Cistitis
Entre el 10 y el 20% de las mujeres sufrirán al menos un episodio de cistitis a lo largo de su vida. Te contamos cómo aliviar esta molesta infección del tracto urinario y sencillas recomendaciones a seguir para prevenir nuevos episodios.

Patogenia de la cistitis

Por: Dr. José Antonio Nuevo González

Especialista en Medicina Interna. Servicio de Urgencias del Hospital Gregorio Marañón de Madrid

Actualizado: 29 de julio de 2022

En general, las infecciones del tracto urinario se inician en la porción inferior del mismo.

Bajo condiciones normales, la vagina y la uretra están colonizadas por diferentes especies de estreptococos, lactobacilos y estafilococos. No obstante, esta microflora vaginal puede verse alterada debido al uso de antibióticos, anticonceptivos (en especial los espermicidas), o a la presencia de otras infecciones genitales. La pérdida de estos lactobacilos presentes en la microflora vaginal facilita en principio la colonización por E. coli.

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En algunos casos, una pequeña cantidad de bacterias puede ascender a la vejiga, tras la fricción uretral durante el coito. La consiguiente colonización e infección de la vejiga dependerán de la capacidad del microorganismo para adherirse a la pared de la misma, del número de microorganismos presentes, y de los mecanismos de defensa del paciente.

Bajo condiciones normales, el mecanismo de defensa más eficaz de la vejiga es la dilución de los microorganismos en el flujo de la orina y su eliminación durante la micción. Además, la orina, la mucosa vesical y las secreciones prostáticas tienen propiedades antimicrobianas.

Mujer con problemas de cistitis

Después de cada micción, la vejiga se vacía y elimina los microorganismos que hay en su interior. Si queda algún residuo de orina, puede aumentar el riesgo de infección. Por lo tanto, un intervalo de tiempo prolongado entre dos micciones y la retención de orina después de la micción permite que el número de bacterias en la orina aumente hasta alcanzar el nivel por encima del cual se produce la infección de la vejiga.

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Tipos de cistitis

La cistitis se clasifica en esporádica (primer episodio) o cistitis de repetición (cuando presentan tres o más episodios en un año).

También pueden ser complicadas o no complicadas, en función de la presencia de anormalidades anatómicas del tracto urinario y de alteraciones en la dinámica miccional. Dichas alteraciones pueden influir sobre los mecanismos de defensa del paciente y favorecer la aparición de infecciones; entre estas se encuentran la litiasis, las alteraciones neurológicas de la vejiga, la obstrucción de la vía urinaria y los cateterismos uretrales. Algunas alteraciones sistémicas como la diabetes, la hipercalcemia o la inmunodepresión se consideran también factores favorecedores.

Las cistitis simples en ocasiones pueden dar lugar a infecciones graves. Las mujeres, a diferencia de los hombres, suelen presentar cistitis no complicadas, que rara vez llegan a provocar daño renal. Este tipo de infección suele aparecer en mujeres jóvenes sexualmente activas, entre los 20 y los 30 años de edad.

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Entre los factores que favorecen la infección se encuentran el cambio de pareja, las relaciones sexuales inusualmente enérgicas, el uso de condón no lubricado o de un espermicida, y la falta de evacuación de la orina antes y después del coito. Un 27% de estas pacientes sufren al menos una recurrencia durante los seis meses siguientes a la primera infección.

Las cistitis recurrentes y las cistitis complicadas son más frecuentes a medida que aumenta la edad de la mujer, debido sobre todo a trastornos locales y sistémicos, como la menopausia. La mayoría de recurrencias se deben a reinfecciones, siendo mayor la probabilidad de sufrir un nuevo episodio cuantos más episodios previos haya tenido la paciente y menor sea el tiempo transcurrido entre ellos. Si el tiempo transcurrido entre los primeros episodios es menor de seis meses, la repetición se produce en el 67% de los casos y, si es mayor de seis meses, baja al 31%.

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