Como ya hemos comentado, una encía está sana cuando presenta un color sonrosado pero, junto con una buena coloración, hay otro detalle que al periodoncista le dice que una encía está sana: su aspecto “como de piel de naranja, con ese punteado característico”, señala la doctora Regina Izquierdo, vocal de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Periodoncia y Osteointegración (SEPA). Además, debe cumplir estos requisitos:
- No sangra. “Si la encía sangra, es que está enferma”, comenta la doctora Regina Izquierdo. Lo más frecuente es que se trate de una gingivitis o una periodontitis, y que la encía inflamada sangre al cepillarse los dientes o pasar la seda dental. En cambio, si están sanas no aparece ni tan siquiera un hilillo de sangre. No obstante, como advierte la experta, en los fumadores la encía enferma “no sangra. El tabaco enmascara la enfermedad, aunque triplica el riesgo y hace que avance más rápido”.
- Cubre la raíz de los dientes: si la encía está retraída y queda al descubierto parte de la raíz, o notas que donde antes tenías tejido ahora solo se ve diente y estos se ven más largos, es probable que haya algún problema.
- Al tomar bebidas o alimentos muy fríos o calientes no se experimenta sensibilidad. “La hipersensibilidad aparece porque la raíz del diente ha quedado al aire a causa de la pérdida de la encía o del esmalte”, señala la doctora Izquierdo.
- Se tiene buen aliento: la halitosis o mal aliento, o una sensación de mal sabor en la boca, a menudo tiene su origen en las bacterias que se acumulan entre las encías y los dientes, y que pueden provocar una infección.
- Los dientes están fijos: “la movilidad o la separación de los dientes es síntoma de que hay pérdida de hueso”, anota la doctora.