Cambio climático y salud
El cambio climático pone en peligro no solo el entorno que nos rodea, sino también la propia salud de las personas. Te contamos cómo repercuten sus efectos en nuestra salud y cómo combatirlo.

Cómo combatir el cambio climático

Cómo combatir el cambio climático

En 1992 se dio el primer paso para detener la contaminación y promover el desarrollo sostenible.

Por: Enrique González

Periodista experto en salud y bienestar

Por: José González Sancho

Periodista especializado en salud y bienestar

Actualizado: 23 de octubre de 2024

La comunidad internacional comenzó a tomar conciencia de la necesidad de proteger el medio ambiente a finales de los años ochenta. En 1992 se dio el primer paso para detener la contaminación y promover el desarrollo sostenible, con la aprobación del Convenio Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Cinco años después se incorporó a este acuerdo el conocido Protocolo de Kioto, cuyo principal objetivo se centró en reducir al menos un cinco por ciento la emisión de gases de efecto invernadero entre 2008 y 2012.

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Por desgracia, las metas del Protocolo de Kioto están aún lejos de cumplirse. La última Conferencia de Naciones Unidas del Cambio Climático (COP28) celebrada en Dubai (Emiratos Árabes Unidos) entre el 30 de noviembre y la primera quincena de diciembre de 2023 ha finalizado con la aprobación de una hoja de ruta para la “transición hacia el abandono de los combustibles fósiles”, pero el acuerdo se ha quedado corto en lo que respecta a la exigida retirada progresiva del petróleo, el carbón y el gas, responsables del calentamiento del planeta.

La COP28 también pretendía conseguir que se renueve la solidaridad entre los países para cumplir el histórico Acuerdo de París –que se adoptó en diciembre de 2015–, ya que el secretario general de la ONU, António Guterres, ha afirmado que limitar el calentamiento global a 1,5 grados centígrados, que es uno de los objetivos clave establecidos en dicho acuerdo, "será imposible sin la eliminación progresiva de todos los combustibles fósiles".

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Entre los principales logros de la reunión destacan que casi 120 países "respaldaron la Declaración de la COP28 sobre el Clima y la Salud para acelerar las acciones destinadas a proteger la salud de las personas de los crecientes impactos climáticos", y que más de 130 países "se han adherido a la Declaración de la COP28 sobre Agricultura, Alimentación y Clima para apoyar la seguridad alimentaria al tiempo que se combate el cambio climático".

Energía renovable
El uso de energías renovables es una forma de contribuir a frenar el cambio climático.

Por su parte, miles de organizaciones no gubernamentales, instituciones privadas, entidades y movimientos sociales continúan llevando a cabo múltiples acciones para detener el cambio climático y algunos países ya han puesto en marcha iniciativas en esa dirección, pero en términos generales parece que los esfuerzos todavía son muy tímidos como para evitar dejar una dramática herencia climática a las generaciones venideras.

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¿Qué puedes hacer tú para frenar el cambio climático?

El cuidado del medioambiente no es únicamente una cuestión de acuerdos entre gobiernos. Hay millones de pequeñas acciones que puedes llevar a cabo en tu vida diaria para reducir los niveles de contaminación y así contribuir a frenar el cambio climático. Muchas veces, es solo cuestión de responsabilidad y sentido común. Por ejemplo, con poco esfuerzo, puedes contribuir a ello con estas sencillas medidas:

  • El uso de energías renovables: si te es posible, considera contratar energía verde o instalar unos paneles solares. Sí, al principio puede parecer caro, pero a largo plazo el planeta y tu bolsillo te lo agradecerán.

  • Ahorra electricidad en casa: empieza por apagar las luces y los aparatos que no estés usando. Cambia a electrodomésticos de bajo consumo y, por supuesto, a bombillas LED, que además de ser más duraderas, chupan mucha menos energía.

  • No abuses del la calefacción y del aire acondicionado: mantener una temperatura moderada es clave. No tiene sentido estar en manga corta en pleno invierno, ¿verdad? Ponte un suéter y baja un poco la calefacción. Y en verano, mejor aprovecha la brisa y la ventilación natural antes de recurrir al aire acondicionado.

  • Consume de forma respetuosa con el medioambiente: ¿Sabías que reducir el desperdicio de alimentos también combate el cambio climático? Compra lo justo, aprovecha las sobras y planifica bien tus comidas. Tirar comida no solo es una pena, también produce CO₂ al descomponerse. También, considera comer más alimentos vegetales. La producción de carne, sobre todo la de vacuno, genera muchísimas emisiones. No tienes que volverte vegetariano de golpe, pero reducir el consumo de carne hará una diferencia importante. Y si puedes, compra productos locales y de temporada. Esos tomates que vienen de la otra punta del mundo necesitan mucha energía para llegar a tu plato.

  • Implícate con el reciclaje: el plástico es un enemigo silencioso. Llevar tus propias bolsas al súper, usar botellas reutilizables y decir adiós a los empaques innecesarios son pequeños cambios que marcan la diferencia. Antes de tirar algo, piensa si puedes darle una segunda oportunidad. ¿Reparar ese mueble roto? ¿Convertir una vieja camiseta en trapos de limpieza? Y si tienes que comprar, échale un ojo a las tiendas de segunda mano. Por supuesto, reciclar correctamente es fundamental. Cada localidad tiene sus normas, así que infórmate bien y separa los residuos como corresponde.

  • Trasporte sostenible: moverte de manera más ecológica no solo ayuda al planeta, también a tu salud. Por ello, caminar o ir en bici son formas estupendas de desplazarte sin contaminar, además de que haces ejercicio sin siquiera darte cuenta. Si el coche es tu fiel compañero, dale un respiro de vez en cuando y usa el transporte público. Menos tráfico, menos emisiones y menos estrés. Y si no puedes renunciar al coche, compartirlo (el famoso carpooling) es una alternativa genial. Si es eléctrico, mejor todavía.

  • Compensa tu huela de carbono: reducir tus emisiones es el primer paso, pero si quieres ir más allá, participa en programas de compensación de carbono. Apoya proyectos de reforestación o energías renovables y equilibra aquello que no puedes evitar emitir.

  • Apoya iniciativas ambientales: ser parte del cambio también implica involucrarse. Únete a actividades en tu comunidad, como limpiezas de playas o plantaciones de árboles. No solo harás algo bueno por el planeta, también te sentirás genial. 

  • Educa e inspira: finalmente, ¡difunde el mensaje! Cuéntale a tus amigos, familiares y compañeros de trabajo sobre lo que estás haciendo para frenar el cambio climático. A veces, el cambio comienza con una simple conversación. Cuando la gente de tu alrededor se une, todo se vuelve más fácil. ¡El poder del ejemplo es real!

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Son comportamientos que no cuestan nada, pero que con la suma de todos harán del planeta tierra un lugar más habitable.

Creado: 18 de diciembre de 2012

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