Dra. Almudena Zapatero
22 de febrero de 2011
En España, el cáncer de próstata es actualmente el segundo tumor más frecuente en los hombres, después del cáncer de pulmón. Su incidencia está aumentando (se espera que en 2015 haya unos 16.000 casos), y cada vez se diagnostica en hombres más jóvenes (alrededor de los 50 años). Sin embargo, en la mayoría de los pacientes la neoplasia se detecta en estadios precoces y no metastásicos, lo que explica su alto índice de supervivencia. Hablamos sobre esta enfermedad con la Dra. Almudena Zapatero, especialista en Oncología Radioterápica del Hospital Universitario de la Princesa de Madrid.
¿Por qué cree que está aumentando la incidencia del cáncer de próstata?
Conciencia social para el cribado precoz en pacientes cada vez más jóvenes y una mayor expectativa de vida.
¿Se sabe cuáles son los factores de riesgo que favorecen el desarrollo de este cáncer? ¿Se puede prevenir de algún modo su aparición?
Aunque no están claramente identificados todos los factores de riesgo asociados con el desarrollo del cáncer de próstata, hoy en día se sabe que hay tres factores determinantes: la edad, la raza y factores hereditarios. Se estima que sólo un 9-10% de los cáncer de próstata son hereditarios (definidos como la afectación de tres o más familiares o al menos dos con enfermedad de inicio precoz por debajo de los 55 años). Y a modo de ejemplo, el riesgo de desarrollar un cáncer de próstata en un varón con un familiar de primer grado afecto es el doble del de la población general, y sube hasta 5-11 veces más si son dos o más los familiares de primer grado afectos.
El riesgo de desarrollar un cáncer de próstata en un varón con un familiar de primer grado afecto es el doble del de la población general
Alrededor del 90% de los enfermos de cáncer de próstata son hombres mayores de 65 años, ¿se podría considerar que esta neoplasia es una consecuencia natural del envejecimiento?
Desde un punto de vista simplista podría decirse que sí.
Dado que muchos enfermos permanecen asintomáticos, ¿sería conveniente que todos los hombres, a partir de cierta edad, se realizaran alguna prueba que permitiera detectar precozmente el cáncer de próstata?
Existe mucho debate en la comunidad científica sobre el papel y beneficio potencial del cribado generalizado indiscriminado. Basado en los resultados de dos publicaciones recientes, la sociedad europea de urología propone que se ofrezca el cribado precoz a la población masculina joven bien informada y de forma consensuada, hablando con el paciente y valorando ventajas y desventajas. En estos casos, la edad estimada de inicio de determinación de PSA es alrededor de los 40 años.
Consejos en el tratamiento del cáncer de próstata
Además de seguir el tratamiento farmacológico que le indique su médico ¿qué más puede hacer un paciente diagnosticado de cáncer de próstata para ralentizar el progreso de la enfermedad?
No es sólo el tratamiento farmacológico, ya que si hablamos de curación las alternativas terapéuticas son la cirugía o la radioterapia. En cualquier caso, las recomendaciones habituales, no tanto para ralentizar el tumor (que no existen al menos de forma probada), sino para mejorar la calidad de vida del paciente y evitar complicaciones son: dejar de fumar y beber, hacer una dieta sana y equilibrada rica en verduras, fibra, frutos rojos y otros antioxidantes, rica en calcio y vitamina D si toma tratamiento hormonal, y realizar ejercicio físico habitual.
¿Hay algún tratamiento nuevo que haya demostrado su eficacia al reducir la mortalidad causada por el cáncer de próstata?
Existen estudios recientes, presentados a lo largo del 2010, con fármacos nuevos prometedores, pero testados inicialmente en pacientes refractarios a tratamiento hormonal convencional y citostático. La idea es poder incorporar estos nuevos fármacos a fases no avanzadas de la enfermedad, en asociación a radioterapia, para pacientes de alto riesgo, y con intención curativa. Aunque el tratamiento hormonal estándar recomendado en el contexto de tratamiento combinado con radioterapia radical, es el de los análogos de LHRH, el empleo de bicalutamida (casodex) a dosis de 150 mg/día en este contexto, y como sustituto de los análogos, es una alternativa útil en pacientes seleccionados:
- Que desean evitar algunos de los efectos secundarios de la castración (fundamentalmente disminución de la libido y de la función eréctil).
- En los que se desea desde el punto de vista médico evitar la pérdida de mineralización ósea.
- Que conocen el perfil de morbilidad de la bicalutamida (principalmente ginecomastia y mastodinia y, más raro, hepatotoxicidad).
- Que están perfectamente informados de que se desconoce si este abordaje con AA es igual de efectivo que los análogos de LHRH.