El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama (GEICAM) ha participado en un estudio internacional que ha demostrado que es posible prevenir el cáncer de mama en mujeres sanas que, no obstante, tienen un alto riesgo de padecerlo, gracias a un tratamiento quimiopreventivo con un inhibidor de la aromatasa.
Dicho estudio, cuyos resultados ha publicado la revista The New England Journal of Medicine, se inició en 2004 y en él han participado un total de 4.560 mujeres, de las que 432 eran españolas. Para participar en el estudio, se tuvieron en cuenta a aquellas mujeres postmenopáusicas que, según el Test de Gail, tenían una probabilidad del 1,7% de desarrollar un cáncer de mama en los cinco años siguientes.
Esta prueba analiza la edad de la mujer, la edad de su primera regla, la edad a la que tuvo el primer hijo, el número de biopsias de mama a las que se ha sometido, y tener antecedentes familiares de primer grado (madre, hermana o hija) con cáncer de mama. Asimismo, también se incluyó a mujeres a las que se les detectó un carcinoma intraductal de mama (en etapa inicial), no invasivo, y que se hayan operado (mastectomía) sólo de una mama.
Es posible que el empleo de exemestano evite también el desarrollo de tumores más agresivos
El objetivo era evitar la aparición de este tumor a través del tratamiento con exemestano y, según los resultados, se ha conseguido reducir en un 65% la aparición de la enfermedad.
Para el investigador principal del estudio, el doctor Paul Goss, del Grupo de Ensayos Clínicos del Instituto Nacional de Cáncer de Canadá (NCIC), "el impacto de estos resultados en la salud pública es muy importante", ya que se estima que cada año se diagnostican en todo el mundo 1,3 millones de casos de cáncer de mama y cerca de 500.000 mujeres fallecen a causa de este tumor.
De las 423 españolas, con una edad media de 60 años, sólo hubo 11 casos de las tratadas con exemestano (frente a las 32 en el grupo que recibió placebo) que acabaron desarrollando el cáncer. Los resultados indican que esta terapia podría ser una nueva vía para prevenir el cáncer de mama en mujeres postmenopáusicas, que tienen un mayor riesgo de desarrollar esta enfermedad.
El doctor José Enrique Alés, coordinador principal del estudio en España, señala que a la mayoría de las pacientes se les detectó el cáncer en un estadio precoz porque se trataba de mujeres que se realizaban una mamografía todos los años. El experto añade que aunque todavía deben analizar los datos en profundidad, es posible que el empleo de exemestano evite también el desarrollo de tumores más agresivos.
Hasta ahora el tratamiento farmacológico para prevenir el cáncer de mama en mujeres de alto riesgo consistía en administrar tamoxifeno y raloxifeno, aprobados con esta indicación por la Agencia Americana del Medicamento.
El tamoxifeno actúa inhibiendo los efectos de los estrógenos (hormonas sexuales femeninas) pero, en cambio, según explica el doctor Goss, "los inhibidores de la aromatasa reducen significativamente los niveles de estrógenos en las mujeres postmenopaúsicas”.
"Asimismo, en los casos en que se detecta precozmente y el tumor se opera, este tratamiento hormonal ha mostrado disminuir la probabilidad de desarrollar un tumor contralateral", señala este experto.
Además de la eficacia demostrada por exemestano en la prevención del cáncer de mama, los datos acerca de su seguridad también han demostrado ser excelentes, ya que parece que "produce menos osteoporosis que otros inhibidores”, aunque “tiene efectos secundarios, siendo los más frecuentes los dolores articulares y musculares, que se dieron en aproximadamente en un 30% de las mujeres".
Fuente: EUROPA PRESS
Actualizado: 25 de abril de 2017