Distintos síntomas de la menopausia, como sofocos, sudores nocturnos, dolor muscular o de cabeza pueden ser aliviados de forma natural con ayuda de la cimicífuga, una planta prodigiosa y controvertida de venta en herbolarios.
Sobre la eficacia de la cimicífuga como remedio ginecológico no parece existir consenso, y mientras determinados estudios le confieren una incidencia positiva para paliar la sintomatología en la mujer afectada de trastornos de la menopausia, otras fuentes los ponen en duda y demandan más ensayos serios y concluyentes que lo demuestren.
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La cimicífuga es en general una planta segura, que se puede adquirir libremente en herbolarios y parafarmacias, y que forma parte de la formulación de muchos productos herbarios en extractos para el tratamiento de los síntomas de la menopausia que se pueden hallar en el mercado. No obstante, existen determinados casos en los que su consumo o bien está contraindicado de manera taxativa o bien debe hacerse de forma restringida y bajo control médico:
La Agencia Española del Medicamento –y también la OCU– desaconsejaron su consumo a mujeres que hubieran padecido alteraciones de hígado o que presentaran propensión a padecerlas, por su posible efecto hepatotóxico.
Al ser una posible fuente de estrógenos naturales, por su posible efecto estrogénico en la mama, no puede considerarse un tratamiento seguro en pacientes que tengan o hayan tenido cáncer de mama. Tampoco resulta prudente tomarla si se tienen antecedentes familiares con este tipo de cáncer.
Se aconseja dejar de tomarla si se observa la aparición de fatiga inusual, malestar estomacal, aparición de náuseas, orina con olor fuerte y piel y blanco del ojo amarillentos, lo que podría delatar el riesgo de ictericia.
Muchos médicos ginecológicos rechazan el uso de esta planta o cuanto menos advierten sobre la falta de seguridad sobre sus posibles efectos a largo plazo.
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No se debe compatibilizar la actaea racemosa con tratamientos con estrógenos.
Al ejercer un cierto efecto hipotensor, las mujeres hipertensas e hipotensas deben consultar con su médico para evitar posibles descompensaciones tensionales.
A causa del citado posible efecto hepatotóxico en determinados casos, no se debe combinar la toma de cimicífuga con la de fármacos hepatoprotectores o aquellos que indiquen un mínimo riesgo de daño hepático en sus efectos secundarios.
Se han dado casos de malestar gastrointestinal, náuseas y cefaleas como reacción adversa tras tomar esta planta.
Debe ser evitada por quien manifieste reacción alérgica a la toma de plantas de la familia de las ranunculáceas o afines.
La OCU advierte a las posibles consumidoras de remedios naturales, que no por ser naturales están exentos de riesgos y que pueden tener efectos secundarios y derivar reacciones adversas, y aconseja a las mujeres afectadas por síntomas severos en la menopausia, que no lo consideren como una enfermedad sino como un proceso natural y que antes de tomar remedios naturales o medicación farmacológica, hagan lo posible por reducir el estrés, evitar las comidas pesadas que pueden acarrear mayor sudoración en la digestión, potenciar el ejercicio físico, hacer vida social y dormir lo suficiente.