El tratamiento de quimioterapia para combatir el cáncer de mama suele provocar la pérdida de la función ovárica y, por lo tanto, la retirada de la regla en las mujeres que, aunque se encontraban cerca de la menopausia, aún menstruaban antes de la enfermedad, dando lugar a la aparición de la menopausia precoz. Según el Suvervillance, Epidemiology an End Results Program (SEER), que proporciona información de las estadísticas de cáncer en EE.UU., el 8,4% de las mujeres diagnosticadas por primera vez de cáncer de mama tienen entre 35 y 44 años, y un 20,1% entre 45 y 54 años; es decir, muchas ya en fase menopáusica. Según el observatorio del Cáncer de la AECC en 2018 en España se detectó este tumor a casi 5.000 mujeres de entre 15 y 45 años.

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En mujeres jóvenes también se presenta esta menopausia inducida por la quimioterapia, aunque en ocasiones se recupera la función ovárica y, por lo tanto, la menstruación, cuatro o cinco meses después del tratamiento con quimioterapia. De hecho, entre el 39% y el 50% de las mujeres menores de 40 años volverán a tener sus reglas, y cuanto más joven es la paciente más posibilidades tiene de recuperar la función ovárica. En cambio, en las mujeres con más de 40 años esta probabilidad se reduce a entre el 10-11%.

Síntomas de la menopausia precoz en pacientes con cáncer mamario

En estos casos la mujer puede experimentar muchos de los síntomas característicos de la menopausia, pero más acusados que cuando se produce de forma natural:

  • Sofocos y sudores: se deben a cambios en el centro regulador de la temperatura situado en el hipotálamo, que provocan sensación súbita de calor intenso y aumento de sudoración, sobre todo por la noche.
  • Síntomas urogenitales: con la menopausia y los tratamientos hormonales se produce una caída de estrógenos, el adelgazamiento de las paredes de la vagina y de la uretra, y el debilitamiento del suelo pélvico. El síntoma más característico es la sequedad vaginal. Los cambios en el pH de esta zona además repercuten en la flora vaginal, aumentando el riesgo de infecciones de orina recurrentes, y un suelo pélvico dañado da origen a la incontinencia urinaria de urgencia o esfuerzo, disuria o dolor al orinar y problemas de micción.
  • Síntomas musculoesqueléticos: la menopausia conlleva dolor en las articulaciones y en los músculos, que además se ven acentuados por el tratamiento hormonal con tamoxifeno o los inhibidores de la aromatasa. Estos fármacos actúan provocando una caída en los niveles de estrógeno que aceleran la tasa de reabsorción ósea y producen mayor riesgo de osteopenia u osteoporosis y fractura ósea.
  • Síntomas psicológicos. El descenso de la serotonina que se produce con la menopausia se asocia con cambios en el estado de ánimo, alteraciones del sueño, depresión, entre otros.
  • Disminución del deseo sexual. Provocado por los cambios emocionales, pero también acentuado por los síntomas urogenitales.
  • Esterilidad. La mayoría de los diagnósticos se produce en mujeres mayores de 45-50 años, pero existe un 5% que se diagnostica en edad fértil, en menores de 35 años.

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Mujer con problemas de menopausia precoz

Tratamiento de la menopausia precoz

El tratamiento de los síntomas de la menopausia inducida por los tratamientos a los que se someten las enfermas de cáncer de mama tiene un inconveniente: no es posible utilizar las terapias farmacológicas a base de hormonas que en ocasiones se prescriben para controlarlos. No obstante, se pueden tomar otras medidas para aliviar los síntomas, como:

  • Evitar los desencadenantes de los sofocos, como las situaciones de estrés, el consumo de alcohol o las comidas picantes y copiosas. Conviene vestir por capas de ropa para añadir o quitar según la necesidad del momento. Se recomienda practicar ejercicio físico, disminuir el peso corporal y disfrutar de terapias de relajación. Existen algunos medicamentos que se pueden emplear en mujeres que están con tratamiento hormonal, pero solo bajo la prescripción del ginecólogo o el oncólogo.
  • Los hidratantes vaginales empleados a diario restablecen el pH vaginal y la humedad, y alivian la sequedad vaginal, la pérdida de lubricación y la dispareunia o dolor en el coito. Los lubricantes vaginales están indicados para mejorar las relaciones sexuales. En cualquier caso, hay que consultar con el ginecólogo o el oncólogo, ya que algunos de estos productos contienen estrógenos, contraindicados con el tratamiento hormonal con tamoxifeno o los inhibidores de la aromatasa.
  • La incontinencia urinaria y los problemas urogenitales mejoran mucho con ejercicios, como los de Kegel o la gimnasia hipopresiva, que refuerzan la musculatura del suelo pélvico. Lo más adecuado es acudir a un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico.
  • Los dolores de huesos y articulaciones mejoran si se practica ejercicio físico de forma regular, supervisados por un profesional.

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Creado: 10 de enero de 2020

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