Tabaco de liar, conoce sus riesgos reales para la salud
Actualizado: 8 de noviembre de 2024
El tabaquismo es una de las principales causas de muerte prematura que es posible prevenir, pero si los niveles de consumo de tabaco no varían se estima que a lo largo del siglo XXI podrían fallecer mil millones de personas por problemas de salud asociados al tabaco, como enfermedades respiratorias, cardiovasculares y oncológicas, entre otras. En nuestro país, tras el alcohol, el tabaco es la segunda sustancia psicoactiva más consumida por las personas de 15 a 64 años, según datos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES 2023) que señalan que el 33,1% de los encuestados reconoció haber fumado a diario durante los últimos 30 días en 2022.
Aunque los cigarrillos de cajetilla continúan siendo los preferidos por los consumidores –con un 72,3%–, el tabaco de liar ocupa el segundo puesto –18,9%–, mientras que el 8,8% consume los dos tipos. Además, el informe advierte que es entre los más jóvenes donde se encuentran los mayores consumos del tabaco de liar.
La Dra. Inmaculada Gorordo, especialista en neumología y patologías respiratorias y coordinadora del Área de Tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) explica a Webconsultas que hay dos razones fundamentales por las que ha aumentado el consumo del tabaco de liar “por una parte, el precio es más bajo, y, por otra parte, porque las empresas tabaqueras se encargan de realizar marketing atractivos para atraer a nuevos consumidores”.
A esto se añade “la falta de percepción sobre los riesgos inherentes a este producto, por el falso mito que lo considera más natural y menos adictivo”, según afirma a nuestro medio Alfonso Echavarren, enfermero del Departamento de Neumología en la Clínica Universidad de Navarra (CUN), que dirige su Unidad de Deshabituación Tabáquica.
Qué es el tabaco de liar y de qué está compuesto
El tabaco de liar se comercializa en forma de hebras sueltas, que se envasan en bolsas o latas. Los usuarios preparan los cigarrillos de forma manual utilizando papel de fumar y filtros –que pueden reducir la cantidad de tóxicos que se inhalan–, que también compran por separado. Este tipo de tabaco está compuesto por hojas de tabaco secas, previamente procesadas y que se mezclan para obtener diferentes sabores e intensidad.
Aunque circula la falsa creencia de que este tabaco es más natural y contiene menos aditivos o sustancias tóxicas, “la composición del tabaco es la misma y los efectos de su consumo son igual de perjudiciales (o incluso más) para la salud”, advierten desde el Ministerio de Sanidad. El tabaco contiene alrededor de 4.000 sustancias diferentes de las que 70 se consideran tóxicas y cancerígenas, según indican desde la Asociación Española contra el Cáncer. Entre estas sustancias la American Cancer Society destaca:
- Nicotina (responsable de la adicción que provocan los productos del tabaco).
- Ácido cianhídrico.
- Aldehído fórmico.
- Plomo.
- Arsénico.
- Amoniaco.
- Elementos radiactivos, como el uranio.
- Benceno.
- Monóxido de carbono.
- Nitrosaminas específicas del tabaco.
- Hidrocarburos aromáticos policíclicos.
En el caso del tabaco de liar, la Dra. Inmaculada Gorordo señala que los cigarrillos elaborados con este tipo de tabaco pueden llegar a tener más concentraciones de nicotina –un 70% más–, alquitrán –un 86% más– y monóxido de carbono –un 84% más–, e incluso más cantidad de nitrosaminas específicas del tabaco, por lo que son tan peligrosos o más que los cigarrillos manufacturados.
Un problema que se incrementa si tenemos en cuenta que en la gran mayoría de los productos que se venden (el 67%) no se reflejan estos datos en su etiquetado, según apunta un estudio publicado por Gaceta Sanitaria. Un dato que desmonta el mito de que los consumidores de tabaco de liar “saben lo que fuman”, ya que en realidad “los fabricantes no están obligados a indicar los contenidos de nicotina y alquitranes”, tal y como apuntan desde la Fundación del Hospital L´Esperit Sant.
