Qué es el drenaje linfático
Actualizado: 9 de junio de 2023
Cuidar la salud y mejorar nuestro aspecto es posible con el drenaje linfático. Un 2x1 que hacen a este clásico de los centros de belleza uno de los tratamientos estéticos más demandados. Aunque gran parte de las personas asocian el drenaje linfático a uno de los tratamientos más tradicionales en el mundo de la estética, la verdad es que esta terapia ofrece un amplio abanico de posibilidades para beneficiar también la salud. Una vez más, la salud y la estética pueden ir juntas de la mano.
El drenaje linfático es un procedimiento terapéutico que se utiliza para estimular y mejorar el flujo de la linfa, un líquido claro que circula a través del sistema linfático del cuerpo.
Qué es el drenaje linfático
Es mucho lo que se ha escrito y estudiado acerca del drenaje linfático desde que en 1932 el médico danés Emil Vodder, junto con su esposa, lo desarrollara con el objetivo de tratar de ayudar al organismo a depurarse, eliminando para ello los desechos que él mismo produce. Y es que el sistema linfático, sobre el que se basa este tipo de drenaje –de ahí su nombre–, es una pieza fundamental en el ser humano, ya que funciona como complemento al trabajo realizado por el sistema circulatorio y el inmunológico; se encarga de drenar el plasma sobrante tras los diferentes procesos celulares y, además, actúa como filtro para eliminar cierto tipo de residuos que pueden acabar perjudicando al organismo.
Sin embargo, a diferencia del sistema circulatorio, el linfático no cuenta con una potente bomba como es el corazón para mover por el cuerpo la linfa, por lo que, en ocasiones, una ayuda externa, como el drenaje linfático, es un refuerzo muy importante. Cuando la contracción de los músculos, las contracciones peristálticas y las pulsaciones de ciertas arterias cercanas no son suficientes para que el sistema linfático funcione correctamente, las manos de un buen profesional o ciertas máquinas preparadas para ello son la mejor ayuda para que la linfa pueda viajar por nuestro cuerpo sin complicaciones.
Así pues, el drenaje linfático, siempre que así lo recomiende un especialista, puede ser utilizado como ayuda en el abordaje de afecciones que afectan el sistema linfático, como linfedema, para reducir la hinchazón y mejorar el flujo de la linfa en las áreas donde se haya acumulado el líquido linfático. También en ciertos posoperatorios, para reducir la hinchazón, mejorar la cicatrización y promover la circulación linfática en el área afectada.
Y también, el drenaje linfático puede ayudar a mejorar la circulación sanguínea y el drenaje de líquidos en el cuerpo, lo cual puede ser beneficioso para personas con problemas de retención de líquidos, piernas hinchadas o sensación de pesadez en las extremidades.
Tanto por razones médicas como estéticas, desgraciadamente el drenaje linfático no está recomendado para todo el mundo. Aunque, por supuesto, es el médico especialista el que debe determinar cada caso y sus indicaciones, algunas de las contraindicaciones más habituales se refieren a pacientes que atraviesan procesos de cáncer, a los que tienen problemas cardiovasculares severos (infarto de miocardio, angina de pecho, insuficiencia cardiaca, trombosis…), alteraciones de la tensión sanguínea (tanto hipertensión como hipotensión), ciertas enfermedades de la piel, o descompensaciones de la glándula tiroidea.
En todo caso, por supuesto el drenaje linfático debe ser realizado por un profesional capacitado, como un terapeuta de masaje especializado en drenaje linfático o un fisioterapeuta. Ellos utilizarán técnicas suaves de masaje y movimientos específicos para estimular el flujo de la linfa en el cuerpo.
Creado: 4 de octubre de 2012