Origen y composición del laurel
Actualizado: 28 de febrero de 2023
El laurel es una planta originaria de la zona Mediterránea donde crece en los lugares más húmedos y sombreados. Se trata de un árbol de la familia de las lauráceas, que es el mismo grupo al que pertenecen otros árboles que dan frutos tan conocidos como son el aguacate, la canela o el alcanfor. Es una planta fácil de encontrar y cultivar, siempre que se proteja de las heladas y de un sol excesivo que pueda secar sus hojas.
En las antiguas Grecia y Roma coronaba a los guerreros y emperadores más valientes, así como a los atletas vencedores en las pruebas típicas de esta época –seguro que os suena haberlo visto en los cómic de Asterix o las pelis de Julio César–, siendo un claro distintivo de victoria y una especie de protección contra los malos espíritus.
Composición y aplicaciones del laurel
En la actualidad, aunque la cocina sea la primera aplicación en la que pensamos cuando nombramos el laurel –especialmente como aromatizante de numerosos guisos–, ésta no es la única posibilidad que ofrece, ya que también tiene numerosas propiedades para nuestra salud. Esto se debe a que en su composición están presentes sustancias muy beneficiosas como los antioxidantes o minerales –tales como potasio, fósforo, calcio y magnesio–, además de ser bactericida y rico en ácidos grasos orgánicos, ácido fólico, fibra y vitaminas B6 y C, entre otros.
Por todo ello, el laurel es una planta muy recurrente para tratar de atajar problemas digestivos, falta de apetito e incluso afecciones del aparato respiratorio. No obstante, para cualquier uso médico que queramos darle siempre es conveniente consultar antes con un experto, ya que, por ejemplo, un consumo excesivo podría resultar contraproducente para nuestro estómago, así como confundir el laurel (laurus nobilis) con el laurel-cerezo, cuya ingestión es tóxica para las personas. Incluso un contacto prolongado con la piel (en su uso tópico) puede derivar en una dermatitis.
Creado: 29 de agosto de 2012