Recomendaciones para prevenir el cansancio en la carretera
28/03/2012
La DGT ha previsto que esta Semana Santa se produzcan 14,5 millones de desplazamientos. Muchos de estos conductores deberán recorrer cientos de kilómetros para llegar a sus lugares de destino, e iniciarán su viaje al salir del trabajo, lo que puede contribuir a que el cansancio sea un factor presente en numerosos accidentes de tráfico. Por otro lado, el calor parece haberse adelantado este año, y con las temperaturas elevadas se incrementa el riesgo de sufrir fatiga y deshidratación.
Por todo ello, el Real Automóvil Club de España (RACE) y la Asociación Nacional de Fabricantes de Bebidas Refrescantes Analcohólicas (ANFABRA), insisten este año en su tradicional campaña “Un refresco, tu mejor combustible” con el objetivo de prevenir la fatiga al volante, cuyo eslogan pretende concienciar a los conductores sobre la necesidad de seguir una serie de recomendaciones a la hora de coger el coche, como prevenir la aparición de fatiga y sus secuelas, deteniendo el vehículo cada dos horas aproximadamente, y dedicando estos paréntesis en el camino a realizar estiramientos y a hidratarse correctamente con una bebida sin alcohol que, si además contiene azúcar, proporcionará suficiente glucosa para que se mantenga una buena actividad cerebral.
Las consecuencias de la fatiga sobre la conducción
Las comidas muy abundantes, no descansar lo suficiente, el calor, la deshidratación o la ingestión de alcohol, tienen un efecto negativo sobre el conductor, disminuyendo su capacidad de atención y aumentando el tiempo que tarda en reaccionar cuando surge un imprevisto, por lo que se multiplican las posibilidades de tener un accidente. De hecho, la fatiga del conductor es la cuarta causa de accidentes de tráfico mortales en España.
Es muy importante aprender a identificar a tiempo los síntomas del cansancio para poder prevenir una de las consecuencias más graves de la fatiga: que el conductor llegue a dormirse. Y es que, en un estudio realizado por el RACE y ANFABRA, nada menos que tres cuartas partes de los entrevistados reconocían haber sufrido episodios de sueño mientras estaban conduciendo.
Entre los síntomas que deben alertar del incremento del riesgo de sufrir un siniestro destacan: malestar general, picor de ojos, lagrimeo o visión borrosa, hormigueo en las extremidades, inquietud, dolor de cabeza, dificultades de concentración y para mantener la atención, somnolencia, disminución de la capacidad de reacción, aburrimiento… Estos signos, además, se vuelven más frecuentes e intensos a medida que aumenta el cansancio del conductor, y cada vez es más fácil que una distracción de este pueda provocar un accidente.
Cómo prevenir la fatiga al volante esta Semana Santa
Si esta semana santa vas a conducir, aquí tienes unas claves para evitar la fatiga al volante:
- Coge el coche solo si estás bien descansado: la noche anterior duerme siete horas como mínimo, y procura no iniciar el viaje al salir del trabajo; si esto fuera imprescindible, intenta al menos echar una cabezadita antes y recuperar fuerzas.
- Comprueba que el asiento, el respaldo y el reposacabezas estén bien regulados, y que la distancia a los pedales y la altura del volante se adaptan a tus necesidades. Así evitarás molestias musculares, sobre todo en desplazamientos largos.
- Conduce con tranquilidad y sin correr, no pretendas compensar el tiempo que has perdido en un atasco.
- Presta la misma atención en los trayectos cortos, que en los largos, y no bajes la guardia en los últimos kilómetros, porque muchos accidentes ocurren al final del viaje.
- Haz un descanso cada dos horas aproximadamente, o antes si viajas durante la noche, y dedica unos momentos a caminar y estirarte.
- Bebe regularmente para evitar la deshidratación, preferiblemente bebidas azucaradas (si no lo tienes contraindicado) porque un bajo nivel de azúcar también provoca cansancio y disminuye la capacidad de atención.
- Evita el consumo de alcohol. Incluso una bebida con una baja graduación alcohólica aumenta el tiempo de reacción, reduce el estado de alerta, altera la capacidad visual y auditiva, e incrementa la somnolencia y el cansancio.
Fuente: RACE/ ANFABRA
Actualizado: 31 de marzo de 2020