Higiene íntima tras el sexo: cómo debes llevarla a cabo

Tras practicar sexo, son muchas las personas que dudan sobre si deben o no lavarse sus zonas íntimas y cómo hacerlo. Te mostramos unas sencillas rutinas con las que podemos evitar alteraciones vulvovaginales que pueden producir picor, escozor y otras molestias.
Pareja en el baño después de tener relaciones íntimas

Por: Amparo Luque

Periodista experta en embarazo e infancia

Actualizado: 4 de agosto de 2023

Muchas mujeres (y también algunos hombres) se lavan la zona genital al finalizar las relaciones sexuales, e incluso hay quién lo hacen de forma inmediata o urgente. Pero, ¿es este hábito higiénico realmente necesario o, al menos, conveniente para prevenir posibles problemas de salud? Teniendo en cuenta que los encuentros sexuales no sólo se limitan a la penetración, sí que podemos tomar algunas precauciones que nos pueden ayudar a disfrutar en plenitud de ellos y a librarnos de infecciones por patógenos oportunistas que nos pueden causar diversas alteraciones vulvovaginales.

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El doctor Gerardo Ventura Serrano, ginecólogo experto en salud íntima de la mujer y portavoz de la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia (AEGO) explica a Webconsultas que “El coito con penetración y eyaculado  deposita en la vagina de la mujer la carga vírica y  bacteriana de la que el varón pueda ser portador asintomático y que a través del cérvix se disemina por todo el aparato  reproductor de la mujer. El pH del semen (que tarda menos de dos horas en llegar a la trompa de Falopio) es alcalino y el de la mujer asintomática es ácido, por lo tanto esa diseminación se facilita”. A pesar de que esta acción pueda modificar el ambiente del pH vaginal, en una mujer sana no es necesario un aseo específico tras el sexo porque nuestra vagina se encarga de autorregularse de forma natural, gracias a la microbiota.

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Mujer duchándose

Así, para evitar ciertas alteraciones, en realidad se hace más hincapié en otros factores como puede ser el lavado de manos. La doctora María Serrano, del servicio de Ginecología del Hospital La Paz así lo indica: “antes de las relaciones el aseo genital es aconsejable, aunque no indispensable si hemos tenido una adecuada higiene diaria; y después de mantener sexo tampoco es imprescindible si nuestra pareja es conocida y de confianza (sabemos que guarda un aseo adecuado y que no es portador/a de infecciones). Más importante es una correcta higiene de manos previa a las relaciones, ya que éstas están expuestas constantemente a la contaminación por determinados microorganismos u otros elementos no deseables, y en el acto sexual corremos riesgo de autoinocularnos o de inocular a nuestra pareja”. El lavado de manos con agua y jabón después del acto sexual también es una práctica obligada para eliminar las bacterias que se hayan podido adquirir tocando los órganos genitales.

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Y por supuesto, hay que ser muy cuidadosos con la higiene en el caso de practicar sexo anal, ya que la zona perianal tiene muchísimas más bacterias que pueden transportarse hacia el área genital.

Buenos hábitos para cuidar la zona íntima tras practicar sexo

En general, una adecuada higiene íntima diaria es suficiente para mantener la zona genital protegida, evitando irritaciones y cambios en el equilibrio bacteriano. Todo ello pasa por lavar la vulva pero no la vagina, ya que las duchas vaginales podrían producir más infecciones al eliminar la flora vaginal normal.

Por tanto, se trata de una sencilla rutina que podemos llevar a cabo de la mejor manera posible si seguimos ciertas recomendaciones. La doctora María Serrano, del servicio de Ginecología del Hospital La Paz indica que:

  • Existen jabones específicos para el área genital que tienen un pH adecuado y en ocasiones van acompañados de algún principio activo testado farmacológicamente que puede aportar confort y buen olor sin ser excesivo ni agresivo.
  • En una mujer en edad fértil y sin patología, el consejo es un lavado diario o como mucho dos veces al día según las necesidades, con agua y esos jabones específicos.
  • Después, es fundamental un buen secado y no utilizar compresas ni salvaslips salvo los días de la menstruación.

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Por el contrario, desde la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia (AEGO) alertan de que la propaganda ofrece productos que dicen que son para la higiene íntima, pero muchos contienen detergentes y jabones duros que en forma de champú, polvos, perfume spray o lociones debilitan la piel y la hacen más vulnerable”.
A esto se añade que, como rutina diaria para intentar alejar al máximo las alteraciones vulvovaginales, los expertos recomiendan usar ropa interior de algodón y evitar aquellos tejidos sintéticos o prendas muy ajustadas que producen mayor sudoración y pueden alterar la microbiota vaginal.
En cuanto las toallitas higiénicas, que normalmente son muy “socorridas” en el momento de finalizar el acto sexual, pueden ser útiles puntualmente, pero sería mejor usar un simple pañuelo de papel.

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¿Es bueno orinar tras practicar sexo?

