Los puntos sensibles en el diagnóstico de la fibromialgia
Actualizado: 5 de mayo de 2023
La importancia de estos puntos sensibles es tal que incluso durante varias décadas sirvieron para diagnosticar la fibromialgia. Hay que tener presente que el diagnóstico de la fibromialgia resulta muy complejo porque, como nos cuenta el doctor Josep Blanch, de la Unidad de Experiencia Clínica de Síndromes de Sensibilización Central del Hospital del Mar de Barcelona, “para la fibromialgia no hay una prueba diagnóstica, no hay un análisis o una radiografía, se hace un diagnóstico clínico con lo que nos refiere el paciente y lo que encontramos. Además, es un diagnóstico por exclusión. Vas descartando otras enfermedades que pueden parecer fibromialgia y no serlo”.
“En los años 80 se investigó mucho sobre síntomas específicos de las personas con fibromialgia que permitieran hacer un diagnóstico lo más homogéneo posible. Precisamente, los puntos dolorosos, tanto por el número, como por la localización en algunas zonas específicas, permitieron distinguir a los pacientes con fibromialgia de aquellos que no la tenían”, explica el doctor Javier Rivera, reumatólogo y portavoz de la Sociedad Española de Reumatología (SER).
Y así fue como, en 1990, el American College of Rheumatology identificó esos 18 puntos sensibles concretos para elaborar los primeros criterios de clasificación de pacientes afectados por la fibromialgia, “criterios que se han empleado largamente para establecer el diagnóstico de la enfermedad”, señala el doctor Rivera. Para el diagnóstico era necesario que al aplicar una presión de como mínimo 4 kg el paciente refiriera dolor en al menos 11 de estos puntos, y tener una historia de dolor crónico generalizado de como mínimo tres meses de duración.
Nuevos criterios de diagnóstico de la fibromialgia
Pero estos puntos sensibles hoy ya no se utilizan de forma exclusiva para diagnosticar esta patología, ya que se ha comprobado que la fibromialgia presenta otros síntomas. Así pues, “han caído en desuso y se utilizan otras formas para medir la sensibilidad al dolor”, nos explica el doctor Josep Blanch.
En 2010 y 2016 el American College of Rheumatology modificó la forma de diagnosticar la fibromialgia. Se desarrollaron unos criterios diagnósticos preliminares que se pueden utilizar en pacientes que tengan síntomas de más de tres meses de evolución y no presenten ningún otro trastorno que puedan explicar ese dolor. Combina un índice de dolor generalizado y una escala de severidad sintomática (SS). En el primero se realiza un recuento del número de áreas dolorosas. El SS incluye un cuestionario de muchos síntomas, hormigueo, dolor de cabeza, alteración del sueño, de la concentración, síntomas cognitivos, fatiga, cansancio matutino…
Así, con estos nuevos criterios, y según una investigación publicada en la revista Arthritis Care &Research, en el 88,1% de los enfermos de fibromialgia no se necesitó recurrir a un examen de los puntos débiles o sensibles para establecer un diagnóstico certero.
Creado: 22 de febrero de 2019