A las personas impulsivas les resulta más difícil dejar de fumar
21/07/2011
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Granada ha comprobado que los individuos que se caracterizan por tener una personalidad impulsiva son más propensos que los demás a abandonar antes las terapias cuya finalidad es dejar de fumar, porque tienen facilidad para sufrir lo que se conoce como 'craving', que se define como un intenso deseo o una compulsión imparable de experimentar los efectos que produce el consumo de una sustancia adictiva.
El trabajo analizaba la relación entre el rasgo de impulsividad y el consumo de tabaco, entendiendo la impulsividad como una incapacidad para estimar los resultados que puede tener una acción a largo plazo y una disminución de la sensibilidad frente a sus consecuencias negativas, que hace que el individuo reaccione de forma rápida e imprevista a los estímulos antes de terminar de procesar la información.
Esta impulsividad supone que, entre las opciones disponibles, el fumador escoge aquella que le aporta reforzadores pequeños de manera inmediata, en vez de la que proporciona reforzadores mayores pero que se demoran en el tiempo. El autocontrol sería la conducta opuesta, es decir, la elección de la opción con la que se obtiene una gran ganancia, pero a largo plazo.
En opinión de los investigadores, para mejorar los tratamientos que ayuden a los fumadores a abandonar el hábito es preciso analizar la impulsividad y descubrir así cómo funciona el 'craving', que está considerado por los expertos un factor fundamental en los trastornos adictivos como el tabaco, en los problemas que genera su abstinencia, y en las posibilidades de reincidir en su consumo.
Diferencias entre 'craving' y abstinencia
El 'craving' puede estar provocado por el estado emocional de la persona o por estímulos que esta relaciona con el consumo de tabaco
Francisca López Torrecillas, autora principal de esta investigación, y directora del Departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológico de la Universidad de Granada, explica que el síndrome de abstinencia no es lo mismo que el 'craving', y que este último se presenta después de la abstinencia y suele permanecer bastante tiempo; la duración del síndrome de abstinencia, por el contrario, es más breve. La investigación muestra que el 'craving' cambia a lo largo de la jornada, y aumenta a primera hora de la tarde, mientras que el síndrome de abstinencia por lo general aparece uno o dos días después de dejar de fumar, y se prolonga durante tres o cuatro semanas.
Otra diferencia estriba en que mientras el síndrome de abstinencia está asociado exclusivamente a la abstinencia de fumar, el 'craving' puede estar provocado por el estado emocional de la persona o por determinados estímulos que esta relaciona con el tabaco. De hecho, los fumadores se caracterizan por dirigir su atención preferentemente a estímulos asociados al tabaco, que les hacen responder con ansiedad, y activan ciertas áreas cerebrales como la corteza frontal y las vías mesocorticolómbicas.
El 'craving, señala López Torrecillas, se relaciona estrechamente con elementos asociados a la impulsividad, como la atención excesiva a todo lo que incita a fumar, el deseo de tabaco y la anticipación del placer que va a proporcionar su consumo, así como la falta de capacidad para evitar estos aspectos y la facilidad para ignorar las repercusiones que tiene fumar a largo plazo.
Para controlar el 'craving' en los fumadores, existen dos abordajes psicológicos. Uno hace énfasis en las características de la personalidad del individuo, y el otro se basa en la forma en que procesa la información, la memoria, la atencion, la toma de decisiones y los modelos cognitivos.
Fuente: EUROPA PRESS
Actualizado: 1 de agosto de 2017