Acoso escolar o bullying
El bullying, que se ha agravado con la sensación de impunidad que proporcionan las nuevas tecnologías, tiene graves consecuencias para los afectados. Mostramos cómo identificarlo y soluciones para evitar los abusos del acoso escolar entre todos.

Síntomas y consecuencias del acoso escolar o bullying

Por: Dr. Juan Moisés de la Serna

Doctor en Psicología

Por: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 30 de abril de 2024

El acoso escolar puede manifestarse a través de diversos síntomas que afectan tanto física como emocionalmente a los estudiantes. Estos síntomas pueden ser tanto inmediatos como a largo plazo, y varían en intensidad dependiendo de la gravedad y duración del acoso.

Síntomas del acoso escolar

El primer síntoma que provoca el acoso escolar o bullying en los afectados es precisamente que no quieren ir al colegio, para evitar ser objeto de abuso y maltrato por parte de sus compañeros. Se produce así una pérdida de interés por realizar actividades relacionadas con el centro educativo, y el rendimiento escolar y, consecuentemente, las calificaciones, se ven afectados de forma significativa, hasta el punto de que la víctima puede llegar a tener que repetir curso por ello.

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Con posterioridad, y debido al acoso prolongado, se van a producir otra serie de consecuencias del acoso escolar como son:

  • Síntomas asociados al estrés continuado, como ansiedad y depresión: los niños pueden exhibir signos de tristeza persistente, pérdida de interés en actividades que antes disfrutaban (anhedonía) y un estado de ánimo generalmente bajo.
  • Problemas para conciliar el sueño, irritabilidad, y ataques de ira sin que medie causa que lo justifique: tener dificultades para dormir, pesadillas frecuentes o exceso de sueño pueden ser indicativos de estrés emocional causado por el acoso.
  • Síntomas asociados a la baja autoestima: las víctimas de acoso escolar frecuentemente muestran una falta de confianza en sí mismos y se sienten inseguros sobre sus habilidades y valor como persona, y presentan síntomas asociados como pérdida o aumento del apetito, comportamientos de evitación de situaciones sociales –lo que le puede llevar a encerrarse en casa–, y llanto continuado.
  • Síntomas somatizados: quejas frecuentes sobre dolores de cabeza o pecho, de estómago, náuseas y vómitos o malestar general sin una causa médica aparente pueden ser una manifestación física del estrés y la ansiedad.
  • Comportamiento autodestructivo: en algunos casos, las víctimas de acoso pueden recurrir a comportamientos de autolesión o hablar de suicidio como un grito de ayuda.

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Así lo refleja el 'IV Estudio sobre la percepción del bullying en la sociedad española', elaborado por Totto y Educar es Todo, en el que se apunta que entre las personas que han sido víctimas de acoso escolar, el 92% indica que esta experiencia ha impactado negativamente en su vida. Un 20% de los que sufrieron acoso en su infancia afirma que el impacto ha sido permanente. Además, un 38% menciona que el acoso dañó su autoestima, un 32% señala que se volvió más introvertido, un 17% desarrolló ansiedad y un 11% cayó en depresión. Sin embargo, el 27% considera que enfrentar el acoso escolar los hizo más fuertes. 

Es importante estar atento a estos síntomas y buscar intervención profesional si se sospecha que un niño está siendo víctima de acoso escolar, ya que las consecuencias pueden afectar profundamente su desarrollo y bienestar a largo plazo.

Consecuencias del acoso escolar o bullying

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Secuelas del acoso escolar en la edad adulta

También se ha observado que estos pequeños cuando crecen pueden convertirse a su vez en maltratadores de otros compañeros de menor edad, o incluso de su pareja. Estas secuelas van a hacer que al llegar a adulto tenga:

  • Más riesgo de consumir sustancias ilegales.
  • Mayor propensión a participar en peleas o a llevar a cabo actos delictivos. Los niños que han sido tanto víctimas como autores de bullying tienden a experimentar los peores efectos, mostrando no solo problemas de salud mental y física, sino también un mayor riesgo de comportamientos antisociales y delictivos.
  • Tendencia a no responsabilizarse de las consecuencias de sus actos.
  • Falta de empatía, por lo que no tienen en cuenta los sentimientos de otras personas.
  • Problemas a la hora de establecer relaciones con los demás, sobre todo en la intimidad.

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Todo lo anterior se debe al efecto que produce en el acosado una situación de amenaza y coacción continuada en el tiempo, en una época tan delicada como es la de la formación de la personalidad y de las primeras experiencias con el sexo contrario.

A largo plazo, incluso hasta la edad adulta, las personas que fueron víctimas de bullying durante su infancia y adolescencia pueden seguir enfrentándose a desafíos significativos. Estos incluyen problemas de salud mental persistentes desde su adolescencia como ansiedad y depresión, dificultades en las relaciones sociales, y menores logros académicos y profesionales, con un mayor riesgo de desempleo.

Teléfono de ayuda contra el acoso escolar: 900 018 018

Creado: 9 de diciembre de 2013

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