Boca de meta, riesgos de la metanfetamina para la salud bucodental

La 'boca de meta' es un grave deterioro de la salud bucodental asociado al consumo de metanfetamina. Te explicamos los riesgos asociados al consumo de esta droga estimulante y adictiva y las opciones terapéuticas para recuperar una boca sana.
Drogadicto fumando metanfetamina

Por: Eva Salabert

Periodista experta en salud

Actualizado: 21 de febrero de 2025

Las metanfetaminas son drogas con efectos estimulantes cuyo uso se generalizó durante la Segunda Guerra Mundial para potenciar la energía de los combatientes y que tuvieran menos necesidad de comer, dormir o descansar1. Esto ya da una idea de su peligrosidad, al que se añade su elevado riesgo de adicción, por lo que, en Estados Unidos, la Ley de Sustancias Controladas de 1970 las clasificó como drogas de la Lista II, de forma que su uso solo estuviera autorizado por razones médicas.

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El consumo de drogas en general afecta negativamente a la salud física y psicológica y, en el caso de la metanfetamina, tiene un impacto especialmente perjudicial sobre la salud bucodental: es lo que se conoce como ‘boca de metanfetamina’ o ‘boca de meta’, y se puede observar a simple vista en las personas que abusan de esta droga.

Qué son las metanfetaminas, efectos y riesgos

Las metanfetaminas son drogas de la familia de las anfetaminas que actúan como estimulantes del sistema nervioso central. Tienen diversas formas de presentación, aunque la más frecuente es en polvo blanco o cristales –conocidos como ‘cristal’ o ‘crystal meth’– o tabletas2. Generalmente, la metanfetamina se fuma, pero también se puede inhalar, inyectar o administrar por vía oral o rectal.

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Estas sustancias afectan a la liberación y recaptación de neurotransmisores como la dopamina, lo que genera una sensación intensa de euforia y energía, aumenta el estado de alerta y disminuye el cansancio y el apetito. “Las metanfetaminas son compuestos químicos que, además de los efectos psicótropos que tienen, son potentes simpaticomiméticos. Este síndrome se caracteriza por taquicardia, arritmias, vasoconstricción, aumento de temperatura y sudoración”, explica a WebConsultas el Dr. Ángel Nieto, especialista en Medicina Interna del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

Distintos tipos de metanfetaminas

A corto plazo los efectos de las metanfetaminas pueden incluir3 alteraciones del ritmo cardíaco, ansiedad, paranoia, lapsus de memoria, delirios o aumento de la presión arterial, entre otros. A largo plazo el abuso desencadena problemas de salud graves, como:

  • Adicción: las metanfetaminas son compuestos de alta adicción, necesitando mantener su consumo para tener un estado de mínimo bienestar. Son algo menos adictivas que la cocaína, pero lo suficiente como para tener que plantear programa de deshabituación en un paciente que tenga un consumo crónico, advierte el Dr. Nieto.
  • Deterioro cerebral: daños en zonas del cerebro que intervienen en la memoria, el control de impulsos y la toma de decisiones. “A nivel neurológico, el vasoespasmo puede provocar ictus. Igualmente, baja el umbral convulsivo”, indica el especialista en medicina interna, que añade que “de forma crónica, se ha relacionado el consumo de metanfetaminas con deterioro cognitivo (no hay que olvidar que producen vasoconstricción cerebral con disminución del riego cerebral), posibles cuadros depresivos y afectación de la memoria”.
  • Psicosis: con episodios de paranoia, alucinaciones y delirio4. Según el Dr. Nieto, al igual que el resto de las drogas de abuso, pueden generar un posible brote psicótico, así como un comportamiento paranoico y suspicaz, o fenómenos de auto y heteroagresión.
  • Deterioro físico: pérdida de peso extrema, úlceras en la piel y deterioro dental severo (conocido como ‘boca de metanfetamina’).
  • Aumento del riesgo de desarrollar infecciones bacterianas, VIH5 o hepatitis vírica por compartir dispositivos para el uso de la droga o mantener relaciones sexuales de riesgo asociados con el consumo.
  • Problemas cardiovasculares: elevado riesgo de infartos, arritmias e hipertensión arterial crónica.
  • Daño hepático y renal: la droga es tóxica para el hígado y el riñón y puede dañar sus funciones.
  • A nivel digestivo, la falta de riego puede provocar perforación gástrica o intestinal.
  • Disfunción sexual en los varones.
  • Aislamiento social: los adictos a estas y otras drogas tienen dificultades para llevar una vida normal y esto también afecta a sus relaciones familiares y sociales.