Riesgos para la salud asociados al tabaco de liar
Los principales problemas de salud que se han relacionado con el consumo de tabaco de liar, según indican ambos expertos son:
- Enfermedades del aparato respiratorio: enfisema, enfermedad pulmonar obstructiva crónica o EPOC, bronquitis…
- Enfermedades cardiovasculares: hipertensión, infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares…
- Cáncer: el tabaco es uno de los principales factores de riesgo de diversos tipos de cáncer, y está especialmente relacionado con el cáncer de pulmón y el cáncer de vejiga.
- Enfermedades infantiles, como el asma.
- En embarazadas aumenta el riesgo de aborto y parto prematuro, así como el de muerte súbita del lactante.
- Los fumadores pasivos también están expuestos al humo de los cigarrillos de liar, que les puede provocar las mismas lesiones que el de los cigarrillos manufacturados.
- Los consumidores de este tipo de tabaco a veces lo mezclan con drogas como cannabis, marihuana, hachís, costo, que es muchísimo más perjudicial porque al efecto del tabaco se añade el efecto de la droga que consuman.
Además, Alfonso Echavarren explica que se ha observado que “en los fumadores de tabaco de liar los niveles de monóxido de carbono expirado son mayores, lo que también puede estar relacionado con la frecuencia y la intensidad de las caladas, que tienden a ser mayores que en los fumadores de cigarrillos convencionales”.
El mayor número e intensidad de las caladas –afirma–, provoca que llegue una mayor cantidad de sustancias tóxicas al cuerpo. A esto hay que añadir que muchos consumidores de tabaco de liar no usan filtros y, de esta forma, inhalan todas las sustancias tóxicas procedentes de la combustión del cigarrillo preparado por ellos en mayor medida de lo que ocurre con el cigarrillo convencional.
Cómo se puede prevenir el consumo de tabaco de liar
En algunas zonas de España en 10 años se ha multiplicado por 7 el porcentaje de consumidores de cigarrillos de liar a diario y si esta tendencia continúa se estima que el crecimiento del consumo de cigarrillos de liar seguirá aumentando con los años, afirma la Dra. Gorordo, que indica que para evitarlo es necesario:
- Informar y comunicar a la población los efectos dañinos derivados de su consumo.
- Realizar programas de prevención para evitar el inicio del consumo en los adolescentes, con campañas especialmente destinadas a los jóvenes en las que se explique que este tabaco es tan malo como el que contienen los cigarrillos de cajetilla.
- No normalizar su consumo pensando que se trata de un producto menos dañino y con un menor potencial adictivo.
- Establecer restricciones a la industria tabaquera y equiparar su precio al del tabaco manufacturado subiendo los impuestos y suprimiendo las ventajas fiscales a este tipo de tabaco.
Alfonso Echavarren hace hincapié en que “en España mueren cada año más de 50.000 personas debido al consumo de tabaco, lo que supone más muertes que por accidente de tráfico o por consumo de drogas ilegales. Incluso si sumas las muertes por estos dos factores sigue siendo inferior a las muertes asociadas al tabaco”.
Y destaca que cuando dejas de fumar no solo reduces significativamente el riesgo de padecer las enfermedades mencionadas y otras, sino que hay otros muchos beneficios que se observan a corto, medio y largo plazo: “A las ocho horas de abandonar el hábito tabáquico tus niveles de monóxido de carbono en sangre pueden disminuir hasta valores normales, entre el primer y el noveno mes disminuyen mucho la tos y la dificultad respiratoria que experimentan muchos fumadores cuando hacen ejercicio, y el primer año se reduce el riesgo de cardiopatía en un 50%”.
No hay que olvidar otro mito relativo al tabaco de liar, y es que aquellos que lo fuman tienen la falsa percepción de que pueden dejar de fumar con mayor facilidad, algo que desmienten desde el Ministerio de Sanidad, que corrobora que “se ha observado menor intención de abandono y número de intentos en este grupo que en los fumadores de cigarrillos convencionales”.
Creado: 8 de noviembre de 2024