¿Cómo se realiza un masaje con piedras calientes?
Actualizado: 29 de julio de 2022
Para poder llevar a cabo la terapia geotermal son necesarias piedras que se emplearán calientes y frías (50ºC y 8ºC aproximadamente). En total se utilizan 72 piedras perfectamente pulidas y generalmente redondas; 54 de las cuales suelen ser de color gris oscuro y de origen volcánico –lo que permite que conserven el calor durante más tiempo– y el resto, 18, son de mármol blanco, aunque también hay terapeutas que emplean el cuarzo debido a las propiedades magnéticas que se le atribuyen a este mineral.
Nada más empezar la sesión, el terapeuta realizará un masaje previo con un aceite esencial que permitirá que las piedras se deslicen con mayor facilidad por nuestro cuerpo.
A continuación, comenzará la terapia con las piedras calientes, las cuales apoyará en una serie de puntos determinados –que habitualmente se distribuyen en la cabeza, la espalda, las manos, los pies y los muslos–, y para ello ejercerá cierta presión (terapia estática) a la vez que nos masajea (terapia dinámica). En ese momento sentiremos cómo el calor que poco a poco desprenden las piedras alivia nuestros músculos y al mismo tiempo provoca la sudoración.
Tras realizar dicho proceso, procederá por último a la aplicación de las piedras frías, cuya principal finalidad es la de equilibrar nuestra temperatura corporal, a la vez que ejercen una acción tonificante.
La duración del masaje es de una hora aproximadamente, y tras él es recomendable tomar agua para reponer las sales minerales que hemos perdido a través del sudor.
El precio por sesión de un masaje con piedras calientes ronda los 40 euros, aunque, como lo habitual es realizar varias sesiones al mes, muchos centros especializados ofrecen descuentos a los clientes si adquieren bonos de cinco o 10 sesiones.
Recomendaciones sobre el masaje con piedras calientes
Un masaje con piedras calientes sólo debe ser realizado por especialistas cualificados. Por lo general, suelen ser fisioterapeutas con estudios complementarios, que están preparados para el uso de las piedras, y conocen tanto los puntos de energía (chakras), como las temperaturas adecuadas y la posición y adaptación de las piedras al masaje.
Otro aspecto muy importante es la esterilización de las piedras, que deberán estar correctamente higienizadas para garantizar los resultados beneficiosos de la terapia.
De no realizarse de forma correcta la terapia geotermal, no conseguiremos ni la relajación ni el equilibrio energético que buscábamos, pudiendo incluso producirse quemaduras en la piel si la persona que aplica las piedras no conoce las temperaturas adecuadas en cada caso. Con todo ello, el resultado distará mucho de los efectos positivos esperados de dicha terapia.
Por el contrario, si la terapia se lleva a cabo de forma adecuada, sentiremos los beneficios desde la primera sesión. De hecho, lo habitual es realizar varias sesiones al mes para conseguir mayores y mejores resultados.
Creado: 23 de abril de 2012