Brucelosis humana
La brucelosis es una enfermedad bacteriana que puede transmitirse al ser humano por animales infectados, sobre todo cabras y ovejas. Conoce sus factores de riesgo y las medidas preventivas para evitar contagios.

Qué es la brucelosis

Vaca con brucelosis

La brucelosis suele contraerse por contacto con fluidos procedentes de algún animal infectado, o por el consumo de productos de origen animal infectados.

Por: Natalia Dudzinska Camarero

Bióloga, especialista en Microbiología Ambiental y Epidemiología

Actualizado: 5 de septiembre de 2022

La brucelosis es un conjunto de enfermedades causadas por una bacteria perteneciente al género denominado Brucella. Se trata de una enfermedad antropozoonótica, es decir, es una enfermedad que puede ser transmitida a los humanos por diversos animales vertebrados. Podría decirse que el ser humano no es en realidad el objetivo de este grupo de bacterias, sino que su infección es un accidente en la cadena epidemiológica (camino que sigue el agente patógeno desde su hábitat natural hasta el hospedador susceptible), puesto que su huésped habitual suelen ser otros mamíferos (ganado ovino, bovino, caprino, porcino, perros, cetáceos, etcétera).

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En humanos se han dado casos de infección por B. melitensis, que originalmente afecta sobre todo a cabras y ovejas, y que es la responsable de la mayoría de los casos observados en España. B. abortus, que afecta al ganado bovino; en humanos suele presentarse como una patología asintomática. Y B. suis aparece en ganado ovino y porcino; el porcentaje de infección en humanos es bastante bajo.

Cómo se contrae la brucelosis

El contagio de la brucelosis (también conocida como fiebre de Malta o mediterránea, fiebre ondulante o enfermedad de Bang) suele darse por contacto con fluidos provenientes de algún animal infectado (sangre, orina, heces, fluidos vaginales, fetos abortados, placenta) y debido al consumo de productos de origen animal infectados, principalmente leche cruda o productos lácteos elaborados con leche cruda.

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Por lo general, no suelen darse casos de contagio persona a persona, solo se han podido detectar en circunstancias determinadas como trasplantes con órganos infectados, contacto sexual con un individuo enfermo, o un bebé lactante amamantado por una madre infectada.

Las vías de contagio, es decir, el lugar por donde la bacteria penetra en el organismo una vez ha establecido contacto con el individuo, suelen ser la boca, nariz, ojos y zonas lesionadas en la piel (cortes, heridas, etcétera). La ingesta de un producto infectado suele ser la forma más común de contagio no relacionado con el entorno laboral.

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