Qué es la tanorexia
Actualizado: 5 de septiembre de 2022
Hasta hace no mucho tiempo, había que esperar a la llegada del verano para presumir de bronceado. Sin embargo, la irrupción en el mercado de las cabinas de rayos UVA trajo consigo la desestacionalización de ese, tan deseado, color canela. Pero la obstinación por tener una piel morena ha llegado hasta tal extremo que, para ciertas personas, se ha convertido en una obsesión. De hecho, ha dado lugar a la aparición de un trastorno psicológico denominado tanorexia (del inglés tan –bronceado–).
Este término surgió en el año 2005 en la Academia Norteamericana de Dermatología y hace referencia a un desorden en la percepción del propio cuerpo. Si en enfermedades como la anorexia o la bulimia una persona cree tener un peso por encima del que tiene en realidad, cuando hablamos de tanorexia nos referimos a una dismorfobia (preocupación excesiva por algún defecto físico, ya sea real o imaginario) en la que la persona tiene la percepción de que su piel nunca está morena y, por consiguiente, la sobreexpone al sol o a los rayos UVA.
Este trastorno psicológico es más común entre los 17 y los 35 años y afecta tanto a hombres como a mujeres. Las personas que sienten la necesidad de tomar el sol o darse sesiones de rayos UVA de manera habitual pueden ver resentida su salud, pues no suelen tomar las precauciones necesarias para proteger su piel. Son muchos los mitos que hay entorno a los productos para conseguir un bronceado más rápido, entre ellos aceites, refrescos y cremas hidratantes, pero ninguno de ellos se debe utilizar, ya que no contienen protector solar, el único escudo eficaz que puede tener la piel expuesta al sol.
Algunos estudios apuntan que, además, esta adicción al bronceado de los tanoréxicos se debe a que al tomar sol se liberan endorfinas y opioides, en un efecto similar al de las personas adictas a las drogas, y que en muchos casos les lleva incluso a padecer síndrome de abstinencia si no pueden broncear su piel tanto como quieren. Este problema no solo conlleva trastornos psicológicos (ansiedad, insatisfacción, competitividad…), también en ocasiones pérdida de apetito y, lo que es peor, incrementa inevitablemente las probabilidades de sufrir cáncer de piel debido a la sobreexposición a los rayos ultravioleta.
Creado: 13 de julio de 2011