Prevención del cáncer de cuello de útero

Lo más importante para prevenir el cáncer de cuello de útero es evitar los factores de riesgo anteriormente citados, adoptando la modificación del estilo de vida y del comportamiento sexual, incluyendo la vacunación. Como apuntan desde la Organización Panamericana de la Salud, "un 99% de los casos de cáncer cervicouterino están asociados al Virus Papiloma Humano (VPH), el cual se adquiere a través de las relaciones sexuales. De allí la importancia de prevenir su adquisición".

El uso de preservativos es una buena medida profiláctica contra las enfermedades de transmisión sexual y, por tanto, para prevenir la aparición de cáncer de cuello uterino. En todo casi, aunque ayudan a reducir la transmisión del VPH, no eliminan completamente el riesgo debido a que el VPH puede infectar áreas no cubiertas por un condón. Por otro lado, disminuir el número de parejas sexuales puede reducir la probabilidad de infección por el VPH. Recuerda que fumar aumenta el riesgo de cáncer de cuello uterino, así como el de muchos otros tipos de cáncer, por lo que abandonar este hábito es parte de la prevención del VPH.

Vacunación frente al VPH

En los últimos años se han desarrollado varias vacunas contra el virus del papiloma humano. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la administración sistemática de esta vacuna protege ya a las niñas de más de 55 países en todo el mundo, y a fecha de 2023, existen hasta seis vacunas contra el VPH disponibles en todo el mundo, todas las cuales protegen frente a los tipos 16 y 18 del VPH de alto riesgo, culpables de la mayoría de los casos de cánceres de cuello uterino. Las vacunas contra el VPH están diseñadas sin el virus completo ni su material genético, por lo que es imposible que causen la enfermedad.

Es importante vacunar a las niñas entre los nueve y los 14 años para prevenir la infección antes de que comiencen a tener vida sexual, y cada vez hay más países de ingresos medios y bajos, señala la OMS, que están introduciendo la vacuna contra los papilomavirus humanos en el calendario de vacunación. Si la vacunación frente al VPH se inicia en preadolescentes antes de cumplirse los 15 años, las autoridades sanitarias aconsejan poner dos dosis con un intervalo de entre 6 meses y un año. Si la vacuna se administra a mayores de 15 años la recomendación es de tres dosis. Aquellas personas no vacunadas a la edad recomendada pueden hacerlo hasta los 26 años.

Cribado para la detección precoz del cáncer de cuello de útero

La citología rutinaria (prueba de Papanicolau) en la consulta del ginecólogo es muy importante para el diagnóstico precoz, especialmente en casos de posible herencia familiar. De esta forma, se puede comenzar con el tratamiento adecuado cuanto antes para evitar posibles complicaciones.

En la nueva versión de la guía Control integral del cáncer cervicouterino - Guía de prácticas esenciales que presentó la OMS en diciembre de 2014, este organismo recomendaba usar las pruebas de detección de papilomavirus humanos (PVH) como método de cribado para prevenir el cáncer cervicouterino. Esta prueba puede identificar el ADN o material genético del virus en una muestra tomada del cuello uterino, lo que permite determinar el subtipo específico del VPH y así establecer si pertenece a los tipos de alto riesgo (con potencial oncogénico) o no. De esta forma se reducirá la frecuencia del cribado porque si el resultado es negativo, no es necesario repetir la prueba en un mínimo de cinco años, pero sí antes de que transcurran diez.

En septiembre de 2022 la Unión Europea presentó un nuevo enfoque para ayudar a los Estados miembros a intensificar el cribado del cáncer, que se hizo público en el BOE el 9 de diciembre de 2022 y que indica: "Las pruebas de detección del virus del papiloma humano (VPH) utilizando únicamente ensayos clínicamente validados son las pruebas de cribado preferibles para mujeres de entre 30 y 65 años, con un intervalo de al menos cinco años. Considerar la posibilidad de adaptar las edades y los intervalos al riesgo individual basándose en el historial personal de vacunación contra el VPH, así como la posibilidad de ofrecer a las mujeres estuches de instrumental y materiales que les permitan tomarse muestras a sí mismas, especialmente a aquellas que no respondan a las invitaciones al cribado".