Por último, ¿orinar tras practicar sexo sería, digamos, una medida más de aseo? Pues tal y como aclara la doctora María Serrano  “de forma clásica se ha recomendado especialmente a las mujeres con tendencia a tener infecciones del aparato urinario, que tras tener relaciones sexuales miccionen para que el arrastre mecánico de la orina limpie la vía urinaria. Aunque no existen estudios consistentes que demuestren la efectividad de la maniobra, es algo sencillo de realizar y en ningún caso nocivo”.

Y es que, la actividad sexual puede conllevar la introducción de fluidos y lubricantes en la uretra. Orinar después del sexo ayuda a eliminar estos residuos, lo que puede ayudar a prevenir irritaciones o molestias posteriores.

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Mantén limpios tus juguetes sexuales

Además, a lo que se debe prestar especial atención es a otros elementos que puedan participar en los encuentros eróticos como son los juguetes sexuales que sí que pueden causar infecciones recidivantes.

“Los juguetes sexuales pueden estar contaminados por diferentes microorganismos, por lo que es aconsejable que tanto antes y especialmente después de las relaciones sexuales, sean adecuadamente lavados con agua abundante y jabón. Incluso se puede aplicar algún tipo de desinfectante que no sea agresivo para el material del juguete o si es posible se pueden hervir. Se deben de guardar en un lugar seguro (por ejemplo cubiertos por un paño limpio y en un estuche)”, recomienda la ginecóloga María Serrano.

Limpieza de los juguetes sexuales

Este lavado previo y posterior debe hacerse incluso si solo los utilizas de manera individual. También puedes emplear toallitas húmedas diseñadas específicamente para la limpieza de juguetes sexuales. Y no olvides tener cuidado con el agua, asegúrate de que los compartimentos de las baterías o el cable de carga estén bien cerrados para evitar daños. Y evita una inmersión completa si el juguete en cuestión no es resistente al agua.

¿Cambios hormonales o alteraciones en la flora vaginal tras el sexo?

En los casos de mujeres sanas, la exposición a virus y bacterias durante el sexo no tiene porqué generar ningún problema ni ninguna alteración vulvovaginal. Como mucho se puede producir “un ligero aumento de las secreciones vaginales y en ocasiones una sensación muy discreta de hinchazón o irritación. Esto es debido tanto al efecto mecánico por fricción, como a los cambios fisiológicos que existen en los órganos sexuales por efecto de la excitación y su resolución (orgasmo), pero es algo que dura poco tiempo. O incluso, puede aparecer un olor discretamente más fuerte porque el pH vaginal es ácido y puede modificarse ligeramente y hacerse más básico”, indica  la doctora del servicio de Ginecología del Hospital La Paz María Serrano.

Eso sí, la situación cambia si hay alguna alteración en la flora vaginal, que sí que puede dar lugar a algunas alteraciones o molestias. En palabras de la experta María Serrano: “cuando una mujer tiene una desviación de la flora vaginal (los lactobacilos son sustituidos por diferentes causas por otros microorganismos como la gardnerella y otras bacterias anaerobias), al ponerse en contacto las secreciones vaginales con el esperma puede generarse una combinación que cause mal olor vaginal. Este cambio en la flora vaginal es lo que se denomina vaginosis bacteriana y no es una infección en sí, pero puede generar incomodidad. Afortunadamente existen tratamientos para paliarla”.

Lo mismo puede suceder durante el embarazo, cuando es frecuente que, de forma natural, aumente el flujo vaginal. Esto no generalmente no es motivo de alarma aunque, como señala la doctora Serrano “debería consultarse si existen otras molestias como picor, escozor, mal olor o sangre con el flujo”.

En todos estos casos sí que puede requerirse un aseo más frecuente, con las mismas recomendaciones que se han citado para el resto de mujeres. Y, si es necesario ponerse una compresa, lo recomendable es que sea de algodón.

Mujer mayor en la ducha

Cambios vaginales ligados a la menopausia

Finalmente, al llegar la menopausia, se producen una serie de cambios provocados por el cese de producción  hormonal. Como señala la ginecóloga María Serrano: “Por una parte, suele existir una reducción de la producción del moco por parte de las glándulas del cuello uterino. El pH vaginal cambia y muchas veces hay un desplazamiento de la flora vaginal hacia bacterias y microorganismos que pueden producir un flujo algo más amarillento o maloliente en ocasiones, creando incomodidad. También puede existir una disminución de la lubricación durante las relaciones sexuales. Además de todo esto, la piel que recubre nuestra vagina y vulva puede estar menos hidratada y ser más fina y frágil, causando dolor y contribuyendo a la disminución de la lubricación”. Pero todos estos síntomas se pueden paliar tratamientos específicos que nos indicará nuestro ginecólogo. Por ejemplo, para aliviar el picor derivado de la sequedad podemos usar geles específicos para la higiene vulvar diaria.

Y yendo más allá, el ginecólogo experto en salud íntima de la mujer y portavoz de la Asociación Española de Ginecología y Obstetricia (AEGO) Gerardo Ventura nos descubre la posibilidad de que si: “en la menopausia persiste la dispareunia se puede indicar un tratamiento que rejuvenece la pared vaginal”.

Creado: 4 de agosto de 2023

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