Barotrauma, un daño a los oídos muy común en la época veraniega
Actualizado: 29 de julio de 2024
En verano viajamos más que durante el resto del año (especialmente en avión) y también somos más propensos a realizar determinadas actividades en el medio acuático, como el buceo. Ambos aspectos contribuyen a un repunte de los casos de barotraumatismo o barotrauma.
¿Qué es un barotrauma y a qué se debe?
Seguro que os suena la sensación de oídos taponados, que puede llegar a ser molesta y dolorosa, al despegar o aterrizar con un avión, al subir con el coche a una zona montañosa, o al abandonar el agua tras haber estado buceando, ¿verdad? Pues eso, precisamente, es el barotrauma, que se produce por el estrés con el que los cambios de presión del aire en la atmósfera someten al tímpano y a otras zonas de nuestro oído medio, debido al desequilibrio entre esa presión atmosférica y la existente en el oído medio. Todo esto se produce porque la trompa de Eustaquio, que es la encargada de conseguir ese equilibrio, no reacciona con la suficiente rapidez a los cambios repentinos de presión.
Cuando el desajuste de la presión se mantiene en el tiempo, el barotrauma puede llegar a producir lesiones irreversibles en el oído interno, que derivarían en una hipoacusia
Por ello, la personas con trompas de Eustaquio pequeñas (niños y bebés) son más propensas a padecer barotraumatismos. Otros factores que incrementarían el riesgo de sufrirlo serían los resfriados, las inflamaciones de la mucosa nasal como la sinusitis, las otitis del oído medio, las rinitis alérgicas, o el hecho de estar dormido en un avión durante los momentos del despegue o el aterrizaje del aeroplano. O, como decíamos, ciertas actividades acuáticas, como el buceo, ya que hacen que la presión aumente con la profundidad, y si la presión no se iguala adecuadamente, puede ocurrir barotrauma, en este caso lo que se conoce como barotrauma de descenso. Pero también suceder en otros contextos, como la escalada de montaña o el esquí.
Síntomas y consecuencias del barotrauma para la salud auditiva
Por lo general, la sensación de moderada molestia e inflamación en el oído y la reducción en la capacidad de audición son momentáneas y desaparecen por sí solas o llevando a cabo determinadas acciones como bostezar, masticar chicle, o la conocida como maniobra de Valsalva, que consiste en cerrar la boca, taparse la nariz con los dedos, e intentar soltar el aire a través de esta con fuerza.
Sin embargo, en ocasiones el barotrauma se puede agudizar, extendiéndose sus efectos durante horas, e incluso días, y multiplicando también sus síntomas, entre los que se encontrarían:
- Dolor intenso o sensación de malestar en el oído
- Pérdida acrecentada en la capacidad de audición
- Sensación de presión continua o plenitud similar a la que podemos experimentar buceando, como de que el oído está "tapado"
- Tinnitus: zumbido o pitidos en el oído
- Aparición de vértigos y de vómitos asociados
- Sangrado de los oídos: en casos severos, el tímpano puede perforarse, provocando sangrado o secreción
- En los casos más extremos el barotrauma, cuando el desajuste de la presión se mantiene en el tiempo, puede llegar a producir lesiones irreversibles en el oído interno que derivarían en una hipoacusia.
En estos casos más graves, en los que el paciente no experimenta una mejoría por sus propios medios, lo habitual es recurrir a tratamientos farmacológicos como los antihistamínicos, los antibióticos, los descongestionantes nasales, o los esteroides, que pueden ayudar a aliviar la inflamación y, con ello, a reducir los síntomas experimentados por la persona afectada.
Consejos para evitar el barotrauma
Como hemos comentado, el grupo de población más propenso a sufrir barotraumas es el de los niños. No obstante, la aparición de barotraumatismos se puede mitigar siguiendo unos sencillos consejos, como dar a los bebés una bebida para que traguen líquidos con frecuencia durante el aterrizaje y el despegue, o cuando vamos a experimentar un cambio brusco de presión atmosférica al subir a una zona montañosa, algo a lo que también puede ayudar el chupete.
En el caso de niños más mayores podemos ofrecerles chicles para mascar, o la posibilidad de beber con pajita. Algunos expertos también recomiendan el uso, mediante receta, de gotas pediátricas que actúen a modo de analgésico.
En el caso de los adultos, y en lo referente a los vuelos, los expertos recomiendan en primer lugar no dormirse durante los instantes del despegue y del aterrizaje, para sentir el taponamiento de los oídos y poder tomar las medidas básicas para evitar un barotrauma. Entre ellas estarían el masticar chicle, comer alimentos o beber líquidos, bostezar de forma recurrente, o tomar descongestivos nasales o antihistamínicos, tanto 30 minutos antes, como media hora después del vuelo, sobre todo si se tiene un resfriado o alergias, ya que pueden ayudar a mantener la trompa de Eustaquio abierta. Un estudio australiano apuntaba que existe evidencia de nivel 1 que respalda la eficacia de la pseudoefedrina oral (120 mg) en la prevención del barotrauma ótico en adultos, sin embargo, esta no parece ser efectiva en niños.
Para los amantes del submarinismo, por su parte, también hay algunas recetas básicas para evitar, en la medida de lo posible, la aparición de barotraumatismos. Entre ellas la ya mencionada maniobra de Valsalva, la compensación de los oídos en superficie, el no forzar si se empiezan a sentir molestias, el correcto lavado y secado de oídos tras las sesiones de inmersión, la buena higiene del conducto auditivo externo para evitar tapones de cera, o el no fumar antes de una sesión de buceo.
En casos graves, como perforación del tímpano, puede ser necesario tratamiento médico específico o cirugía. Consulta con un especialista si crees que puedes sufrir este problema.
Creado: 24 de julio de 2018