Disfraces infantiles
Halloween es una buena ocasión para los niños para disfrazarse, un pasaporte perfecto al mundo de la imaginación que conlleva muchos beneficios para los pequeños. Te damos trucos para que les pierdan el miedo.

Trucos para que los niños se disfracen sin miedo o vergüenza

Madre e hijos disfrazados de diablos

Para que se familiarice con los disfraces es mejor empezar pintándole la cara, y evitar las máscaras, que suelen asustar a los más pequeños.

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 30 de octubre de 2024

Por lo general a los niños les encanta disfrazarse, pero no siempre tiene porqué ser así. A algunos peques no les gusta, les da vergüenza o incluso les asustan ciertos disfraces (especialmente los de Halloween). Lo mejor en estos casos es no obligarles a hacerlo, pero si es un requisito en el colegio o en una fiesta, aquí tienes algunos trucos para conseguir buenos resultados:

  • Deja que elija su propio disfraz: involucra a tu hijo en la selección de su disfraz. Si elige algo que le guste, se sentirá más cómodo y emocionado. Puede ser su superhéroe favorito, un animal adorable o cualquier personaje que le haga sonreír.
  • Crear el disfraz juntos: hacer de la preparación del disfraz casero una actividad familiar divertida. No solo será entretenido, sino que también ayudará al niño a familiarizarse con él y sentirse orgulloso de su creación.
  • Ponle el disfraz unos días antes para que se vaya familiarizando con él. Empieza con algún accesorio, o alguna parte concreta del disfraz. Lo más seguro es que al final él mismo te acabe pidiendo disfrazarse.
  • Evita las caretas o cualquier otro complemento que le cubra la cara. Esto suele asustar a muchos niños, por lo que es preferible pintarles el rostro con maquillaje específico (siempre con productos cosméticos adecuados y antialergénicos).
  • Disfrázate tú. Eres su modelo a seguir y si hay un disfraz que no le gusta mucho o al que le tiene un temor especial puede que al vértelo a ti reaccione mejor. Deja que vaya viendo poco a poco cómo te transformas en ese personaje y “quítale hierro” al asunto.
  • Elige un disfraz amable, o el menos desagradable, si tienes la posibilidad de escoger. Si el niño se tiene que disfrazar en Halloween, opta por vestirle de un simpático fantasma o de una traviesa brujita, en vez de hacerlo de un terrible monstruo o un sangriento zombie, por ejemplo. En casos extremos, podéis disfrazarle de cualquier otro personaje que no esté relacionado con lo tenebroso. Lo realmente importante es que el niño lo pase bien, no tanto que vaya “adecuado para la ocasión”.
  • Ofrécele alternativas: si no quiere disfrazarse por completo, quizá sí acepte llevar un accesorio sencillo como una capa, una barita o un sombrero divertido.
  • Respeta su decisión: si después de todo no quiere disfrazarse, no le presiones. Cada niño tiene su propio ritmo, y forzarle podría aumentar su ansiedad.

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Creado: 28 de octubre de 2015

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