Junto al aloe vera y la bardana, la caléndula es una de las plantas más indicadas para aliviar afecciones dermatológicas. Conoce los beneficios que puede aportar a tu piel, y sus otras propiedades medicinales.
De la caléndula se aprovechan con fines medicinales sus capítulos florales, que se deben cosechar cuando están en plena floración y, si es posible, en las primeras horas del día tras la salida del sol. A esta planta se le atribuye una notable actividad antiinflamatoria, y se muestra asimismo como antiséptica, antiviral, antibacteriana, antiespasmódica, emenagoga, colerética, antihemorrágica y cicatrizante.
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Los expertos recomiendan ceñir el uso de la caléndula a aplicaciones por vía tópica, pero se mantienen vivos algunos de sus usos tradicionales por vía interna, como veremos. A continuación detallamos sus principales indicaciones.
Beneficios de la caléndula y aplicaciones por vía externa:
En quemaduras no muy graves, escaldaduras y roces, reduce la inflamación y favorece la regeneración de la piel. Se aplica en infusión, oleatos, cremas, pomadas que la incluyan.
Sobre granos, urticarias y para tratar el acné juvenil.
En dermatitis exfoliativas, con descamación generalizada de la piel, a veces con prurito e hinchazón, enrojecimiento cutáneo.
Supone un apoyo a considerar en el tratamiento natural de la psoriasis, para atacar algunos de sus síntomas.
En picaduras de insectos, la caléndula actúa como antiinfecciosa y antiinflamatoria.
En hematomas y golpes, rebaja la hinchazón y alivia el dolor. Se aplica en forma de compresas empapadas o en baño parcial.
Planta amiga de los excursionistas, la caléndula se indica para tratar cortes, rasguños, ampollas y torceduras, aplicada en compresas empapadas de la infusión o la tintura.
Sobre pieles irritadas, envejecidas, castigadas por el sol y por el paso del tiempo.
En heridas superficiales, sangrados leves, llagas y úlceras de la piel, aporta su poder antihemorrágico y cicatrizante.
Sobre labios resecos y agrietados.
Para las llagas bucales, inflamación de la lengua (glositis) y de las encías (gingivitis).
Es un apoyo para aliviar el dolor reumático, aplicados la infusión o el alcohol en masaje.
Combate la infección por hongos, la micosis en manos y pies, como el pie de atleta, y la candidiasis.
Se ha usado de forma tradicional para eliminar las verrugas.
Alivia la irritación de garganta administrada en forma de gargarismo.
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La caléndula, en suma, contribuye de manera bastante eficaz a potenciar la epitelización y regeneración de las pieles dañadas y especialmente sensibles o alérgicas, estimula la síntesis de nucleoproteínas y de colágeno durante el necesario proceso de regeneración cutánea.
Beneficios de la caléndula y aplicaciones por vía interna:
La caléndula se indica como un remedio ginecológico para la mujer joven por su poder antiespasmódico, para el tratamiento de los trastornos de la menstruación, como amenorreas, metrorragias y dismenorreas.
La infusión de caléndula se ha señalado como remedio tradicional para combatir la anemia y las convalecencias, mejor si es asociada a plantas que refuercen su acción como el romero o la ortiga.
Se ha empleado como alivio en caso de úlcera gástrica, tomada la decocción de flores y hojas.
Estimula la producción de bilis, y en asociación con plantas apropiadas, como el agracejo, la centaura o la fumaria, se indica para tratar alteraciones hepáticas y para restaurar las funciones del hígado tras un episodio de intoxicación alimentaria o alergia.
Se ha indicado como remedio tradicional para el tratamiento de la ictericia.
La infusión o el vino de caléndula se ha empleado también como remedio tradicional para favorecer la expulsión de los parásitos intestinales.