Crisis de crecimiento y huelgas de lactancia
La lactancia puede pasar por baches y alterarse por repentinos rechazos del pecho (huelgas de lactancia), o por un aumento en la demanda de leche del bebé (crisis de crecimiento). Te explicamos cómo superarlos con éxito.

Huelgas de lactancia del bebé, ¿por qué rechaza el pecho?

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

Al revés que las crisis de crecimiento, las huelgas de lactancia suponen que el bebé rechace el pecho. La Consultora Profesional de Lactancia IBCLC Luisa Fda. Santos las define así: “son momentos en los que el niño deja de mamar de golpe durante días, o incluso semanas, y se suelen producir más tarde (a partir de los ocho meses o el año de edad)”. Y por lo general duran de dos a cuatro días, aunque algunas pueden requerir más tiempo para solucionarse (según la causa que las origine).

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Y es que el rechazo al pecho materno se puede producir por diversos motivos:

  • Heridas en la boca.
  • Algún tipo de infección, entre las que destacan las de oído o de garganta, que hacen que el pequeño sienta molestias al tragar. Del mismo modo, un taponamiento nasal puede dificultar la respiración mientras mama.
  • Uso precoz del chupete, que dificulta que la lactancia se establezca bien: “las tetinas de biberones y chupetes pueden crear confusión en algunos bebés y después costarles mucho más mamar”, apunta la asesora Luisa Santos.
  • Salida de los dientes.
  • Enfermedades o dolores de distinta índole: desde un resfriado a, por ejemplo, las molestias causadas por la reciente administración de una vacuna.
Huelgas de lactancia del bebé, motivos

Además, la consultora de lactancia internacional señala que “sobre las 6-7 semanas hay un ligero cambio en la composición de la leche que puede molestar a algunos bebés, pero es algo transitorio y enseguida lo aceptan”.

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En cualquiera de estos casos, una vez identificado el origen del problema, es más fácil ponerle solución y continuar normalmente con la lactancia. Pero estas huelgas de lactancia no siempre se deben a causas físicas, y en cambio tienen que ver con motivaciones psicológicas, como señala la experta: “a veces es un rechazo del seno por enfado, al notar la ausencia de la madre, por ejemplo cuando esta vuelve a la vida laboral remunerada. O bien si la mamá riñe al bebé porque le ha mordido el pezón: esto es muy frecuente”.

En este sentido, cualquier cambio notable como una mudanza, un viaje, estrés en su entorno, o un exceso de estimulación, es percibido por el bebé, que puede reaccionar rechazando el pecho.

Así pues, estas huelgas de leche materna no significan que el pequeño esté listo para destetarse, o que ya se ha cansado de la lactancia materna, sino que es la forma que tiene de decirnos que algo va mal. Si sabemos identificarlas podremos ponerle solución como veremos a continuación. 

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Creado: 27 de junio de 2017

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