Aftas bucales persistentes: cómo tratarlas y prevenirlas
Actualizado: 21 de diciembre de 2023
Qué son las aftas bucales persistentes
Las aftas bucales son unas pequeñas llagas que aparecen en los tejidos blandos de la cavidad oral. Aunque son benignas y no son contagiosas, sí son dolorosas y, debido a su localización –generalmente en el interior de las mejillas, en la base de las encías, en el velo del paladar, en la lengua, y en la zona interna de los labios–, dificultan la ingesta de alimentos y bebidas.
“El término ‘afta’ procede del griego y significa ulceración. Por tanto, son pequeñas ulceraciones superficiales, únicas o múltiples, normalmente pequeñas (aunque también pueden ser más grandes), redondeadas, con fondo amarillento y halo eritematoso, poco profundas, pero dolorosas, que aparecen en las mucosas no queratinizadas de la cavidad bucodental. Son conocidas popularmente como llagas y suelen curar espontáneamente una o dos semanas después de su aparición”, nos explica Cristina Serrano Sánchez-Rey, Magister en Periodoncia por la Universidad Complutense y miembro de la comunidad Alianza por la Salud de la Sociedad Española de Periodoncia (Sepa).
“Cuando hablamos de aftas bucales persistentes o recidivantes (estomatitis aftosa recidivante, EAR), nos referimos a úlceras que tienden a reaparecer de manera recurrente en el mismo individuo”, indica el Dr. Juan José Gaite, Director de la Unidad Dental de la Clínica Universidad de Navarra. “Pueden aparecer a cualquier edad, son algo más frecuente en mujeres y tienen una prevalencia entre el 5 y el 20% de la población. Se considera que hasta tres cuartas partes de la población general han tenido aftas alguna vez en su vida”.
Factores que favorecen la aparición o reaparición de las aftas bucales
Las causas por las que se desarrollan estas úlceras orales se desconocen, pero se cree que tienen un origen multifactorial y que intervienen factores de tipo local, inmune y genético. Se puede distinguir entre factores predisponentes o precipitantes, genéticos e inmunológicos –por alteraciones del sistema inmune–, y si detallamos los factores que predisponen a la reaparición de las aftas, los más comunes son:
Factores traumáticos: el trauma bucal o hábitos de morderse la lengua o los labios, daños producidos por el propio cepillo de dientes, por bordes agudos en dientes o restauraciones dentarias, aparatos de ortodoncia, o incluso una mordedura accidental. También se pueden deber a un trauma químico, como una quemadura.
Estados carenciales: deficiencias nutricionales como la falta de hierro, vitamina B12, ácido fólico o zinc.
Cambios hormonales en la mujer: suelen observarse más durante la menstruación y la menopausia, y desaparecer de forma temporal durante el embarazo, lo que sugiere que ese desequilibrio hormonal puede desempeñar un papel en la patogénesis.
Estrés, ansiedad o falta de sueño: pueden debilitar el sistema inmune y contribuir a la aparición de brotes.
Sensibilidad a algunos alimentos: como el queso, el chocolate, frutos secos o frutas como piña, kiwi, fresas o plátanos…
Algunos fármacos: como el captopril, que se usa para controlar la hipertensión, ciertos antiinflamatorios, como el diclofenaco o, sobre todo, los agentes quimioterápicos.
La genética: de hecho, según los estudios, entre un 24% y un 46% de los casos de EAR existe una historia familiar similar.
Infecciones virales o bacterianas y otros problemas de salud: “En algunos casos, las aftas bucales recurrentes pueden estar asociadas con condiciones médicas subyacentes, como trastornos inmunológicos o enfermedades inflamatorias intestinales (colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn y enfermedad inflamatoria intestinal). Es importante buscar la evaluación de un profesional de la salud si las aftas son persistentes o están acompañadas de otros síntomas preocupantes que pueden estar asociados a otros síndromes (aftosis de Suton o síndromes de Behçet, de Reiter o MAGIC)”, destaca el Dr. Juan José Gaite.
Cuando vuelven a aparecer, ¿Lo hacen siempre en el mismo sitio?
