Tics nerviosos en niños, ¿cómo actuar?
Actualizado: 3 de julio de 2024
¿Qué son los tics nerviosos?
Los tics nerviosos se definen como movimientos involuntarios bruscos, cortos y repetitivos de cualquier grupo muscular, por lo general a los músculos de la cara, cuello, hombros y, en ocasiones, extremidades y tronco. Son considerados como el trastorno del movimiento más frecuente de la infancia y llega a afectar hasta a un 15-20% de los niños en edad escolar, especialmente entre los 6 y 10 años, siendo más frecuentes en los niños que en las niñas, sobretodo en los más tímidos y cohibidos.
Los tics pueden ser simples o complejos y varían en intensidad y frecuencia. Suelen aparecer en la infancia, generalmente entre los 5 y los 10 años de edad. Es común que los tics comiencen en torno a los 6-7 años. En muchos casos, los tics disminuyen en la adolescencia y pueden desaparecer en la edad adulta, aunque en algunas personas pueden persistir.
Por definición, los tics nerviosos son movimientos involuntarios, aunque en ocasiones se puede anticipar su aparición, y con mucha concentración se pueden controlar, pero de forma muy limitada. El intento de controlarlos comporta, además, mucha angustia para el niño, por lo que conviene restarle importancia, entre otras cosas, porque en la mayoría de ocasiones desaparece sin precisar tratamiento antes de llegar a la adolescencia.
Los tics nerviosos pueden afectar a cualquier músculo, aunque los más frecuentes son parpadeo, carraspeo, tos persistente, chasquido de lengua, movimientos mandibulares, alzamiento de cejas, movimientos de cabeza o elevación de hombros…
Tipos de tics nerviosos
En general pueden diferenciarse varios tipos de tics, aunque podemos hablar de dos grandes categorías: tics motores y tics vocales. Además, cada uno de estos puede ser simple o complejo.:
- Tics motores simples: son los más frecuentes, involucran un solo grupo muscular y son breves. Algunos de ellos son el guiño de ojos, movimientos repetitivos de los párpados, sacudidas de la cabeza, encogimiento de hombros… Casi siempre afectan a cabeza, cuello y miembros superiores.
- Tics motores complejos: involucran a varios grupos musculares con el objeto de realizar una acción concreta y son menos frecuentes, pero también son más coordinados y prolongados. Por ejemplo: realizar saltos breves y repetidos, pisotear, girarse sobre sí mismo, tocar objetos o personas de manera repetitiva, hacer movimientos faciales complejos como hacer muecas específicas o gestos…
- Tics vocales simples: afectan a la fonación, consisten en la emisión de sonidos sin significado, como por ejemplo el gruñido, el carraspeo, resoplar, emitir un determinado sonido de forma repetida, olfateo con inhalaciones rápidas y repetidas.…
- Tics vocales complejos: en este caso no se repite sólo un sonido, sino una palabra completa o frases, y pueden tener un significado lingüístico. Podemos distinguir entre ecolalia (repetir una palabra o frases que escucha a otra persona), alilalia (repetir sus propias palabras) y coprolalia. Esta última es muy llamativa, ya que el niño repite constantemente palabras obscenas, malsonantes e insultos, y se suele asociar al síndrome de Tourette. De todos los tipos de tics, es el más complejo.
Causas de la aparición de los tics
La causa concreta de los tics nerviosos en los niños no está clara y posiblemente sea una suma de distintos factores psicológicos, ambientales, genéticos y neurobiológicos:
Cómo actuar si tu hijo tiene un tic nervioso
La mayoría de tics nerviosos remiten de forma espontánea antes de llegar a la adolescencia sin llegar a requerir ningún tratamiento. Por ello, la recomendación general sobre cómo actuar ante la aparición de un tic nervioso en tu hijo es “no hacerle caso”, ya que insistir al niño en que deje de hacerlo puede intensificar su angustia y empeorar el problema.
El castigo por parte de los padres o profesores no lleva a ningún lado, sino que puede conducir a un círculo vicioso difícil de solucionar. Se ha comprobado que cuanta menos importancia se le de al tic, más pronto desaparecerá, en un periodo que varía entre unos meses y un año. Si el niño pregunta qué puede hacer, los padres deberían tranquilizarle y minimizar el problema.
Por ello, algunas pautas de actuación ante un niño que presenta un tic son:
¿Debo llevarle al pediatra si presenta tics?
En la mayoría de los casos no es necesario acudir al pediatra, ya que el hecho en sí mismo de considerarlo como un problema a ojos del niño puede hacer que su tic o tics empeoren. Sin embargo, en algunas situaciones será necesario consultar con un especialista:
El síndrome de Tourette es un trastorno neurológico que se caracteriza por la asociación de tics motores múltiples y tics vocales complejos, especialmente coprolalia (dice obscenidades). Un porcentaje de casos también se asocia a TOC (trastorno obsesivo-compulsivo), que tiene un tratamiento médico y psicológico más específico.
Sólo en algunos casos muy seleccionados, los tics nerviosos precisarán tratamiento. Hay que tener en cuenta que la medicación trata el síntoma, pero no la causa; para ello pueden utilizarse relajantes musculares, neurolépticos, sedantes… Para tratar la causa del tic se emplean técnicas psicológicas de autocontrol, como el “procedimiento de la inversión del hábito”, aunque es difícil de aplicar en niños.
Afortunadamente, en la mayoría de casos a medida que el niño madura el tic nervioso se va atenuando hasta desaparecer de forma espontánea antes de la adolescencia, sin precisar ningún tratamiento.
Creado: 13 de enero de 2014