Amnesia digital, la externalización de la memoria
Actualizado: 22 de septiembre de 2022
La amnesia digital es ese olvido voluntario en el que incurrimos la mayoría de los usuarios de smartphones, tablets y dispositivos similares, en los que hemos delegado la custodia de una gran cantidad de información que ya no nos molestamos en memorizar. Almacenamos los números de teléfono y direcciones físicas o de correo electrónico de nuestros contactos, y recurrimos a Internet para encontrar cualquier dato que desconocemos o que, simplemente, no recordamos, por eso la amnesia digital también se conoce como ‘efecto Google’.
Externalizar la memoria y que una agenda electrónica con acceso a Internet cumpla algunas de sus funciones, resulta muy útil y cómodo, siempre y cuando no afecte a nuestra capacidad cognitiva y terminemos por ser incapaces de retener datos sencillos. De hecho, un estudio publicado por la empresa de seguridad informática Kaspersky ha revelado que el 44% de los europeos no puede recordar el teléfono móvil de sus hijos, a pesar de que el 65% de los encuestados sí que recuerda el número de teléfono que tenían en casa cuando eran pequeños.
Externalizar la memoria y que una agenda electrónica con acceso a Internet cumpla algunas de sus funciones resulta muy útil, siempre que esto no afecte a nuestra capacidad cognitiva
Esto es algo que no afecta únicamente a los nativos digitales, también las personas de mediana edad consideran a la red como una especie de extensión de su cerebro que sirve para guardar información y recuperarla cuando sea necesario, y por ello la amnesia digital se define como la acción deliberada que supone olvidar todos esos datos que confiamos a los dispositivos digitales que tanto nos facilitan la vida.
Ventajas y desventajas de la amnesia digital
La amnesia digital no es necesariamente perjudicial porque, según los expertos, al no tener que memorizar tantos datos la mente puede centrarse en cosas más importantes, y analizar en profundidad los problemas que se le plantean para encontrar más y mejores soluciones, o recordar con detalle las experiencias relevantes en la vida del sujeto.
Sin embargo, una dependencia tecnológica excesiva también puede crear situaciones indeseadas que se podrían haber evitado fácilmente. Algo como lo que le ocurrió a Lorenzo cuando salió a hacer una ruta por el campo con su bicicleta, se dejó el móvil y el dinero en el coche, y sufrió un percance. Aunque consiguió llegar a un pueblo donde había bares y cabinas telefónicas desde donde podía realizar una llamada, no tenía memorizado ningún teléfono y no pudo avisar para que fueran a recogerle.
Memorizar dos o tres números de teléfono por si se produce una emergencia, y ejercitar el cerebro para seguir recordando lo que sí importa, no son incompatibles con la tecnología. Y es que también los GPS son una gran ayuda, pero no sustituyen a una persona con sentido común al volante, y hay que prestar atención a la carretera y tener unos conocimientos mínimos del lugar al que nos dirigimos por si el dispositivo se avería y tenemos que recurrir a los métodos tradicionales para llegar a nuestro destino.
Además, y según advierten los expertos en seguridad informática, también deberíamos preocuparnos por proteger y guardar a buen recaudo todos esos datos cuya pérdida generaría una gran angustia, tal y como ha admitido alrededor del 50% de las personas encuestadas por Kaspersky.
Creado: 5 de agosto de 2015