Protección frente al sol
Exponerse al sol sin protección daña la piel y los ojos, y puede provocar envejecimiento prematuro, manchas, e incluso cáncer. Sigue nuestros consejos y aprovecha los beneficios de tomar el sol sin sufrir las consecuencias.

Medidas de protección frente al sol

Actualizado: 21 de septiembre de 2022

Por muy atractivo que resulte, el bronceado no es un signo de buena salud, sino la reacción del organismo ante una agresión, un aviso de las células de la piel, que producen más pigmentos tras sufrir una lesión. Para disfrutar del aire libre, evitando que la piel corra riesgos, se pueden seguir las siguientes recomendaciones para protegerla frente al sol:

  • Aplicar el protector solar media hora antes de exponerse al sol, extendiéndolo de manera generosa sobre la piel seca, ya que las gotas de agua actúan como pequeñas lupas y pueden llegar a producir quemaduras.
  • No escatimar en cantidad. El protector debe cubrir toda la superficie del cuerpo, sin olvidar zonas como las orejas o el cuero cabelludo, en caso de calvicie o en niños pequeños.
  • Repetir la aplicación periódicamente (cada dos horas, aproximadamente), ya que el agua, el sudor y el roce de la toalla disminuyen el nivel de protección.
  • Evitar las horas de máxima intensidad solar. Entre las 12 y las 4 de la tarde, la intensidad de los rayos del sol es muy superior a la del resto del día.
  • Exponerse al sol progresivamente. Al principio, no se deben superar los 15 minutos diarios. Incrementar el tiempo de exposición paulatinamente, pero sin excederse.
  • Usar un factor de protección más alto los primeros días y, a medida que la piel se broncea, emplear sucesivamente factores más bajos. No prescindir del protector solar aunque la piel ya esté bronceada.
  • Recordar que no existe la “protección total” y que el tiempo que se permanece al sol debe ser limitado.
  • Utilizar la misma protección los días nublados que los días de sol, porque las nubes dejan pasar gran parte de las radiaciones solares.
  • Protegerse aunque se vaya a permanecer bajo una sombrilla, porque también así es posible quemarse. El agua, la arena y, sobre todo, la nieve, reflejan los rayos solares.
  • Llevar gafas de sol, con cristales que absorban la radiación ultravioleta.
  • Broncearse mediante rayos UVA antes de exponerse a la radiación solar no protege la piel del envejecimiento ni de lesiones.
  • Beber agua con frecuencia para evitar la deshidratación.
  • Si está tomando medicamentos, comprobar que no sean fotosensibilizantes porque podrían provocar quemaduras al exponerse al sol.
  • La piel de los bebés menores de tres años y de los ancianos es muy delicada y se daña con facilidad, por lo que no deben exponerse directamente al sol y han de utilizar fotoprotectores con un factor de protección solar mayor de 25.
  • Con los niños mayores y adolescentes es necesario tomar las medidas recomendadas previamente, y enseñarles la importancia de protegerse de las radiaciones solares a medida que crecen y se vuelven independientes.

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Creado: 11 de marzo de 2011

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