Ahorro de energía en casa

Una reducción del consumo de energía supone un respiro para las economías familiares, pero también para el planeta. Aquí tienes algunas medidas que puedes llevar a cabo en tu hogar y que te supondrán un buen ahorro:

• Cierra las ventanas y baja las persianas en las horas de más calor. Consume menos un ventilador que el aire acondicionado, pero, si te decantas por éste, colócalo en una parte sombreada, cierra las ventanas cuando esté en uso, mantén limpios los filtros y regula la temperatura a unos 22-24 ºC.
• No abras las ventanas cuando está la calefacción encendida. Para ventilar una habitación es suficiente con que dejes 10 minutos las ventanas abiertas; después, ciérralas y pon en marcha la calefacción con una temperatura nunca superior a los 21 ºC.
• Un buen aislamiento térmico asegura una temperatura más óptima en el interior de las casas. Para ello, lo mejor son las ventanas de doble acristalamiento y los aislamientos en los cerramientos exteriores.
• Los electrodomésticos están divididos según su eficiencia energética con letras que van desde la A hasta la G (las letras van acompañadas de los signos + o – para estratificar aún más la clasificación). Los electrodomésticos A son más caros, pero merece la pena invertir en ellos pues la factura de electricidad será menor y la diferencia de precio se amortizará a medio plazo. Además, las Administraciones suelen ofrecer subvenciones para la compra de este tipo de aparatos.
• Es conveniente limpiar los filtros de los electrodomésticos frecuentemente para garantizar un consumo más pequeño. Un buen mantenimiento es fundamental para no gastar de más.
• La ropa es mejor lavarla en agua fría o a temperaturas muy bajas, pues el 90% de la electricidad que consume una lavadora es para calentar el agua. Hay que llenar la lavadora y emplear programas económicos sin prelavados. Además, los detergentes actuales son igual o más eficaces en agua fría.
• Hay estudios que aseguran que el gasto es menor cuando se lavan los platos en lavavajillas que a mano. En este caso, hay que elegir programas económicos y evitar aclarar los platos antes de ponerlos en la máquina. Si los lavamos a mano, es necesario cerrar el grifo mientras que frotamos la vajilla.
• El frigorífico hay que colocarlo lejos de fuentes de calor y con suficiente ventilación. No se deben meter alimentos calientes y hay que abrir la puerta sólo cuando sea necesario y mantenerla así el menos tiempo posible. Hay que descongelar el aparato cuando la capa de hielo supere los cinco milímetros.
• Sustituye las bombillas tradicionales por las de bajo consumo que gastan un 80% menos y duran hasta ocho veces más. Apaga las luces cuando no las necesites y utiliza luces directas manteniendo bien limpias las bombillas y los tubos fluorescentes.
• La olla a presión puede suponer un ahorro de hasta el 50%. Tapa las ollas, cazuelas y sartenes y no abras la puerta del horno si no es imprescindible. El calor residual de las placas vitrocerámicas o eléctricas y de los hornos puede acabar las cocciones.
• Muchos electrodomésticos siguen consumiendo energía cuando están apagados. Son aquellos que permanecen en reposo o stand by (televisiones, cargadores…) o los que funcionan con corriente continua (minicadenas, radio-despertadores, teléfonos inalámbricos…). Lo mejor es enchufarlos a regletas con botón de corriente eléctrica y apagarlo cuando no se vayan a usar.
• Actualmente se pueden programar diferentes horarios en los que la energía es más barata o más cara. Llama a tu compañía proveedora e infórmate de esta posible opción, implementa una tarifa barata cuando pases más tiempo en casa o intenta adaptar la puesta de lavadoras, lavavajillas o el aspirador en la franja barata, notarás el cambio en la factura.