“Las aftas crónicas recidivantes suelen aparecer en diferentes localizaciones de la mucosa oral y cuando reaparecen pueden hacerlo en cualquier parte, tanto en lengua, como en suelo de boca, paladar blando, mucosa interna de las mejillas o base mucosa de las encías. Si un afta reaparece siempre en el mismo sitio, lo más probable es que esté relacionada con un trauma de tipo físico que se produzca reiteradamente en esa zona, como un borde afilado en un diente o restauración. La eliminación de los factores traumáticos es fundamental para evitar la recidiva y que dicha ulceración pueda degenerar en un carcinoma”, afirma Cristina Serrano Sánchez-Rey.
Cómo tratar las aftas persistentes
La experta en periodoncia advierte que “antes de comenzar un tratamiento, es necesario identificar los factores que están influyendo en la aparición de las aftas e intentar controlarlos. Actualmente, el objetivo del tratamiento es reducir las molestias que puedan producir, reducir las posibilidades de que se produzca una infección secundaria en ellas, y potenciar la cicatrización”.
El Dr. Juan José Gaite también advierte que “el tratamiento de las aftas bucales depende de la causa y la gravedad de la lesión”. E indica que “algunas medidas que se pueden tomar para aliviar el dolor y acelerar la curación incluyen el enjuague bucal con soluciones antisépticas o antiinflamatorias, el uso de analgésicos para aliviar el dolor, la aplicación de cremas o geles tópicos con ingredientes antiinflamatorios o anestésicos, la evitación de alimentos picantes o ácidos que puedan irritar la zona afectada y el mantenimiento de una buena higiene bucal”.
Para disminuir las molestias se puede aplicar geles o colutorios con ácido hialurónico y otros componentes activos que potencian el efecto barrera, la acción antiinflamatoria y analgésica, la acción cicatrizante e hidratante o la acción antiséptica. Cristina Serrano Sánchez-Rey también aconseja que se utilicen anestésicos locales, como la lidocaína en espray. Además, aplicar tratamientos tópicos con clorhexidina evita que se sobre infecten. “Suelen ser beneficiosos tratamientos tópicos con corticoides y, en los casos más severos de úlceras mayores, se pueden combinar con unos días (no más de 5) de tratamiento con corticoides sistémicos”, añade.
Otro objetivo del tratamiento sería aumentar el tiempo libre de aftas entre brote y brote, y en pacientes con brotes tan frecuentes que encadenan uno con otro puede ser interesante la utilización combinada de fármacos inmunosupresores con corticoides. “En casos de aftas persistentes o severas, se puede considerar el uso de medicamentos con prescripción por vía sistémica, además de los de uso tópico”, concluye el Dr. Gaite.
Claves para prevenir las aftas persistentes
“A pesar de los factores predisponentes de los que hemos hablado, su etiología sigue siendo desconocida, lo que impide que exista un tratamiento que evite su causa, y, por tanto, su aparición”, señala Cristina Serrano Sánchez-Rey.
Sin embargo, la experta aclara que, en general, sí podemos tener en cuenta una serie de medidas preventivas para evitar que las aftas reaparezcan en función de cada caso:
Si las aftas se producen cuando se ingieren determinados alimentos, puede existir una hipersensibilidad o una alergia relacionada, por lo que es importante anotar frente a qué alimentos se producen, realizar pruebas de alergia, e intentar limitar dichos alimentos.
Si la dieta es desequilibrada y pobre en micronutrientes, sería interesante realizar una analítica para descartar un déficit en los ya comentados (ácido fólico, hierro, zinc o vitamina B12) e introducir en la dieta alimentos ricos en estas sustancias. Esto puede reducir al menos parcialmente los brotes.
En muchas ocasiones las aftas se relacionan con estrés. Se ha observado que ser consciente de ello y mejorar el estilo de vida, con la introducción de una dieta adecuada, ejercicio combinado con periodos adecuados de descanso y el manejo del estrés mediante técnicas, como la meditación, pueden también ayudar a alargar los periodos sin brotes.
Por supuesto, siempre es necesaria una buena higiene oral con un cepillo suave y una técnica adecuada que evite el trauma, supervisadas por el dentista e higienista, así como pasta dental y colutorios específicos que no contengan irritantes.
Creado: 21 de diciembre de 2023