La higiene es fundamental para eliminar el mal olor de pies, pero a veces no basta. No dejes que este problema te avergüence, busca las causas de ese desagradable aroma y la mejor solución para tu caso.
Si bien la higiene no siempre es suficiente para frenar el mal olor de pies, es fundamental tanto para solucionar el problema como para prevenirlo. Aunque te duches a diario, puede que sea necesario incidir de manera especial en esa parte que sostiene nuestro cuerpo. He aquí algunos consejos relacionados con el aseo diario que te servirán para combatir la podobromhidrosis:
Lávalos a diario, si es necesario dos o tres veces. Aunque a la mayoría de las personas les basta con ducharse para que no les huelan los pies, puede que no sea tu caso. Sobre todo si eres deportista, debes limpiarlos con agua tibia y jabón suave cada vez que sea necesario.
Incide en el hueco que hay entre los dedos porque es una zona donde tiende a concentrarse más suciedad, y además permanece durante más tiempo húmeda que el resto del pie, por lo que es propensa a la acumulación de bacterias y hongos.
Cuida tus uñas, ya que también pueden ser el foco de las bacterias u hongos causantes del mal olor. Es importante mantenerlas limpias y bien cortadas.
Utiliza desodorantes para perfumar tus pies. El talco puede ser igualmente una buena opción para prevenir el problema.
Un remedio casero eficaz consiste en sumergir los pies en agua con una cucharada de bicarbonato, ya que esta sustancia elimina los malos olores.
Permite que tus pies respiren. Siempre que puedas, descálzate para que estén al aire libre.
PUBLICIDAD
Claves para mantener tus zapatos libres del mal olor de pies
Otro aspecto fundamental que influye en el aumento de la traspiración del pie y, por tanto, la concentración de bacterias, es el calzado. Además de la higiene, es importante tener en cuenta algunas recomendaciones a la hora de proteger nuestros pies, como por ejemplo:
Utiliza calzado transpirable: materiales como el cuero o la lona de algodón permiten la filtración del aire; sin embargo, otros como la goma de algunas suelas consiguen el efecto contrario. Por ello, trata de usar zapatos o zapatillas que permitan salir el sudor. En verano la mejor opción son las sandalias, con las que el pie queda completamente al descubierto.
Cuando tengas que usar una ducha pública, como la de la piscina o el gimnasio, lleva siempre contigo unas sandalias que impidan que tus pies entren en contacto con el suelo. De esta manera previenes el contagio de hongos.
Para eliminar las bacterias del interior del calzado puedes aplicar un espray antiséptico o polvos de talco en el interior.
Procura no usar todos los días el mismo calzado. Trata de combinar diferentes pares a lo largo de la semana, y deja que se aireen durante las noches en la ventana o la terraza.
Además del calzado, el tipo de calcetín o media que utilices también guarda relación con el mal olor de pies. Evita fibras sintéticas y recurre a tejidos transpirables como el algodón, la lana, el hilo, o la seda. Y, por supuesto, cambia de par cada vez que sudes.