Vivir bajo una ruta aérea es nocivo para la salud
25/11/2014
La contaminación acústica que sufren las personas que residen bajo una ruta aérea a consecuencia del ruido que emite los aviones, incrementa el riesgo de que desarrollen trastornos de salud como hipertensión, infarto e ictus, según revela un estudio realizado por científicos del departamento de Medicina de la Universidad Johannes Gutenberg de Mainz (Alemania).
En la investigación participaron 75 adultos sanos, con una media de 26 años de edad, que fueron expuestos a diferentes patrones de ruido de forma aleatoria, uno de ellos exento de ruido, y dos con reproducciones del sonido emitido por distintos números de vuelos –una de 60 vuelos, y otra de 30–, con un nivel medio de presión sonora máximo (SPL) de 60 decibelios (dB).
Observaron que la función endotelial de los voluntarios expuestos durante una sola noche al ruido producido por 60 vuelos se alteraba, contribuyendo de forma significativa al estrés oxidativo. Esta alteración, además, se acompañaba de un notable aumento de los niveles de adrenalina, así como de una reducción de la calidad del sueño y un aumento de la presión arterial sistólica.
En los voluntarios expuestos durante una sola noche al ruido producido por 60 vuelos se alteraba la función endotelial, aumentaban los niveles de adrenalina y la presión arterial sistólica, y disminuía la calidad del sueño
Alejandro Berenguel Senén, vocal de la Sección de Riesgo Vascular y Rehabilitación Cardiaca de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), ha explicado que los resultados del trabajo indican que la hipertensión que se produce como respuesta a la exposición del individuo al ruido durante la noche, podría explicarse por el incremento de la activación simpática, pero también por la disfunción endotelial.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que no se superen los 30 decibelios durante la noche para que el descanso de las personas sea adecuado, algo difícil de conseguir en zonas cercanas a locales de ocio nocturno o a un aeropuerto.
El informe Ruido y salud señala que España es el segundo país más ruidoso del mundo –tras Japón–, y donde un mayor número de personas se encuentran expuestas a altos niveles de ruido, por lo que la contaminación acústica es en nuestro país un importante problema medioambiental, que según la Fundación Española de Cardiología (FEC) deberían abordar tanto administraciones como ciudadanos para crear entornos que permitan el descanso de la población.
Actualizado: 25 de agosto de 2017