Posturas básicas de la terapia de reeducación postural global
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
Una sesión de terapia de reeducación postural global se basa en la adopción de diferentes posturas –generalmente dos por sesión– en las que se realizan estiramientos globales para redefinir el esquema corporal y que el individuo adopte posturas y realice movimientos menos lesivos. Progresivamente, se ganará flexibilidad, fuerza y resistencia muscular, con lo que el paciente se irá recuperando de sus molestias y aprendiendo a trabajar correctamente las diferentes cadenas musculares, reduciéndose así el riesgo de que sufra lesiones en el futuro.
En la sesión de RPG tanto el paciente, a través de la postura correcta, pequeñas contracciones y la respiración, como el terapeuta, elongando los tejidos y guiando el proceso, son parte activa de la terapia. Ninguno de ellos debe realizar movimientos bruscos y todo ha de fluir de manera relajada, aunque firme.
El cuerpo organiza su musculatura para mantener el control postural en diferentes cadenas, es decir, grupos de músculos que realizan una función o un movimiento. La terapia de reeducación postural global se centra en ellos para corregir los movimientos y que no provoquen ningún perjuicio físico.
Posturas habituales que se trabajan en una sesión de RPG
Las posturas básicas que se trabajan en la terapia RPG de forma activa son las siguientes:
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Rana en en el suelo
Útil para trabajar los pectorales, la cadera, la nuca, los hombros y las extremidades superiores. Es una postura de estiramiento de la cadena neuromuscular anterior en descarga. Se ha de colocar con los brazos extendidos, las palmas de las manos hacia arriba, los pies juntos por las plantas y las piernas abiertas con las rodillas completamente separadas.
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Rana en el aire con brazos separados
En la que se generan mejoras posturales en las extremidades, la cadera, los hombros y el tórax. Es una postura de estiramiento de la cadena neuromuscular posterior en descarga. En una posición similar a la anterior, con los brazos abiertos y separados del cuerpo unos 45º, el cóccix debe estar completamente apoyado, y las rodillas y piernas en extensión.
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Rana en el aire con brazos juntos
En esta postura de la terapia RPG se trabajan los mismos grupos musculares que en la de los brazos separados.
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De pie contra la pared
Adecuada para mejorar la postura en aquellas cadenas que forman parte del tórax, los hombros, el esternocleidomastoideo y las extremidades inferiores. Es una postura de estiramiento de la cadena neuromuscular anterior en carga. Apoyando la espalda y los talones contra la pared, con la mirada en horizontal, y el cuello y los hombros erguidos.
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De pie en el centro
Necesario para controlar el equilibrio a través de las piernas y la espalda mediante el tratamiento de cadena anterior. Es una evolución de la postura anterior, en este caso realizada sin apoyo de la pared, con los pies ligeramente separados con una pequeña rotación externa, y buscando la reeducación final de abajo a arriba.
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Sentada
En la que se ejercita el esternocleidomastoideo, la espalda y la cadera. Es una postura de estiramiento y corrección de la cadena neuromuscular posterior en semicarga, al tener el apoyo de la pelvis sobre la camilla. Se juntan las plantas de los pies y se van cerrando las piernas.
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Inclinada 90 grados con los brazos pegados al tronco
Mejora la espalda, cadera y las piernas.
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Rana con apertura del ángulo coxofemoral con brazos abducidos
El terapeuta puede generar beneficios en la nuca, hombros, brazos, cadera y tórax.
Duración y precio de las sesiones de RPG
Cada sesión de terapia postural tiene una duración aproximada de una hora, y se suele realizar una por semana –aunque en casos más graves se pueden dar dos, especialmente al principio–, aunque es el terapeuta quien debe marcar el ritmo. La duración de cualquier tratamiento dependerá del tipo de postura que sea necesario corregir, de la lesión o molestia de la que se parte, y del propio paciente y cómo reaccione a la terapia.
Los precios dependen mucho de la duración del tratamiento, pero las sesiones rondan los 50-60 euros, aunque pueden llegar a costar 100 euros si se trata de la primera sesión, porque el profesional tiene que realizar un primer análisis exhaustivo de las necesidades del paciente. Como a priori es una terapia que se desarrolla a largo plazo, muchas clínicas o terapeutas autónomos ofrecen packs que pueden rebajar el precio individual.
Creado: 16 de marzo de 2018