Aunque tener un amigo imaginario es parte del desarrollo normal del pequeño y por tanto no se trata de ninguna enfermedad ni trastorno, hay que saber distinguirlo de otros fenómenos que sí podrían implicar algún tipo de problemas en el menor y que en algunos casos van a requerir de la intervención de un profesional para ayudar al pequeño a enfrentarse a ello y superarlo.
Estas son las manifestaciones relacionadas con el fenómeno de los amigos imaginarios por las que los padres podéis preocuparos y acudir a un especialista:
- Habla egocéntrica: denominado así a una de las etapas del desarrollo del lenguaje, en donde el pequeño va a dejar de hablar externamente y pasa a hacerlo pensando, entre medias se va a producir este tipo de habla, que se caracteriza por ser descriptiva, sobre aquello que está haciendo o pensando, pero sin que se produzca una interacción con ningún amigo imaginario.
- Fabulaciones como forma de responder: no se trata tanto de una vivencia de juego del pequeño, sino de una tendencia a contestar de forma fantasiosa e imaginativa, todo ello sin buscar engañar.
- Vivencias de hechos traumáticos: estas son fáciles de identificar, en la medida que sean observadas y comprendidas, ya que suelen ser repetitivas, en cuanto a su contexto y contenido, y siempre generan gran ansiedad y nerviosismo al pequeño.
- Falsos amigos imaginarios: son amigos imaginarios que tienen una personalidad represora y negativa para el pequeño, lo que hace que el juego no sea algo buscado y querido, sino evitado, asociado a altos niveles de estrés, miedo y en algunos casos a problemas psicológicos en el ambiente familiar donde se desarrolla.