Qué es el 'jet lag'
Actualizado: 2 de marzo de 2023
Viajar a miles de kilómetros en solo unas horas gracias al avión es una de las maravillas del mundo moderno, sin embargo, tanta velocidad suele provocar que nuestro aterrizaje sea un tanto forzoso. Por norma general, cuando nos desplazamos de un continente a otro en poco tiempo, nuestro organismo se resiente y sentimos cansancio, sueño, dolor de cabeza u otras muchas molestias. Quizás no lo hayas notado durante el vuelo, pero si experimentas esa sensación en el lugar de destino es porque contigo viajaba uno de los peores compañeros de travesía: el jet lag.
Causas y consecuencias del jet lag
Este desequilibrio, conocido también como síndrome de los husos horarios o disritmia circadiana, se manifiesta cuando atravesamos varios meridianos. Sucede porque nuestro ritmo biológico (ritmo circadiano) tarda en adaptarse al nuevo horario que nos impone el país de destino. Ese reloj interno que todos tenemos abarca ciclos de 24 horas y 11 minutos, por eso cuando atravesamos varias franjas de la Tierra le estamos añadiendo o restando horas, según la dirección en la que nos desplazamos. La consecuencia más habitual es que sentimos sueño durante el día o no podemos dormir por la noche, pero el jet lag también es causa de otras incomodidades.
El nivel de intensidad con el que nos afecta este trastorno depende de varios factores. El principal es la cantidad de husos horarios que superemos hasta llegar a otro país. Cuantos más crucemos, mayores serán los síntomas que padezcamos. Algunos expertos indican que hace falta como mínimo una diferencia de dos horas para sentir las consecuencias, mientras que otros amplían este periodo a cuatro horas.
Otro condicionante importante es la dirección en la que vayamos. Al viajar hacia el oeste el impacto del jet jag será menor que si el trayecto se realiza hacia el este; o, lo que es lo mismo, la desincronización de nuestro reloj interno será más acusada si volamos desde España a China que si nuestro destino se encuentra en el Caribe. Esto ocurre porque cuando nos dirigimos hacia el oeste estamos aumentando la jornada para nuestro biorritmo y el cuerpo nota menos la diferencia entre el día y la noche.
Si nuestro viaje se realiza hacia el norte o el sur sin cambiar de región horaria no habrá de qué preocuparse, puesto que el jet lag no hará su aparición.
Creado: 1 de marzo de 2013