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El Dr. Ángel Nieto alerta sobre otro riesgo añadido: “las metanfetaminas son compuestos que en ocasiones se fabrican de forma “casera” sin ningún tipo de control sanitario. Esto hace que haya reacciones frecuentes con colorantes o contaminantes del proceso de fabricación. La mayoría de estas reacciones son alérgicas y pueden empeorar el cuadro clínico de un posible intoxicado por metanfetaminas”.

Causas de la boca de meta y signos típicos

Las personas que consumen este tipo de drogas desarrollan problemas bucodentales con unas características concretas que se conoce popularmente como ‘boca de meta’. “El consumo de metanfetamina tiene un impacto devastador en la salud bucodental y podemos observar un patrón común de deterioro con su consumo habitual”, explica a WebConsultas el Dr. Gerardo Gómez Moreno, Catedrático de la Facultad de Odontología de la Universidad de Granada6, odontólogo y médico, que detalla los principales efectos que provoca: 

  • Sequedad bucal (xerostomía): la metanfetamina disminuye drásticamente la producción de saliva (que tiene un efecto protector), lo que afecta al pH oral y favorece, por tanto, el crecimiento bacteriano.
  • Caries rampantes y agresivas: la combinación de boca seca, consumo frecuente de bebidas azucaradas y una higiene oral deficiente son el caldo de cultivo perfecto para que se inicien caries extensas, que progresan rápidamente y producen grandes destrucciones dentarias.
  • Mayor incidencia de gingivitis y periodontitis, ya que esta droga produce vasoconstricción, lo que implica menor aporte sanguíneo a los tejidos periodontales, que contribuye a la pérdida rápida de inserción de los dientes y reabsorción ósea.
  • Bruxismo severo y desgaste dental: derivado del estado de hiperactividad y tensión muscular que provoca este estimulante, lo que hace que veamos en clínica con frecuencia fracturas dentales y desgastes oclusales.
  • Úlceras y lesiones en mucosa oral: por el contacto repetido de esta droga con la mucosa oral que puede ocasionar quemaduras químicas dolorosas, si bien lo que más diagnosticamos son úlceras traumáticas por mordisqueo, movimientos masticatorios compulsivos de labios y lengua (autoagresión oral), aparición de infecciones oportunistas por hongos y, en algunos casos, zonas de necrosis por el efecto vasoconstrictor que comentaba anteriormente.

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Ilustración de una boca afectada por el consumo de metanfetaminas

El Profesor Guillermo Pradíes Ramiro, miembro del comité ejecutivo de la Comisión Científica de Colegio de Odontólogos de Madrid (COEM), director del Departamento de Odontología Conservadora y Prótesis de la Universidad Complutense de Madrid y presidente de la Sociedad Española de Prótesis Estomatológica y Estética (SEPE), resume los signos más característicos que pueden hacer sospechar al odontólogo que el paciente es un consumidor crónico de metanfetamina:

  • Caries avanzadas en superficies lisas del diente, especialmente en dientes anteriores.
  • Dientes ennegrecidos, frágiles y con fracturas múltiples.
  • Xerostomía intensa sin causa médica aparente.
  • Gingivitis o periodontitis severa en pacientes jóvenes sin otros factores de riesgo.
  • Bruxismo y desgaste dental excesivo.
  • Lesiones en mucosas orales compatibles con irritación química o quemaduras.
  • Paciente con signos de hiperactividad, ansiedad, pérdida de peso y mala higiene personal.

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Soluciones a la ‘boca de meta’: cómo se trata

El Dr. Gómez Moreno comenta que, por desgracia, lo más habitual es que los pacientes que consumen metanfetaminas acudan a la consulta cuando ya se encuentran en estadios avanzados de deterioro oral, “lo que limita considerablemente nuestras opciones de tratamiento odontológico conservador”, y añade que el éxito del tratamiento odontológico en estos pacientes depende en gran medida de su rehabilitación integral y la suspensión del consumo de la droga.

