Cualquier persona está expuesta a adquirir una infección superficial por Candida, pues habita en multitud de localizaciones del cuerpo. Siendo más precisos, las causas de candidiasis más frecuentes que facilitan la infección superficial son:
- Alteraciones de la piel: es frecuente que en determinadas situaciones como las flexuras de algunas articulaciones, como la ingle, se produzca un roce o fricción constante que altere algunas características del epitelio cutáneo, originando una maceración que favorezca la infección: esta situación se multiplicaría en situaciones de obesidad, o personas con escasa movilidad o con una sudación muy abundante.
- Alteraciones hormonales o de malnutrición: este hecho puede originar cierta debilidad en las barreras naturales de la piel y de las mucosas, dando lugar a un mayor protagonismo de la Candida y por tanto, generando infección.
- Determinadas enfermedades metabólicas: es conocido que la diabetes puede predisponer a infecciones cutáneas por este hongo, pero también se producen en pacientes con insuficiencia renal y en diálisis.
- Fármacos: la infección por Candida se puede presentar tras un periodo prolongado de uso de corticoides, favoreciendo la aparición de muguet en la mucosa de la boca o el esófago, incluso con tratamientos inhalados como el que realizan los pacientes asmáticos o con EPOC. También es frecuente que el uso de antibióticos por otras infecciones puedan dar lugar a un sobrecrecimiento del hongo a nivel vaginal. En algunos casos de esofagitis por Candida se ha relacionado su aparición con el tratamiento crónico con omeprazol.
- Alteraciones de la inmunidad: en estas situaciones la infección puede ser profunda, por ejemplo a nivel digestivo o respiratorio, como sucede en situaciones de SIDA o pacientes con tratamientos contra el cáncer. Las propias enfermedades malignas llevan consigo una inmunosupresión que predispone a ello. Estas alteraciones debilitan las defensas del individuo impidiendo el equilibrio natural entre el hongo y el huésped, facilitando la infección.
- Gestación: las alteraciones tanto hormonales como metabólicas que acontecen en el embarazo hacen que esta situación conlleve un aumento del riesgo de sufrir algún tipo de infección por Candida, que habitualmente suelen ser vulvovaginales y de fácil tratamiento. Aun así, en pacientes previamente con sobrepeso, y posteriormente embarazadas, puede producirse el intertrigo cutáneo antes descrito por una mayor fricción de determinadas zonas de la piel.
En cuanto a las candidiasis invasoras, la causa principal suele ser la introducción de catéteres infectados por este germen, viajando directamente a la circulación sanguínea y facilitando la infección de órganos vitales. En esta situación, el hecho de que suelan ser personas hospitalizadas o con enfermedades facilita que la enfermedad sea más grave por alguno de los mecanismos que se han expuesto con anterioridad.