los padres: vuestro control es imprescindible. Lo mejor sería esperar un poco más para que el niño dispusiera de esta aplicación; las propias condiciones o términos de servicio de WhatsApp indican los 16 años como edad autorizada para su uso (los menores de esta edad requieren consentimiento legal de sus padres o tutores) o 13 años si el niño no se reside en la Región europea.
Así, cuando decidamos que nuestro hijo la tenga, lo primero que hemos de hacer al instalarla en su móvil es configurarla para que tenga la mayor seguridad posible. Y, a partir de ahí, concienciarnos de que tendremos que ejercer una vigilancia constante y profunda.
Debéis establecer con el niño la condición de que vosotros accederéis a ella para revisar sus conversaciones, y la norma de que os tiene que enseñar cualquier cosa que intercambie. E insistidle de nuevo en lo fundamental de proteger su intimidad y de no hacer daño a nadie al manejar e intercambiar información. Estos valores adquieren mayor relevancia cuando se trata de conectividad móvil.
Además, restringir lo máximo posible el uso de WhatsApp es muy importante porque, ¡cuidado!, es una aplicación especialmente adictiva que puede hacer que el niño esté pegado a su móvil todo el día. Por ello, en este caso son más necesarios aún los límites y todas esas normas de uso racional que hemos establecido para las llamadas o el resto de acciones llevadas a cabo con el teléfono. Como todo, bien utilizado no tiene por qué ser negativo.
Por supuesto, bajo todo esto subyace de nuevo la relación de confianza que debéis construir desde el principio con vuestro hijo a la hora de enseñarle a usar correctamente el teléfono móvil.
¡Ah! y procurad estar siempre lo mejor informados posible y manejar más o menos bien la tecnología móvil. Es la única forma de acompañar al niño correctamente en este proceso, y no quedaros atrás. Ante cualquier duda o problema, buscad ayuda. Hoy por hoy existen muchas entidades que se ocupan de formar y de dar pautas a los padres para mejorar la educación en estos ámbitos.
Y si os encontráis con situaciones peligrosas o contenidos denunciables, dirigíos a la policía o consultad con expertos, existen organizaciones, asociaciones y psicólogos especializados en estos ámbitos.
Creado: 21 de diciembre de 2015