El nivel de ozono amenaza al olor y a la reproducción de las flores

La fragancia de las flores es cada vez más débil a causa de la contaminación por ozono, lo que dificulta a los animales polinizadores encontrar su alimento y ayudar con su labor a la reproducción de las plantas.
Una mujer huele las flores de una planta

Si las flores pierden su olor las consecuencias afectarían tanto a la flora como a la fauna.

El aumento de la contaminación por ozono podría hacer que las flores tuviesen menos aroma, según ha confirmado un estudio publicado en la revista New Phytologist, que ha sido realizado por un grupo de investigadores procedentes del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), junto a expertos de la Universidad de Finlandia (UEF).

El ozono afecta a la producción de las moléculas de olor de las flores, lo que perjudicaría a los polinizadores y, por tanto, a la producción agrícola

Las plantas utilizan el olor de sus flores para atraer a los animales polinizadores, como las abejas. Muchos de estos animales se nutren de las flores, por lo que se trata de un proceso en el que ambos salen ganando; las plantas se reproducen y los animales se alimentan. El problema llega con la contaminación, ya que los cambios atmosféricos están provocando un aumento de los niveles de ozono troposférico. Una alta concentración de ozono puede hacer que las frágiles moléculas de olor que desprenden las flores se descompongan con más rapidez, lo que haría muy difícil la unión con los polinizadores, que se guían por el olfato.

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En el estudio se ha utilizado una sola especie de flor, la mostaza negra (Brassica nigra) y, como insecto, el abejorro (Bombus terrestres). Las técnicas de laboratorio como la reacción de transferencia de protones (PTR) y la cromatografía de gases (GC) han sido combinadas con espectrometría de masas (MS). Para obtener los resultados, se hicieron pruebas con las flores y los abejorros desde varias distancias: cero, metro y medio, tres, y cuatro metros y medio. Todo se hizo dentro de unas cámaras de reacción y cambiando las concentraciones de ozono: usaron 0,80 y 120 ppm (partes por millón).

Las consecuencias de que las flores pierdan su olor pueden ser dramáticas, ya que afectarían tanto a flora como a fauna. Los polinizadores podrían tener problemas para alimentarse y las flores disminuirían su atractivo y, por tanto, su reproducción, por lo que la producción agrícola se vería gravemente perjudicada. La solución más efectiva es la reducción de la contaminación por ozono, que se llevaría a cabo disminuyendo el tráfico de las ciudades, realizando un trabajo de concienciación frente a la contaminación, o fomentando la cooperación internacional, entre otras medidas.

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Actualizado: 4 de enero de 2022

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