Vaginoplastia
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
La vaginoplastia se suele realizar en mujeres que padecen un debilitamiento del soporte de los órganos pélvicos y un ensanchamiento de la vagina como consecuencia de haber tenido varios embarazos y partos. Además, la pérdida de firmeza del suelo pélvico también puede producir prolapso uterino (caída y desplazamiento de la vejiga), incontinencia urinaria, y unas relaciones sexuales de baja intensidad o menor frecuencia de los orgasmos.
¿En qué consiste la operación?
Para corregir estos problemas se realiza una reducción de los músculos alrededor de la vagina, con lo que se mejora el tono muscular y la elasticidad. De esta forma se refuerza la pared posterior de la vagina, lo que mejora la continencia del piso del periné y se solucionan los trastornos asociados a esa dilatación excesiva.
La operación de vaginoplastia consiste en estrechar el canal vaginal, uniendo los músculos con puntos de sutura reabsorbibles. Esta intervención, también conocida como de “cierre vaginal” se realiza en ocasiones simultáneamente con otras operaciones de finalidad estética, como las correcciones de episotomías producidas en los partos. La operación puede durar de una a dos horas y, dependiendo del grado de ensanchamiento de la vagina, se realizará bajo anestesia general o sólo local. El postoperatorio se hace en casa y requerirá la administración de analgésicos suaves y semi reposo.
Otras alternativas a la vaginoplastia
Los problemas de incontinencia urinaria y el prolapso vaginal se pueden solucionar con este tipo de cirugías o en complemento con otras técnicas, como la aplicación de mallas que reemplazan las fascias dañadas en el caso del prolapso. Realizada habitualmente con laparoscopia, apenas deja cicatrices y permite corregirlo en menos de una hora.
La incontinencia urinaria suele presentarse con el prolapso, pero no siempre. Aunque los tratamientos basados en ejercicios de contracción y distensión de la musculatura pélvica suelen corregir la incontinencia leve, los más severos se suelen resolver con la cirugía de cinta, que sitúa bajo la uretra una cinta de material sintético que impide que ésta baje. De duración inferior a la media hora, también se puede realizar por laparoscopia, y ambas operaciones suelen estar contempladas en los sistemas de Seguridad Social, dependiendo del país donde te encuentres.
Cuando el objetivo es realizar una estrechez necesaria para la satisfacción sexual, se trabaja con moldes peneanos para evitar posteriores problemas como la estenosis vaginal. Aunque se puede realizar con láser, la mayoría de los médicos se decantan por el uso tradicional del bisturí, mucho más cuidadosa con los tejidos. Esta cirugía, que se realiza con anestesia local, suele durar unas dos horas, por lo que es ambulatoria, o requiere como máximo un día de hospitalización, según cada caso. El postoperatorio dura de cuatro a siete días de reposo relativo, y se puede reanudar la actividad sexual pasado el mes o mes y medio.
Creado: 26 de septiembre de 2014