Tipos de termómetros corporales: pros y contras
Actualizado: 4 de mayo de 2023
El cuerpo humano se encuentra a una temperatura promedio de entre 36,4ºC y 36,7ºC que favorece el correcto funcionamiento de todos los elementos internos. Cuando esa temperatura se encuentra por debajo de los 35ºC se considera que la persona está en un estado de hipotermia, que si se alarga en el tiempo puede acabar ocasionando daños en el cerebro, e incluso la muerte por un fallo cardiaco. Sin embargo, cuando nuestra temperatura corporal aumenta puede estar indicando la presencia de algún problema de salud al que se debe prestar atención.
Las personas que tienen fiebre suelen encontrarse mal, con sensación de frío, cansados y con escalofríos, y es con la aparición de estos pequeños síntomas cuando se suele recurrir al termómetro para poder saber cuál es la temperatura corporal tanto de niños como de adultos, pues muchas veces este dato puede proporcionar información o ser un aviso de la presencia de alguna patología. Pero hay que tener en cuenta que existen varios tipos de termómetros y que esta herramienta debe colocarse bien y en la zona adecuada del cuerpo para obtener resultados más certeros.
Estos son los principales tipos de termómetros y sus características principales, según explican desde el Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos:
Tipos de termómetros corporales
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Termómetro analógico
Es el termómetro convencional, creado con cristal y mercurio, sin embargo, desde 2009 está prohibida su venta en toda la Unión Europea bajo el Reglamento (CE) Nº 552/2009 por considerar este último material como tóxico para el medioambiente en caso de rotura. A pesar de ello este método analógico de medición se sigue utilizando, aunque lógicamente este metal ha sido sustituido por los fabricantes, por ejemplo con galinstan –mezcla de galio, indio y estaño–, que no resulta contaminante.
El principal inconveniente de este dispositivo es que se necesitan como mínimo unos cuatro minutos para obtener el resultado, y puede ser difícil de ver para los pacientes con problemas de visión de cerca.
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Termómetro digital
También existe la versión digital del anterior termómetro, más moderna y fácil de utilizar. Consiste en un dispositivo que mide la temperatura corporal y que tras varios minutos –entre dos y tres– la muestra en una pequeña pantalla acompañada de un leve pitido. Suele ser más exacta y rápida, pues indica cuándo se han terminado de medir los grados a los que se encuentra el cuerpo, no como los analógicos en los que debes contabilizar su duración tú mismo.
La única desventaja que podría tener el termómetro digital es que funciona mediante pilas, de botón concretamente debido a su pequeño tamaño, por lo que puede ser necesaria su reposición, aunque suelen durar bastante.
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Termómetro de oído por infrarrojos
Este tipo de termómetros miden la temperatura a través del oído, concretamente los grados de la membrana timpánica, gracias a los rayos infrarrojos. Esta herramienta es bastante rápida –unos dos o tres segundos–, aunque puede tener una variación de entre 0,5 y 1ºC más de lo real. Es especialmente útil para medir la fiebre de los más pequeños, que no suelen permanecer quietos, y a los que es muy difícil colocar un termómetro analógico o digital durante unos minutos.
En los bebés menores de tres meses no se debe utilizar este tipo de termómetro debido a que su conducto auditivo es muy pequeño.
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Termómetro de frente por infrarrojos
En este caso, el termómetro funciona igual que el anterior, mediante la medición de la temperatura con infrarrojos, pero con otro tipo de diseño, que permite obtener esta información de superficies como la frente o la sien; esta última es la más usada al estar irrigada por la arteria temporal. Su ventaja es que permite una medición sin contacto y en unos segundos.
Sin embargo, puede no ser preciso, ya que las cremas, la sudoración, o la temperatura ambiental pueden influir en los resultados, y por eso se recomienda que las personas a las que se les vayan a medir los grados corporales permanezcan en la estancia al menos durante cinco minutos antes de la medición, para evitar posibles fluctuaciones.
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Termómetros químicos o de cambio de fase
Este método es quizá el menos conocido, y en él se utilizan unas tiras autoadhesivas o unas barras plásticas que tienen en su interior sustancias químicas que reaccionan en función de la temperatura de axilas, cavidad oral, o recto. El tiempo que tarda esta herramienta en medir los grados es de entre 60 segundos en la boca, y unos tres minutos en la axila o el recto.
Su precisión es similar a la del termómetro analógico y es especialmente útil para centros sanitarios en los que se tiene que medir la temperatura a muchas personas, pues estas tiras, al ser desechables, minimizan el riesgo de contaminación cruzada entre pacientes.
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Termómetro de chupete
Como hemos dicho, los termómetros analógicos y digitales son difíciles de colocar durante el tiempo necesario en los niños, el de oído no se debe usar con menores de tres meses, y los de infrarrojos pueden ser muy caros. Por todo ello, también existen en el mercado termómetros de chupete, que con un método similar al de las tiras químicas mencionadas anteriormente mide la temperatura oral del bebé.
Los resultados se pueden mostrar en dígitos o mediante una escala de colores, normalmente negro para temperatura normal, verde cuando hay una fiebre moderada, y azul en caso de fiebre alta.
Creado: 17 de abril de 2020