Es fundamental que estos pacientes reciban el apoyo psicológico y médico necesario para mantener la abstinencia. Por ello, El Profesor Guillermo Pradíes Ramiro destaca que “el tratamiento debe ser integral y, siempre que sea posible, en conjunto con otros profesionales de la salud que manejen la adicción del paciente”. Una vez que el paciente ha dejado la metanfetamina, ambos especialistas recomiendan que el plan de tratamiento odontológico incluya:

  • Manejo de la xerostomía: uso de sustitutos salivales, estimulación de la producción de saliva con sialogogos como la pilocarpina, una correcta hidratación y estrategias dietéticas para minimizar el riesgo de caries.
  • Educación para reforzar la higiene oral y crear un hábito, seguir una dieta adecuada y acudir a revisiones periódicas odontológicas.
  • Control del bruxismo: uso de férulas oclusales y terapia para reducir el estrés.
  • Tratamiento periodontal: que incluye raspado y alisado radicular, control de infecciones con terapia con antibióticos y, en casos severos, cirugía periodontal para estabilizar la pérdida ósea.
  • Restauración de caries extensas: en muchos casos, la destrucción dental ha sido tan severa que requiere rehabilitaciones orales completas. En casos extremos, los dientes están tan destruidos que hay que valorar la exodoncia y posterior rehabilitación protésica.
  • Rehabilitación protésica e implantológica: en pacientes que ya no consumen metanfetamina y con un buen estado periodontal, los implantes dentales pueden ser una buena opción. Aunque en muchos casos se opta por prótesis convencionales debido a la pérdida ósea severa y el coste económico del tratamiento.

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El Dr. Gómez Moreno afirma que “desde la perspectiva de la Odontología en pacientes médicamente comprometidos, que es mi campo de trabajo diario en la Facultad de Odontología de la Universidad de Granada, es importante enfatizar que estos pacientes presentan un riesgo quirúrgico y anestésico elevado”.

Esto se debe a que el consumo crónico de metanfetamina puede inducir hipertensión arterial y arritmias que se deben tener en cuenta si se requieren procedimientos quirúrgicos orales o anestesia local con vasoconstrictor; una respuesta alterada al dolor: desde una hipersensibilidad al dolor a una tolerancia aumentada, que complican el manejo analgésico postoperatorio; alteraciones en la coagulación: pueden presentar mayor tendencia al sangrado y retraso en la cicatrización de heridas. Por todo ello, el especialista concluye que el “manejo de estos pacientes debe ser multidisciplinario”.

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  • 1
    «Las Adicciones Secretas De Hitler Durante El Tercer Reich». Historia National Geographic, 2024, https://historia.nationalgeographic.com.es/a/hitler-drogadicto-secreto-tercer-reich_20903.
  • 2
    «DARK Classics in Chemical Neuroscience: Methamphetamine». ACS Chemical Neuroscience, vol. 9, n.º 10, American Chemical Society (ACS), pp. 2373–2378+.
  • 3
    Karla D Wagner. «“It’s Called overamping”: Experiences of Overdose Among People Who Use Methamphetamine». Harm Reduction Journal, vol. 19, n.º 1, Springer Science and Business Media LLC, 2022, doi:10.1186/s12954-022-00588-7.
  • 4
    Glasner-Edwards S, y Mooney LJ. «Methamphetamine Psychosis: Epidemiology and Management». CNS Drugs, vol. 28, n.º 12, Springer Science and Business Media LLC, 2014, pp. 1115–1126+, doi:10.1007/s40263-014-0209-8.
  • 5
    Grov C, Westmoreland D, Morrison C, Carrico AW, y Nash D. «The Crisis We Are Not Talking About: One-in-Three Annual HIV Seroconversions Among Sexual and Gender Minorities Were Persistent Methamphetamine Users». Journal of Acquired Immune Deficiency Syndromes (1999), vol. 85, n.º 3, Ovid Technologies (Wolters Kluwer Health), 2020, pp. 272–279+, doi:10.1097/QAI.0000000000002461.
  • 6
    Gerardo Gómez Moreno | Universidad De Granada. https://www.ugr.es/personal/gerardo-gomez-moreno.

Creado: 21 de febrero de 2025

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