Alopecia areata: causas, síntomas y tratamiento
Bióloga
Actualizado: 10 de diciembre de 2024
La alopecia areata es una forma de alopecia no cicatrizal, de tipo autoinmune, que se caracteriza por la caída de pelo de forma localizada o generalizada. Esta pérdida de cabello se suele presentar en forma de parches redondeados en el cuero cabelludo, aunque puede afectar cualquier parte con folículos pilosos, como cejas, pestañas o barba. Puede aparecer a cualquier edad y en ambos sexos, siendo más común en la infancia y adolescencia. El impacto emocional que provoca puede ser significativo debido a los cambios en la apariencia del que la sufre.
Causas de la alopecia areata
Esta afección se considera una enfermedad autoinmune, en la que el sistema inmunitario atacaría por error los folículos pilosos, interrumpiendo su ciclo normal de crecimiento.
Está asociada también a una predisposición genética, así, se estima que aproximadamente el 10-20% de las personas con alopecia areata tienen antecedentes familiares. Y que se podría desencadenar ante la presencia de ciertos factores medioambientales, infecciosos, endocrinos, genéticos, psicológicos (como estrés físico o emocional intenso), y otras causas como irritaciones oculares o dentales, o traumatismos en la cabeza. Entre las enfermedades autoinmunes asociadas se encuentran el vitíligo, la tiroiditis de Hashimoto o la diabetes tipo 1.
La pérdida de pelo se produce cuando algún factor autoinmune provoca la inducción de la fase de desprendimiento (telógena) y caída del cabello, así como una parálisis en el inicio de la fase de crecimiento del folículo (anágena) de una determinada zona del cuerpo. Hay que tener en cuenta que este ataque inmune no destruye los folículos, lo que significa que el cabello tiene el potencial de volver a crecer.
Síntomas de la alopecia areata
Los pacientes suelen presentar una o varias placas alopécicas ovaladas o redondas, de 2 a 5 cm de diámetro, localizadas en el cuero cabelludo, barba o cejas. En el interior de estas placas la piel mantiene los orificios foliculares, pero sin pelo. En el borde de la placa se observan pelos cortos, delgados hacia arriba y anchos hacia abajo.
Se pueden presentar uno o varios brotes a lo largo de la vida, produciéndose una repoblación, inicialmente con cabellos finos y blancos, que posteriormente se pigmentan.
Cuando la alopecia afecta el borde de implantación frontal, parietal y occipital del cabello, y conserva solo un mechón de pelo, se denomina alopecia ofiásica. Cuando se cae todo el cabello de la cabeza se denomina alopecia areata totalis, y cuando se pierde el pelo de todo el cuerpo es una alopecia areata universalis.
En paralelo pueden aparecen alteraciones en las uñas, como hoyuelos o líneas en la superficie, que afectan hasta al 20% de las personas con alopecia areata.
Diagnóstico de la alopecia areata
El diagnóstico se basa en la apariencia clínica del cabello, aunque en algunos casos se pueden realizar biopsias del cuero cabelludo o análisis para descartar otras causas. Se debe realizar un diagnóstico que lo diferencie de las tiñas tonsurantes y de la alopecia cicatrizal. Es importante descartar la presencia de otras enfermedades con las que puede asociarse como vitíligo, atopia, síndrome de Down, enfermedades tiroideas, anemia perniciosa y enfermedad de Addison.
Tratamiento de la alopecia areata
Aunque no existe un tratamiento para la alopecia areata totalmente eficaz y sin riesgos, se suelen utilizar, por vía tópica, minoxidil, que ayuda a acelerar el crecimiento del cabello, corticoides, rubefacientes, etcétera; y por vía sistémica corticoides y ciclosporinas.
Otras opciones son la inmunoterapia tópica, que provoca una reacción alérgica controlada para redirigir el ataque inmunológico. O bien terapias emergentes como los inhibidores JAK, que han mostrado resultados prometedores en estudios recientes.
A finales de mayo de 2022 la EMA dio luz verde a la aprobación de Olumiant (baricitinib), el primer fármaco oral específico aprobado para la alopecia areata, que unas semanas más tarde fue también aprobado por la FDA norteamericana.
Creado: 30 de noviembre de 2010