La acumulación de esmegma en los genitales debe tomarse en serio para evitar infecciones y otras patologías. Ya no sólo por el hecho de que pueda comprometer, por ejemplo, a la hora de tener relaciones sexuales, sino porque se trata de una cuestión de salud íntima. Por tanto, pon solución cuanto antes a este problema si crees que puedes padecerlo.
Por lo general, la acumulación del esmegma se remedia con una higiene íntima diaria en la zona de los genitales donde se deposita. Sin embargo, en ocasiones puede que la aparición de esta secreción sea más persistente y requiera otras opciones. Acude a un médico especialista en cualquier caso para que te recomiende el procedimiento más adecuado.
Especialmente en el caso de los varones con fimosis o frenillo corto que no puedan lavar fácilmente esa zona será necesario un tratamiento complementario a la limpieza, que puede consistir en:
- Uso de cremas: hay diversos tipos de cremas que pueden ayudar a aliviar este problema. Algunas de ellas actúan directamente en las glándulas que segregan el esmegma equilibrando la producción de esta sustancia, mientras otras hidratan la región del glande para evitar que se mezcle con células muertas de la piel. Otras lociones contribuyen a evitar que esta secreción se vuelva más espesa e incluso se endurezca.
- Medicamentos antibióticos: existen fármacos con antibióticos que también regulan la emisión de grasas de la piel, de manera que regulan la emisión de esmegma y de otras sustancias que dan origen a esa masa blanquecina y maloliente. Este tipo de tratamientos suelen acarrear algunos efectos secundarios, por lo que debe ser una opción a evitar, y en caso de necesitarlo han de usarse siempre bajo prescripción y supervisión médica
- Circuncisión: en los casos más extremos, podría ser necesario circuncidar el pene. Con esta solución, por un lado, habrá menos probabilidades de que se acumule esmegma y, por otro, será más sencillo acceder a la base del glande para limpiarlo adecuadamente. Pero no se contempla como una opción preventiva.