Efectos nocivos del ruido sobre la salud
Actualizado: 25 de abril de 2024
Una rutina de ruidos como la que relatábamos puede tener efectos nocivos en nuestro organismo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el límite planteado para evitar efectos nocivos del ruido para la salud son los 65 dB, y es que, el límite de nuestro oído está en los 80 dB, momento a partir del cual sufriría daños. En cuanto a las pautas para los ruidos de coches se establecen en 53 dB de día y 45 dB de noche en los vehículos y 54 dB durante el día y 44 dB nocturnos en el caso de los trenes. Los aviones, sin embargo, cuentan con una limitación de 45 dB hasta la llegada de la noche, donde se deben reducir a 40 dB.
Según Francisco M. González Martín, eperto en Audiología y miembro de la SEORL (Sociedad Española de Otorrinolaringología y Patología Cérvico-Facial) “a partir de los 80dB se produce un trauma acústico (esos famosos pitidos que escuchamos por la noche tras haber estado demasiado cerca de un altavoz o por habernos sometido a un ruido muy fuerte (explosión, disparo, ruido de máquina), una lesión de los mecanismos auditivos del oído interno que genera una pérdida progresiva de la audición irreparable y de continuar así, podemos llegar a quedarnos sordos, necesitando una prótesis auditiva”.
La OMS asegura que el exceso de ruido en las ciudades provoca 50.000 infartos cada año en Europa
Los otorrinos alertan de una pérdida de audición cada vez más prematura debido a la contaminación acústica que soportamos. “La pérdida auditiva debido a la edad que ocurría hace años a los 60-65 años se ha adelantado a los 50-55 en este momento”, explica Francisco M. González Martín. Desde la SEORL también advierten de que la mitad de los adolescentes y jóvenes españoles pueden sufrir pérdida de audición o tinnitus por la exposición al ruido.
Y es que, esto se debe principalmente al uso de auriculares para escuchar música y por la asistencia a conciertos y locales de ocio en los que se está sometido a niveles altos de decibelios. La OMS estima que la mitad de las personas de entre 12 y 35 años utiliza dispositivos electrónicos, como teléfonos móviles o MP3, a niveles inseguros en países de ingresos medios y altos. Por ello, la organización ha advertido de que más de mil millones de jóvenes de ese rango de edad están en peligro de perder la audición por la exposición prolongada a sonidos fuertes, como la música escuchada muy alta y otros ruidos recreativos.
Daños en la salud por el ruido más allá de los oídos
Y ya no hablamos sólo de la salud de nuestros oídos, según la Organización Mundial de Salud (OMS), el ruido del interior de un vagón de metro o el de una calle con tráfico intenso nos producen molestias, agitación de la respiración, aceleración del pulso y taquicardias, además de un aumento de la presión arterial y dolor de cabeza. De hecho, en un estudio realizado por Transport and Environment, se aseguraba que cada año más de 245.000 personas en la UE se ven afectados por enfermedades cardiovasculares que pueden atribuirse al exceso de ruido causado por el tráfico. Alrededor del 20% de estas personas (casi 50.000) sufren un infarto letal, muriendo así prematuramente.
De hecho, para la Organización Mundial de la Salud la contaminación causada por el ruido del transporte supone la segunda causa ambiental de enfermedades en Europa, solo por detrás de la contaminación del aire por partículas. La OMS apunta así que existe evidencia científica en la relación entre el ruido ambiental y los efectos en la salud, que van desde enfermedades cardiovasculares, a deterioro cognitivo, tinnitus o trastornos del sueño.
Pero esto no es todo, muchas veces nos tenemos que enfrentar a ruidos más penetrantes (la sirena o el claxon de un coche, la música de una discoteca, el martillo pilón de una obra o el ruido de un petardo que estalla cerca nuestro) y estos más de 85 dB serían los causantes de secreción gástrica, gastritis o colitis; aumento del colesterol y de los triglicéridos (lo que puede aumentar el riesgo cardiovascular), así como de la subida de los niveles de glucosa en la sangre, lo que puede ocasionar graves problemas en los diabéticos.
Si no quieres irte tan lejos piensa en lo nervioso que te pones con esos ruidos, la agresividad que acumulas, el aumento de la tensión muscular y de la presión arterial, el nerviosismo o la dificultad que tienes para conciliar el sueño. Ahora piensa la cantidad de veces que te enfrentas a estos ruidos a diario y cómo estás maltratando tu salud.
Por tanto, en resumen, el ruido excesivo puede tener varios efectos nocivos sobre la salud, que incluyen:
- Pérdida auditiva: la exposición prolongada a niveles altos de ruido puede provocar pérdida auditiva permanente o temporal.
- Estrés: estar expuesto a volúmenes de sonido excesivos puede provocar estrés, ansiedad e incluso depresión.
- Problemas cardiovasculares: la contaminación acústica puede aumentar la presión arterial, el ritmo cardíaco y el riesgo de enfermedades cardiovasculares como la hipertensión y el infarto de miocardio.
- Alteraciones del sueño: el ruido constante puede interrumpir el sueño y provocar insomnio, lo que a su vez puede afectar la salud mental y física.
- Problemas de concentración: el ruido incesante puede afectar la capacidad de concentración y el rendimiento cognitivo, especialmente en tareas que requieren atención y concentración.
- Problemas de comunicación: el ruido excesivo puede dificultar la comunicación interpersonal, lo que puede afectar las relaciones sociales y laborales.
Por lo tanto, es importante tomar medidas para reducir la exposición al ruido, especialmente en entornos de trabajo y residenciales. Esto puede incluir el uso de protección auditiva, la reducción del ruido en el origen y el control del ruido ambiental.
Creado: 17 de mayo de 2011