Especias y hierbas aromáticas
Las plantas nos obsequian con sus aromas y sabores para enriquecer nuestra cocina, al tiempo que nos beneficiamos de su potencial terapéutico. Conoce las diferencias entre especias y hierbas aromáticas y sus múltiples usos.

La ruta de las especias

Por: Jordi Cebrián

Periodista especializado en plantas medicinales

Actualizado: 22 de septiembre de 2022

La mayoría de las especias proceden de zonas cálidas, en ambientes tropicales y subtropicales de Asia y en menor medida de América del sur o las Antillas. La India, Ceilán (Sri Lanka), el sureste asiático y especialmente las islas de Indonesia, con las Molucas o Célebes a la cabeza, constituían el destino perseguido por los europeos en su búsqueda de la especias. Así, pronto fueron concebidas las especias como un símbolo de poder económico y de distinción social, lo que promovió numerosas expediciones, más o menos aventureras y exitosas, como las emprendidas por el mítico viajero italiano Marco Polo ya en el siglo XI.

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El negocio de las especias llegó a ser tan imponente, que los árabes procuraron mantener a los navegantes europeos –genoveses, lusos, catalanes– alejados de sus rutas de las especias, para conservar el próspero monopolio o bien les imponían altos impuestos de paso. Para alcanzar las preciadas especias, los expedicionarios habían de emprender larguísimas rutas por tierra y mar, atravesando desiertos, mesetas, valles angostos, mares embravecidos, enfrentándose muchas veces a las inclemencias del tiempo en forma de tifones, huracanes, inundaciones o a la fuerza del monzón, o bien al acoso de bandidos divagantes, todo lo cual contribuía a encarecer enormemente estos productos. Tanto es así, que aquel aventurero o navegante que consiguiera regresar de su peligrosa expedición con un saco pleno de especias, tenía prácticamente resuelta su subsistencia de por vida. Y en determinados periodos, algunas especias, como la pimienta roja, acabó siendo utilizada como moneda de cambio, grano a grano, con la que intercambiar bienes y servicios.

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A partir del siglo XV y XVI el comercio de las especias fue dominado por los portugueses, que consiguieron abrir nuevas rutas marítimas y establecer diferentes puertos de carga y protección a lo largo de tal ruta, evitando la mediación de intermediarios y consiguiendo el monopolio en la venta de estas especias a Europa. Navegantes míticos como Magallanes o Vasco de Gama consiguen alcanzar las costas remotas de las islas del sureste asiático, en expediciones de leyenda, y establecer contacto con los pueblos nativos para explotar el comercio de especias. Muchas de estas expediciones tuvieron un trágico final, otras en cambio obtuvieron botines deslumbrantes, que sirvieron de acicate para nuevos aventureros. Es bien sabido que el propio Colon lo que pretendía con su expedición era hallar una ruta más corta para llegar a Oriente y acceder al comercio de las especias.

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Más adelante, en los siglos XVII y XVIII sería la flota holandesa, más tecnificada y moderna, la que tomaría el relevo en las expediciones a Oriente, a la que se sumaron ingleses y franceses quienes consiguieron también monopolizar la venta de tan buscado producto.

El acondicionamiento del cultivo de algunas de estas especias en tierras más próximas, como África o incluso en viveros y plantaciones en la propia Europa, hizo que el precio de las mismas y la fiebre por obtenerlas cayera de forma vertiginosa a partir del siglo XIX.

Hoy día, no obstante, algunas especias siguen necesitando las particularidades climáticas de su tierra de origen, y la materia prima sigue resultando cara. Es el caso de la vainilla, desvirtuada por sucedáneos mediocres, la cúrcuma, el cardamomo o incluso el azafrán, que aún se sigue cultivando en algunos puntos de España como Teruel, pero que no ha dejado de ser un artículo de lujo.

Creado: 11 de diciembre de 2020

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