Respirar, un proceso vital
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
Respirar es la primera experiencia que vivimos todos los seres humanos al nacer. Es el primer proceso fisiológico que realizamos de manera independiente, una vez separados del cordón umbilical materno. A partir de ese momento se convierte en una actividad imprescindible para la vida, que consiste en absorber el aire por los pulmones, para tomar parte de las sustancias nutrientes que lo componen, y expeler ese aire modificado.
Nuestro cuerpo está programado automáticamente para esta acción, garantizando un suministro continuo de oxígeno, que resulta fundamental para la obtención de la energía que requiere el organismo en nuestro día a día. Asimismo, la respiración interviene en el desarrollo de todos los procesos fisiológicos: asegura la actividad cerebral, así como el funcionamiento del sistema nervioso, las glándulas, los músculos y los órganos.
La respiración es para muchas culturas orientales uno de los métodos fundamentales de control de energía dentro de las artes curativas y la medicina tradicional
Respirar es, por tanto, mucho más que llenar de aire los pulmones. Es sinónimo de hálito, soplo y vida. Aunque debido a su carácter mecánico la mayor parte del tiempo no somos conscientes de su importancia, la respiración es para muchas culturas orientales uno de los métodos fundamentales de control de energía dentro de las artes curativas y la medicina tradicional. Además, no debemos olvidar que bajo circunstancias extremas las personas pueden sobrevivir sin comer o sin beber agua, pero no sin falta de oxígeno.
¿Qué nos impide respirar bien?
Pero respirar únicamente no basta, es indispensable hacerlo correctamente. Por ello, antes de aprender una buena rutina de respiración, hay que saber identificar los factores que impiden que respiremos de forma adecuada. Aquí resumimos los más habituales:
Creado: 19 de mayo de 2011