Como es bien sabido, todo lo que cura, también puede dañar si se toma en dosis inadecuadas o por personas con determinadas propensiones, y la hermosa caléndula no se escapa de tal consideración. Estas son las precauciones que hay que tomar con la caléndula y las situaciones donde está contraindicada:
- A falta de estudios rigurosos que lo contradigan, los expertos recomiendan evitar esta planta durante el embarazo y la lactancia. Su efecto emenagogo o regularizador de la menstruación podría presentar algún inconveniente, y en cualquier caso se impone la prudencia a la hora de evitar el mínimo riesgo para la embarazada.
- Muchas personas desarrollan una reacción alérgica más o menos explosiva por el mero contacto con la caléndula, y cuanto más por la toma de plantas de la familia de las compuestas, como es el caso.
- El mero contacto con la planta fresca, especialmente con sus hojas, puede provocar dermatitis o sarpullidos en personas sensibles o alérgicas.
- Por su contenido en taninos, potencialmente irritantes a nivel gastrointestinal, se deben evitar las dosis altas de caléndula y los tratamientos prolongados por vía oral.
- Si se está tomando un tratamiento farmatológico se deberá consultar con el médico si es posible tomar esta planta, pues algunos estudios que siguen en activo han detectado que esta planta aumenta el efecto somnífero de los sedantes convencionales.