Consumo y preparación del laurel
Actualizado: 21 de septiembre de 2022
La forma más habitual de tomar el laurel es en infusión. Ésta puede realizarse poniendo sus hojas en agua fría y llevándola a ebullición, o bien sumergiendo dichas hojas en agua hirviendo. En cualquiera de los dos casos, hay que dejar reposar la infusión al menos diez minutos y, posteriormente, colarla antes de ingerirla.
Para elaborar el té de laurel se emplea un litro de agua y aproximadamente 20 o 30 gramos de hojas, siendo las más recomendadas aquellas que están más maduras y frescas, ya que las propiedades y principios activos del laurel suelen reducirse en el caso de las hojas secas.
Respecto a la dosis, puede tomarse hasta un máximo de cuatro veces al día, aunque en este caso siempre debes seguir las recomendaciones de un experto que adecuará la cantidad apropiada a tus necesidades.
En el caso de las cremas y geles a base de laurel y destinados al uso tópico, puedes encontrarlos en tiendas especializadas o bien realizar cataplasmas caseras macerando los frutos de esta planta y extrayendo el aceite esencial que contienen para, posteriormente, aplicarlo sobre la zona afectada.
Contraindicaciones del laurel
En el caso del laurel, al igual que ocurre con otras plantas empleadas en fitoterapia, siempre hay que consultar previamente con un experto la dosis y periodicidad con la que debe tomarse debido a sus posibles contraindicaciones y efectos adversos.
Concretamente, en el caso de esta planta, si se consume en exceso puede provocar vómitos y náuseas. Por tanto, se desaconseja totalmente su ingesta en el caso de aquellas personas que padecen úlceras o gastritis.
Respecto a su uso tópico, puede producir dermatitis de contacto y reacciones alérgicas asociadas a la exposición solar de la zona en la que se haya aplicado algún gel o aceite preparado a base de laurel.
Creado: 29 de agosto de 2012